Análisis de The Night of the Rabbit

Daedalic Entertainment, creadores de la trilogía Deponia, continúan con su fuerte apuesta por las queridas aventuras gráficas con The Night of the Rabbit. La compañía ya había demostrado que un género que tanto éxito ha cosechado en el pasado no está ni mucho menos muerto de la mano de Deponia, destacando su estilo desenfadado y aspecto gráfico sorprendente. Pero, ¿cómo está dispuesto a sorprender el conejo blanco? Sumerjámonos en su madriguera en busca de respuestas.

El poder de la magia

The Night of the Rabbit es una aventura gráfica point and click. Para aquellos que desconozcan el género, se trata de un tipo de juegos que se hizo muy popular sobre todo en los años 80 y 90 de la mano de grandes títulos, y que se caracteriza por su interfaz totalmente controlada con el ratón, moviendo e interactuando con el mundo a base de clics.

Este nuevo trabajo nos sumerge en el vistoso mundo de Jeremiah Hazelnut, un joven estudiante que no tiene ninguna preocupación a dos días antes de finalizar sus vacaciones de verano que continuar con su sueño de convertirse en un gran mago. Poco sabe Jerry que su objetivo está más cerca de cumplirse de lo que cree, gracias a la ayuda de un auténtico hechicero.

Como salta a la vista ya con las pantallas exclusivas que ilustran este texto, el apartado gráfico del juego es sublime, con un estilo similar a una elaborada ilustración de cuento de fantasía para cada uno de sus escenarios, que no son pocos. La música también acompaña con una variedad bastante aceptable para resaltar el mejor aspecto de este juego: The Night of the Rabbit va de sensaciones.

Y es que la fusión en todos sus apartados, combinados con la magia de su argumento, crea una experiencia totalmente evocadora que hará que la mente del jugador viaje a la era dorada de las aventuras gráficas. Su guión emplea elementos dramáticos que, sumados a la experiencia de juego, crean una sensación general de encontrarse sumergido en un mundo mágico.

El resurgir de la aventura gráfica

Todas las acciones posibles se ejecutan con el ratón, moviendo el cursor y haciendo clic, con un estilo que recuerda mucho a la tercera entrega del clásico Monkey Island. Jerry deberá moverse por el mundo, hablar con los numerosos personajes que plagan el mismo, así como recoger objetos que deberá combinar o emplear para resolver los problemas de la gente o abrirse paso entre los enigmas que deberá desvelar para convertirse en mago. Todo esto de la mano de una interfaz totalmente sencilla e intuitiva, incorporando algunos elementos como un diario donde se tiene constancia de todas las misiones o tareas que Jerry tiene a medio hacer, o un botón de ayuda, que se encargará de recordar al jugador cuál era el objetivo principal en el momento (ideal para cuando se retoma el juego tras bastante tiempo sin jugar).

El mágico mundo de Mousewood incorpora también varios coleccionables que desbloquearán logros, incluidos en la propia interfaz del juego. Recoger estos coleccionables no será obligatorio para el transcurso de la trama, pero su consecución traerá de la mano alguna que otra recompensa. También habrá mecánicas que varían la experiencia, aportando un toque fresco, como un minijuego que ganará interés conforme avance la trama.

The Night of the Rabbit no se libra de aquellos problemas asociados al género de la aventura gráfica clásica, como la aleatoriedad en ciertos aspectos del desarrollo. En este aspecto los jugadores que no estén acostumbrados a este tipo de juegos (y seguro que los veteranos también en algún punto) conocerán la desesperación de rebuscar de un lado para otro, intentando dar con ese objeto o esa solución al enigma para continuar la historia. La sensación de logro al salir de uno de estos atranques hace aún más especial la experiencia de juego.

¿Hechiza, o se queda en una mera ilusión?

Desde luego que sí. The Night of the Rabbit es la prueba fehaciente de que las aventuras gráficas no tuvieron porqué morir junto con aquella compañía que tantos juegos nos brindó en el pasado (DEP LucasArts). Los artistas y desarrolladores de Daedalic Entertainment sacan de su chistera un juego con elementos narrativos que implican al usuario de una manera especial en la trama, sintiéndose un poquito parte de la historia, sintiendo su fuerza.

El juego resume los puntos fuertes en una conjunción de relato y arte visual, combinado con las sensaciones clásicas que despertaban las antiguas point-and-click. En un mundo que irradia magia por todas partes, y rodeado por personajes de todo tipo, todos ellos con un corte entrañable a pesar de su mal carácter o escepticismo (o tacañería, u orgullo, todos muy caracterizados). Deja algunos momentos álgidos como las conversaciones con Marquis de Hoto (el conejo blanco, siempre acompañado de una melodía que prepara el ambiente y le da trascendencia a la charla) o un guiño a Grim Fandango que sacó una sonrisa a un viejo fan de este género (¿una carta remitida por el agente de viajes M. Calavera?).

Con estos recursos de siempre, The Night of the Rabbit se convierte en un título íntimo y que engancha al jugador a seguir adelante en su historia, a sumergirse en su detallado mundo. Con un aspecto visual precioso, una banda sonora que crea atmósfera, un trabajo de doblaje (al inglés, subtítulos en español) de los personajes magnífico y un precio más que razonable, es un título que sólo se puede definir con una palabra: mágico.