La saga "Tales of" pasa por un momento turbulento, ya que el estudio que tradicionalmente se encargaba de su desarrollo, el Tales Studio, ha desaparecido, absorbido por la enorme maquinaria de Namco-Bandai Partners. Hasta que podamos comprobar cómo afecta esto a una de las sagas más reconocidas y veteranas de este mundillo (el primer Tales of... fue un cartucho legendario para SNES que ocupaba... ¡48MB!) nos podemos deleitar con la reedición del que está considerado por muchos como la mejor entrega de todas y que, como valor añadido, nunca salió de Japón.
Tales of the Abyss no es, por tanto, un juego original, sino un port del que ya vio la luz en PS2 en 2005. Esta vez, la plataforma escogida no ha sido una consola de sobremesa, sino 3DS, inaugurando así el género de los RPG en la portátil, que esperemos que tenga la misma vitalidad que en su predecesora.
Pero, ¿qué podemos esperar de Tales of the Abyss? Pues calidad por los cuatro costados. Todos los elementos de la saga Tales of... están presentes en este título. Los gráficos son bonitos y coloristas, como si se tratara de un animé viviente, que tan buenos resultados les ha dado desde siempre. Este estilo no sólo le da una apariencia reconocible de un juego a otro y muy accesible y agradable, sino que permite tener mucha más libertad a la hora de presentar escenarios, personajes y enemigos. Todos los elementos visuales hacen gala de un gran apartado artístico y una magnífica puesta en escena.
Tanto los escenarios cerrados, ciudades o mazmorras, como el mapeado exterior del juego (tendremos libertad de acción para movernos por el mapamundi) están muy bien ambientados, presentando los emplazamientos típicos del género más alguna sorpresa. La mayor crítica que se le podría hacer al apartado visual es que hay ciertos elementos que se nota que fueron pensados para ser presentados en una pantalla mucho más grande que las de la 3DS y que el uso de las 3D es simplemente anecdótico, a veces incluso mostrando dientes de sierra y otras directamente siendo casi inexistente. Es efecto es especialmente molesto cuando tenemos bocadillos de diálogo (en una letra minúscula) que están demasiado salidos de la pantalla y no pegan demasiado. Podemos activar el modo 3D como curiosidad, pero no tiene una función útil dentro del juego y tampoco es que resulte espectacular.
Una característica de los Tales of... es que los encuentros aparecen en el mapeado y podemos elegir o no luchar contra los enemigos. Si nos acercamos lo suficiente, la pantalla cambia y entramos en zona de combate.
Aquí manejamos directamente a un personaje del grupo, mientras que los otros tres (como máximo) quedan a cargo de la IA. Los combates son dinámicos y nos obligan a movernos continuamente, a parar ataques, esquivar y atacar de forma normal o usando nuestras artes de combate. Por un lado tenemos las artes pasivas, que nos proporcionan movimientos de combate (esquivar, movernos libremente por el terreno de combate y no sólo hacia adelante o hacia atrás...) y las artes, que son golpes especiales. Es aquí cuando la pantalla táctil hace acto de presencia y podremos programar hasta cuatro artes de combate, tanto nuestras como de nuestros aliados, muy útil si programamos hechizos defensivos, curaciones o ataques especiales para combinarlos con los nuestros y hacer daños devastadores. Superando estos combates obtenemos dinero, experiencia y rango, que nos valdrán para comprar consumibles y equipo, subir de nivel y preparar nuestra partida para una segunda vuelta, respectivamente.
Tales of Abyss tiene un completo menú para usar objetos, equiparnos con las mejores armas y armaduras, programar la IA de nuestros aliados de forma básica y acceder al bestiario y opciones de juego. Si ya conocemos la saga reconoceremos todos los items, pero no supondrá un obstáculo para los neófitos, aunque puede abrumar un poco al principio.
Por último, el apartado más importante en cualquier juego de rol: la historia Y aquí es donde Tales of Abyss se revela en todo su esplendor, ya que tiene una grandísima trama que se caracteriza por los que son los personajes mejor construidos de toda la saga y por medir de maravilla los tiempos. Encarnando al príncipe Luke, un joven que nunca ha podido salir de su castillo y que sufre de amnesia a raíz de un secuestro cuando era pequeño, conoceremos a través de sus ojos a lo más increíbles personajes y visitaremos lugares de fantasía. Veremos una evolución clara en su comportamiento y lo ayudaremos a madurar y crecer como persona. Lo que empieza con una historia cualquiera, cobra poco a poco tintes épicos y acabamos envueltos en una odisea digna de un cantar.
Y aquí es cuando surge el segundo problema (y este ya es bastante gordo) de Tales of the Abyss, y es el idioma. Lamentablemente, Namco-Bandai se olvidó de la localización en español por el camino y tenemos todo en un perfecto inglés. Y por si esto no fuera suficiente, los sensacionales vídeos, presentados como secuencias de animé, no están ni subtitulados. Si se tratara de otro género no importaría tanto, pero estamos hablando de un J-RPG, que por definición incorpora mucho texto y en el que la historia es su mayor aliciente, por lo que puede suponer un problema que, sin duda, le resta puntos en su versión española.
Pero aún así, Tales of the Abyss merece un pelín de esfuerzo por nuestra parte. Es un grandísimo juego de rol dentro de una grandísima saga de juegos de rol. Su historia es absorbente, llena de personajes y situaciones geniales, su aspecto es agradable y su sistema de combate envicia como pocos. ¿Qué más le podemos pedir a un juego?