Todos lo sabemos, el medio ambiente está en un punto de inflexión. Nos estamos tambaleando en un precipicio en el que si nosotros como especie no empezamos a hacer serios cambios significativos para cambiar la forma en la que afectamos al medio ambiente, pronto podríamos causar daños irreparables. Algunos videojuegos han cogido la situación actual del medio ambiente y han construido completas historias, y esto es precisamente lo que Demagog Studio ha hecho con su última creación, The Cub.
Este es un juego en el que se explora una Tierra postapocalíptica, un mundo en el que los ricos despegaron a Marte para evitar un desastre ambiental cataclísmico, antes de volver años después para llevar a cabo pruebas y experimentos para determinar si el planeta podría ser habitable de nuevo. Ah, y para jugar al golf también. La propia historia gira alrededor de un niño que sobrevive al desastre al ser criado por una madre lobo, y que luego sigue a este niño evitando y esquivando a humanos marcianos que no quieren otra cosa que atraparlo con vida. Básicamente, piensa en Planet of Lana, solo que en vez de escapar de robots, la humanidad es tu mayor enemigo.
La trama principal de The Cub es muy convincente y da justo en el clavo. Señala directamente a los ricos y cómo tratan y afectan al resto de la civilización y al planeta, todo mientras muestras la belleza de nuestro mundo y cómo la naturaleza la ha recuperado de la expansiva raza humana. No es una historia compleja para nada, simplemente explora elementos básicos de este argumento mientras entrelaza aspectos emocionales como con personajes adicionales, como un piloto humano que dejó a su esposa morir sin darse cuenta en la Tierra mientras él pilotaba uno de los primeros cohetes que evacuaron el planeta. También consigue confirmar que los enemigos reales de nuestro planeta y de esta historia es la humanidad, ya que incluso la especie salvaje más peligrosa sirve como un peligro básico medioambiental, y no como un principal antagonista.
El diseño de los niveles es igualmente destacable. El estilo de arte y la forma en la que este juego está creado funcionan juntos bastante bien, y sí que recuerda a lo que Planet of Lana intentaba conseguir. Hay una amplia variedad de biomas por los que viajar, cada uno con su propia temática, peligros y mecánicas, y asimismo la dinámica de juego está construida para ser clara y simple, con solo unas cuantas mecánicas que controlar en el mejor de los casos. No obstante, esta simplicidad puede ser un poco una hoja de doble filo.
Las actividades adicionales y tareas de The Cub son muy aburridas. La idea de este juego es seguir una historia principal y realmente no hay ningún lugar en el que perderse fuera del camino principal. A pesar de eso, Demagog ha decidido incorporar un montón de coleccionables para encontrar, pero como normalmente se encuentran justo en el camino del jugador, no hay ninguna emoción o razón por la que ilusionarse por buscarlos. Además, estos coleccionables, que son la única forma de ampliar lo que el juego ofrece, solo añaden un poco de profundidad a la creación de mundos, haciendo difícil querer recogerlos mientras continúas tu viaje.
Cuando unes esto con el hecho de que The Cub parece requerir la perfección en sus plataformas, consigues un juego que puede ser un poco difícil de jugar. Lo que quiero decir es que muchos de los elementos de plataformas tienen muy poco margen de error. Aunque la lista de mecánicas sea muy básica y las propias plataformas muy claras, si no aterrizas perfectamente o fallas un salto por un milisegundo, mueres. Para un juego que es muy simplista en prácticamente todas las facetas, es incomprensible que se necesite rozar la percepción y tener una alta precisión para completar sus secciones de plataformas.
Con una duración corta, ya que solo te lleva unas pocas horas, y tiene una rejugabilidad muy limitada, esta obra es un juego ideal para dedicarle una o dos tardes. Por ello, y teniendo en cuenta la interesante trama y sus bonitos gráficos, es una muestra decente del talento de Demagog. Es una pena que el título esté retenido por unas plataformas sumamente frustrantes y unos coleccionables sin interés, porque aquí hay algo brillante y un montón de potencial. Aun así, por si sirve de algo, The Cub pasará, sin duda, como uno de los mejores indies de enero de 2024.