Test Drive: Ferrari Racing Legends

Asistir a la presentación de un juego dedicado a los Ferrari que se celebra en Italia tiene un efecto especial. Ferrari es un mito a nivel internacional, pero también hace de símbolo de todo lo italiano, como la pasta y la pizza. La encrucijada de emociones se amplifica cuando el videojuego no sólo lleva la marca de Ferrari, sino que también cuenta la historia de esta extraordinaria escudería.

Hay que asumir, por lo tanto, que Test Drive: Ferrari Racing Legends es principalmente un título de celebración. Se ha realizado un laborioso trabajo para tratar de capturar el espíritu Ferrari, principalmente gracias a la presencia de un enorme garaje virtual, con algunos de los autos más memorables de la historia del Cavallino.

Este garaje del juego tiene espacio para 51 automóviles, todos producidos entre la Segunda Guerra Mundial y la actualidad. No son "todos" los bólidos de la escudería, porque faltan clásicos como el Dino Ferrari y algún modelo contemporáneo como la Berlinetta.

La realización de estos modelos ha sido realmente cuidadosa, para conseguir unas excelentes réplicas virtuales. Por fuera, los deportivos son muy fieles a los originales, con una carrocería que retrata a los originales de forma casi maníaca. Pero lo que de verdad llama la atención son los interiores. Más de una vez nos detuvimos a contemplar el salpicadero y los precisos tableros de instrumentos, una recreación al nivel de los ejemplos más trabajados de Forza Motorsport 4. También desde la vista interior se aprecian mucho mejor los neumáticos de los Formula 1, con una textura casi hipnótica.

Otro aspecto interesante, evidentemente también dedicado a la celebración de la historia de Ferrari, es la presencia de los circuitos clásicos, jugables en sus distintas versiones. Hay 39, y durante la carga de cada uno se ofrece una presentación escrita de la pista.

Pronto estábamos rodando sobre el asfalto de Monza, disponible en tres adaptaciones distintas. Además de la versión moderna, estaba disponible la versión de 1954 (con la vieja Curva Sud, sobreperaltada) y la versión de los setenta (sin la variante de la Loggia).

Si, desde el punto de vista histórico, el juego parece tener claros sus objetivos, fue durante nuestra primeras pruebas cuando surgieron algunas dudas sobre el propósito del juego como simulador. De un título dedicado a homenajear a Ferrari se debería esperar la emoción de conducir una de las máquinas de la casa de Módena, con un gran nivel de realismo.

Pues no es así: Test Drive: Ferrari Racing Legends parece un juego que, respetando los patrones de conducción y haciendo un gran trabajo en la reconstrucción de los vehículos, hace todo lo contrario en algunos casos con la conducción. Por ejemplo, el juego está totalmente desprovisto de un sistema de simulación de daños. Nos estrellamos contra un muro a 280 km/h para ver cómo nuestro precioso deportivo sólo sufría unos rasguños. Nos chocamos frontalmente cuando conducíamos un F1 y no le pasó nada al vehículo.

Los coches tampoco se pueden configurar. No es posible ajustar todos los los parámetros que, por regla general, hacen felices a los fanáticos de la simulación de carreras. Te metes en el coche, arrancas y te vas, sin pensar demasiado.

Por contra, sí que advertimos una Inteligencia Artificial algo más elaborada que en muchos otros juegos. El truco "usa como apoyo a los demás coches para no salirte en las curvas" no funciona aquí, mientras que los oponentes cometían errores que parecían humanos, en lugar de caer en comportamientos mecánicos de tipo caravana.

Por último, algunas apuntes técnicos. El juego, aunque no estaba en versión definitiva, ya resultaba bastante satisfactorio. Ya hemos hablado sobre la carrocería y los interiores, a lo que se añade el cuidado en la reproducción del movimiento de la cabeza durante la conducción, realmente sorprendente. Por último, estos Ferraris suenan casi como los de verdad.

Entonces, ¿en qué cajón vamos metiendo este juego? El título no parece adaptarse a las exigencias de los fans de la simulación, ni tampoco a las de los amantes del estilo arcade. Sin embargo, durante nuestra prueba, sí que pudimos sentir el "efecto Ferrari". Ese tipo de sensación que sólo aparece cuando están delante los coches más bonitos del mundo, y que se magnifica con una modalidad de campaña que nos permite conducir los vehículos por orden cronológico. Por lo tanto, creemos que cuando el juego llegue a las tiendas, será un artículo obligatorio para los entusiastas de esta casa automovilística.