Análisis de Teenage Mutant Ninja Turtles: Desde las Sombras

Pasa de vez en cuando, generalmente las tardes de domingo que se ponen lluviosas. Mi hijo aparece con un par de mandos en las manos demandando un poco de acción a dobles. A veces son los viejos mandos de la vieja Xbox, otras los más recientes de la Xbox 360, pero eso no importa: las tortugas suelen estar siempre entre los primeros puestos de la lista de posibles juegos co-op.

Pasamos una barbaridad de horas con el Teenage Mutant Ninja Turtles de 2004 para Xbox, o con el más reciente (bueno, algo así) Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time para Xbox 360. Ambos títulos entretienen aunque sea durante ratos cortos, cuando te apetece echar una partida aporreando botones y haciendo acrobacias con estos reptiles. Por lo tanto descargué con muchas ganas el último título del Summer of Arcade para Xbox 360. Y ya no puedo esconder que todo terminó en una tremenda decepción.

Bastan unos segundos para toparse con uno de los elementos con más fallos del juego. Es bastante común que el típico hack n' slash en tercera persona sufra con algunos ángulos de cámara incómodos, pero esto se lleva a un nuevo nivel con Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows. La cámara es decente durante las secciones más calmadas, pero cuando se lía parda y hace falta encargarse de un jefe, todo se viene abajo. Perdí completamente la orientación en medio del caos, y cuando este sistema de cámara -evidentemente roto- decidió que tenía que presenciar la acción desde dentro de una pared, bueno, no queráis saber lo que quise hacer con ese mando que con tanto cariño me acercaron. Lamentablemente esto se carga cualquier diversión que pudieran ofrecer las, de otro modo, bien montadas escenas de jefe de final de nivel.

La experiencia se ve aún más entorpecida a causa de la lenta e inestable tasa de refresco de la imagen y los pobres gráficos, de modo que el juego resulta poco pulido y mediocre. Si pulsas el botón Start, notarás que se ve bastante bien en la pantalla de pausa, pero en cuanto vuelve a moverse no puede engañar a nadie. Le quita la gracia y el placer a cada vez que te cargas a un secuaz de Shredder.

Las escenas intermedias están realizadas con páginas de cómic, y hacen de puente contando el relato entre las secciones jugables. Es una buena idea en la teoría, pero por desgracia la calidad es también bastante baja, y los cuatro queridos ninjas parecen más globos con caras graciosas de animales que los temibles reptiles acorazados de toda la vida. Todo el conjunto deja ver sus partes sin trabajar, su control de calidad prácticamente nulo y su estrés/prisas.

Existen numerosos ejemplos de problemas técnicos y gráficos recurrentes, y entre los más espectaculares está cuando uno de los compañeros controlados por la consola saltó por los aires para esquivar a un enemigo. Nada fuera de lo normal, si no fuera porque se quedó ahí colgado, congelado en el aire. La pelea siguió bajo sus pies, y un par de minutos después volvió a la tierra de los vivos. Otras molestias incluyen muros invisibles que destruyen cualquier ilusión de libertad. También hay varios casos en los que puedes saltar sobre unas cajas en unos lugares, pero la próxima vez que te encuentras con cajas idénticas no te dejan sortearlas. Es algo que estropea el ritmo y flujo del juego, y de hecho si no estuviera analizando este título habría dejado de jugar mucho antes.

La historia se puede jugar en unas cuatro horas, y después puedes seguir jugando online con amigos (hasta cuatro a la vez). Sin embargo, volverás a vivir la historia, pero con motivación añadida mediante un sistema de habilidades bastante bien elaborado, con el que adquieres XP con la que liberas nuevos movimientos. Hay un montón para desbloquear para los cuatro personajes, y por desgracia esta es una de las pocas cualidades que encontramos en el juego. Algunas de las habilidades más exóticas son muy divertidas, pues requieren movimientos sincronizados. El único problema con el sistema de habilidades es que tienes que jugar el juego normal para poder avanzar...

Finalmente, aparte del modo historia están las opciones "desafíos" y "arcade" para extender la duración. La segunda se juega como un título de desarrollo lateral 2D de la vieja escuela, recordando un poco a los TMNT antiguos. Por otro lado, la parte de los retos que probé proponía un combate basado en oleadas que seguía afectado por los mismos problemas: terrible cámara y 'glitches' gráficos, como el juego principal. El modo arcade, que no funciona mal para nada, es la única parte del juego que volvería a poner.

Leonardo, Michelangelo, Donatello y Raphael siempre han contado con un puñado de frases divertidas, y eso es algo que también se conserva en Out of the Shadows. De hecho, llegué a reírme con unas cuantas al principio. Quizá no es para rodar por los suelos, pero lo bastante bueno como para que parezca algo apropiado en el universo de las Tortugas. Sin embargo, las frases repetitivas terminan cansando bastante pronto. En cuanto al resto del paisaje sonoro, consiste en música dance machacona que opté por apagar tras un rato de sufrimiento.

Si todavía sientes la tentación de rascarte el bolsillo e invertir el dinero que tanto te ha costado ganar tras leer esta colección de advertencias, deberás saber que el juego te costará sobre los 15 euros, y teniendo en cuenta lo que puedes comprar en Xbox Live Arcade por ese precio, tendrás que ser un fan cabezón de las tortugas que no deja de decir 'cowabunga' para que merezca el esfuerzo. En mi caso, pese a haber pasado muchos años con estos reptiles artistas marciales, lo que puedo garantizarte es que no será ese juego para echar unas partidas multijugador en el sofá que te pedirán los colegas cuando pasen por casa. Sólo conseguirás que no vuelvan.