The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D es, en todos los aspectos, una versión puesta al día del clásico de hace 13 años. Por entonces, la tecnología permitía a Link e Hyrule entrar en una nueva dimensión construida con polígonos y texturas. De algún modo, ocurre lo mismo ahora, cuando una tecnología completamente novedosa permite a Ocarina of Time 3D volver a aportar una nueva dimensión a la leyenda.
Por eso decidí ir directo al stand de Zelda durante el gran evento de Nintendo en Ámsterdam; al fin y al cabo, es la serie de la que Nintendo podría haber publicado papel del water y habría seguido comprándolo. Más aún, supuso mi primer encuentro con la 3DS y sus nuevas funciones.
La aldea de la infancia de nuestro héroes, Kokiri, aparece en la pantalla y me sorprende la claridad de la escena. Aún no he subido el volumen del efecto 3D y las actualizaciones visuales que Nintendo ha incorporado respecto a las piezas de Lego del original destacan fácilmente. Los entornos verdes son más finos que nunca, el follaje ya no parece hecho de barro y el propio Link está mucho más detallado. No es tan impresionante como otros de los juegos de 3DS, más avanzados visualmente, pero se ve estupendo. Voy subiendo el volumen 3D y me vuelvo a sorprender.
El efecto 3D estereoscópico es mucho más sutil de lo que esperaba. El entorno no sale de la pantalla, en cambio es como si la pequeña pantalla se abriera y me invitara a explorar. La aldea recibe una profundidad adicional, y las pequeñas hadas flotan lánguidamente por encima de todo, fuera del cristal.
Aunque la diferencia no sea tan grande con el efecto 3D encendido, es cierto que invita más a jugar. Los efectos que salen hacia fuera se mantienen al mínimo y se utilizan para centrar la atención en pequeños detalles. Las llamas de una antorcha sobresalen y el diálogo se sitúa por encima de las imágenes. No se acerca al salto que dio la serie de los píxeles a la geometría, sino una evolución que aporta cierta presencia.
En los controles no se encuentran problemas. El pequeño stick analógico (circle pad), que puedes emplear para mover a Link, funciona con una precisión similar al original. Sólo me llevó unos minutos esquivar fácilmente los ataques de las plantas carnívoras y proceder a cortarlas en pedacitos. La cantidad de botones del mando de Nintendo 64 se ha trasladado bien a la consola portátil, especialmente en comparación con la versión Nintendo DS de Super Mario 64, que tenía muchos problemas con la precisión.
Nintendo puede ser criticada por simplemente re-lanzar un juego, que desde la perspectiva de la jugabilidad, es idéntico al original, hasta el punto de los bloques que deben moverse o las antorchas que deben prenderse. Pero por lo que vi, se trata del re-lanzamiento de uno de los juegos más importantes de la historia de las videoconsolas. Del mismo modo que las hadas del bosque te llaman a explorar la aldea Kokiri, yo me sentí empujado a sumergirme en esta nueva visión de Ocarina of Time. Una visión de un juego que, sin duda, me hace querer volver a experimentar una revisión de una experiencia de juego que siempre amé.