The Gentlemen: La serie (Netflix)

Érase una vez que me encantaba Guy Ritchie y su estilo tan característico. Su primera película, Lock, Stock and Two Smoking Barrels, fue increíble para su época y rompió unos cuantos esquemas, mostrándonos gángsters, violencia extrema y su narrativa de una forma que al menos yo nunca había visto antes. Snatch: Cerdos y Diamantes también fue mítica y divertida. Su primera película sobre el Sherlock Holmes rockero, neurótico y superinteligente también le quedó superentretenida. Era estilazo en estado puro, rebosante de carácter y con una comedia impecable.

Pero sí... Los últimos 15 años no han sido los mejores de nuestro Guy. Desde 2009, no me ha gustado nada de lo que ha hecho. Sherlock Holmes: Juego de sombras fue una basura, Operación U.N.C.L.E. fue decepcionante y Rey Arturo también fracasó. Luego, Aladdín no fue mucho mejor y The Gentlemen (la película) fue, para mí, solo un refrito aburrido de Snatch, pero sin el carácter y el diálogo animado tan natural que una vez definieron a Ritchie, y no me gustó demasiado en formato largometraje. Consecuentemente, no tenía las expectativas muy altas para la nueva serie de Netflix basada en el mismo universo cinematográfico. Pero me equivoqué.

No hay duda de que Ritchie no ha estado tan avispado en más de 20 años. Ha logrado volver a su viejo estilo, suavizando un poco las poses y dejando que los personajes respiren en lugar de tratar de sacarlos a fuerza de la televisión. Es menos intrusivo, más natural y ya que cada personaje individual (de los enfocados) tiene más tiempo y más espacio en pantalla, las charlas gángsters de Ritchie respiran por fin como lo hacían en Snatch. Algo que agradezco.

La historia gira en torno a Eddie Halstead, interpretado por Theo James, el hijo de un hombre inglés adinerado, quien al volver a casa tras su paso por el ejército descubre que la fortuna de su difunto padre está en graves apuros. Oh, y financiada por la mayor plantación de marihuana del país. Como el nuevo propietario de este imperio de la droga, Eddie se ve envuelto en sangrientas disputas con los mayores capos del crimen de Londres mientras que su hermano mayor, ajeno a todo, y su adicción a la cocaína causan todo tipo de problemas. Se trata de mantener la cabeza fuera del agua, mentir, negociar, amenazar, robar y priorizar con quién aliarse y a quién dejar de lado y, como es habitual en Ritchie, esta es una historia llena de sorpresas inesperadas y cadenas criminales estructuradas de forma muy ingeniosa.

La serie de Netflix está parcialmente basada en la película, pero no cuenta con Matthew McConaughey, Henry Golding o Charlie Hunnam (por suerte). En su lugar, el jefe de la mafia Mike Pearson es más que nada una figura a la que mencionan muy por encima en segundo plano, lo que le viene bien a la historia de Eddie. James asume el papel principal de Eddie y nos regala la mejor interpretación de su carrera en The Gentlemen. Hace maravillas por el equilibrio del diálogo y el tono general, ya que interpreta al personaje de manera firme y contenida mientras muchos de los personajes a su alrededor están completamente fuera de control y son tan extrovertidos como todos en, por ejemplo, Snatch. Ritchie ha tenido el buen gusto de basar la trama en la reflexión y la inteligencia en lugar de en el escaso control de los impulsos y el exagerado dialecto de Cockney, y en este caso marca la diferencia de verdad.

The Gentlemen es turbia, estilizada, violenta, rápida, divertida y muy buena. No se ha logrado representar muy bien el estilo icónico de Ritchie en los últimos 15 años, pero esta serie la expresa de la mejor forma posible, como se merece. Desde ayer, 7 de marzo, Netflix nos trae la mejor vuelta a escena de lo que va de año.