Las fronteras de The Elder Scrolls Online vuelven a avanzar para dar cabida a un nuevo territorio, Elsweyr, el plazo fuerta de las cuatro expansiones del Año del dragón en el que está inmerso el MMORPG de Zenimax Online. Si conocéis este universo reconoceréis que se trata de la tierra de la especie humanoide felina de los Khajiit. Pero no es la única novedad que trae, pues estas tierras está repletas de dragones que surcan los cielos. Y, en cuanto a clases, introduce el nigromante. Dragones, hombres gato, no-muertos... no parece que tengan mucho en común, pero han conseguido darle coherencia con una historia atractiva que sirve para dar un nuevo impulso al juego tras cinco años de vida.
No hay que esperar mucho para meterse de lleno en una guerra que se está librando en las llanuras de Elsweyr Norte. Los Khajiit están librando una batalla terrible contra una alianza entre dragones y los maestros de la magia oscura, que no tienen ningún reparo en dejar sus tierras como un cráter humeante. Junto a nuestros aliados Abnur Tharn y Sir Cadwell, nos disponemos a terminar con la amenaza alada al mismo tiempo que aprendemos un poco más sobre ellos y de sus razones para eliminar a esta raza. Una trama que funciona gracias a algunas sorpresas y revelaciones, mucho riesgo y las bufonerías de Cadwell, aunque también tiene algunos agujeros.
Aunque te puedes traer tu personaje de siempre, hemos decidido crearnos uno nuevo, un khajiit con habilidades de nigromante, para no dejarnos nada en el tintero. Como siempre, puedes empezar a jugar a TESO por donde quieras, por cualquier expansión, desde cero. Es un sandbox abierto y adaptativo a tu nivel, así que las misiones y el poder se ajustan a tus capacidades. Además, cada historia va por su lado, por lo que tienes que saber nada de lo que ocurrió antes para entender lo que ocurre, aunque ayuda.
Elsweyr llega con todo lo que se espera de una expansión de TESO: hay un mapa nuevo bien grande, una clase de personaje y un arco argumental. Pero también la hemos visto más diferenciada que las anteriores por los dragones, cuya presencia ya no se limita solo a las misiones, sino que se expande por todo el mundo abierto, e incluso se las puede perseguir con un localizador. Es una forma de romper la tradición de que los jefes están apegados a un espacio concreto y lo que más nos ha gustado es ver a varias personas colaborando para ir poco a poco mermando su vida para tumbarlo y quedarse con un codiciado botín. No hay que decir que tenéis que acercaros a uno en grupo, porque con un aleteo os pueden mandar al otro barrio, mientras que tu mejor golpe le hará cosquillas.
Hay un momento sensacional en el que demuestran todo su potencial como enemigos significativos. Una batalla en la que teníamos que esquivar vientos huracanados y rayos bien cargados que arrasaban el campo de batalla, a la espera del momento preciso para lanzar un ataque coordinado.
En el otro extremo está el propio mapa, el escenario de juego que es Elsweyr. Vvardenfell te apabulla con sus grietas volcánicas y sus setas gigantes y Summerset te encandila con sus cascadas de cuento de hadas entre praderas verdes y moradas y sus grifos mitológicos. Pero aquí más de la mitad del paisaje es polvo y arena, y ni siquiera el resto consigue alegrar un poco la vista. No es una región interesante y ya está, a no ser que lo que te interese sea un estudio etnológico de esta raza que tanta simpatía despierta en muchos fans, porque sí han logrado transmitir sus costumbres.
En cuanto a la clase nigromante, lo primero que se nos viene a la cabeza para definirla es flexibilidad, ya que se ajuste bastante a lo que cada uno busca al jugar. Nos sentimos imparables y malvados al levantar cadáveres y convertirlos en bombas explosivos y al sesgar vida con nuestra guadaña para aumentar la nuestra. Viene con tres ramas de habilidad nuevas junto a un elemento de moralidad, pues hay algunos conjuros prohibidos que dan problemas si se invocan delante de la gente no adecuada. Conseguimos un personaje con bastante equilibrio entre curación, tanque y ataque, tanto a distancia con calaveras de fuego como en cuerpo a cuerpo. Y una transformación defensiva muy chula en esqueleto gigante.
La sorpresa negativa de The Elder Scrolls Online: Elsweyr es la duración, porque la historia principal no contiene más que ocho misiones y algunas te las terminas en menos de una hora. Vale que aquí no estamos metiendo las mazmorras, los retos ni las secundarias (echamos unas 25 o 30 horas para completarlo todo), pero es que nos estaba gustando tanto la trama que se nos ha hecho a poco. De todos modos, la historia termina de una forma y un sitio que nos ha roto un poco, y pinta a que lo han hecho así para rematar con descargas adicionales de este año del dragón. Vale que haya conexión entre el juego principal y los DLC, pero se les ha ido un poco de las manos.
No nos vamos con la sensación de que vaya a ser la expansión de The Elder Scrolls Online más querida y mejor valorada, pero Elsweyr tiene contenido y calidad como para pasar un buen rato. Tanto si vienes de tiempo atrás como si quieres empezar por aquí la historia. Nos ha gustado la clase nigromante y el efecto de introducir los dragones en la partida. Nos hemos enganchado a la historia y a los Khajiit, pero no su mundo, marrón y aburrido. Además, no acaba aquí, seguiremos jugando en busca de la conclusión del Año del Dragón.