The Outer Worlds - Impresiones

Cuando Obsidian Entertainment presentó The Outer Worlds en la gala de The Game Awards del año pasado, captó el interés de jugadores de todo el mundo, sobre todo de fans de Fallout. Los veteranos consideran que una de sus mejores entregas es Fallout: New Vegas, y en vista de que Fallout 76 tuvo un lanzamiento complicado, han visto en The Outer Worlds una oportunidad para volver a disfrutar de la acción RPG de Obsidian, esta vez en un mundo nuevo creado exclusivamente por ellos.

Hemos tenido la oportunidad de jugarlo un par de horas y tras probarlo podemos afirmar que no intenta parecerse a un New Vegas 2, sino que es genuino. Evidentemente, en cuanto a formato hay ciertos aspectos que ya vimos en su trabajo previo (como la construcción de los personajes a través del diálogo y el sistema de diálogo en sí) y que son similares al RPG de Bethesda, pero en esta ocasión Obsidian ha creado un universo completamente nuevo y muy extenso.

Durante los primeros 45 minutos tiene lugar la introducción, que nos presenta la historia. Phineas Welles, un científico corrupto fugitivo de la ley, al que ya vimos en los primeros tráilers, se embarca en una nave llena de colonos congelados que se dirigían a la colonia Halcyon, pero no lo lograron y se quedaron orbitando para siempre. Como el coste de recuperarlos era demasiado elevado, fueron abandonados por los demás habitantes de la colonia. Welles aborda la nave, nos descongela y nos envía de vuelta a la superficie de Halcyon con la misión de ayudarle a descongelar al resto, y así da comienzo la aventura.

No vamos a revelar mucho más, pero una vez descongelados y liberados, podemos crear el personaje principal a nuestro gusto. La editorial Private Division (Take Two) nos ha pedido que no difundamos información sobre el elemento de personalización visual del juego, pero respecto a las mecánicas RPG (como las habilidades y los atributos) hay mucho con lo que trastear para definir nuestra competencia con determinados estilos de juego, armas y mecánicas como, por ejemplo, la suerte.

Tras aterrizar en el planeta, basta con andar un par de pasos para encontrar un PNJ herido, con el que podemos probar el sistema de diálogo. Tal como esperábamos, podemos ser amables, hostiles o encontrar un término medio. Una vez que le convencemos para que nos dé su pistola, el vasto mundo se abre ante nosotros. También hemos podido probar otras opciones de diálogo, como mentir, intimidar o utilizar la suerte, lo que demuestra que existen muchas maneras diferentes con las que nuestro personaje puede interactuar con los demás.

Fuera de la cueva donde se encuentra nuestro amigo herido, hemos avistado algunos merodeadores, que suponen una versión particular de los bandidos y saqueadores. En pocas palabras, son soldados que vagan sin rumbo por el mapa y que son un verdadero incordio. Al disparar a uno de ellos en la cabeza hemos aprendido que cada enemigo posee un punto débil, el cual podemos aprovechar para causar el mayor daño posible. Además, disponemos de una opción limitada de cámara lenta que nos ayuda a apuntar a los enemigos con facilidad. Huelga decir que sentimos una satisfacción increíble cuando asestamos un disparo en la cabeza o un golpe mortal con un arma cuerpo a cuerpo a cámara lenta.

Por supuesto, no solo disponemos de armas cortas. De hecho, nuestro arsenal posee una gran variedad que incluye armas cuerpo a cuerpo (a una mano y a dos manos), rifles, escopetas, lanzagranadas, mazos, etc. Podemos modificar las armas en los bancos de trabajo, y también es necesario repararlas, ya que el desgaste de las mismas puede acarrear muchos problemas a durante nuestras aventuras.

Después de enviar a los merodeadores a hablar con su líder, llegamos a la ciudad de Edgewater y el juego se abre de forma drástica. Por supuesto, tenemos una misión principal que cumplir, que incluye tareas como buscar recursos que necesitamos y misiones secundarias opcionales. El enorme mundo abierto dispone de infinidad de cosas que hacer y personas con las que interactuar. Por cierto, cabe destacar la animación facial y los movimientos de las bocas de los personajes, y aunque reconocemos que estos dan la sensación de no tener vida, no supone ningún problema.

Una vez llegamos a Edgewater, en cuestión de segundos reclutamos sin querer a nuestro primer compañero, Parvati, y más tarde también se une a nosotros Nyoka. Podemos escoger los objetos que usan y transportan (son útiles como mulas de carga), así como desbloquear nuevas habilidades para ellos gracias a nuestra habilidad de Inspiración. Además, también resultan muy útiles en combate. Hemos perdido la cuenta de las veces que nos hemos metido en una pelea imposible de ganar y Parvati nos ha salvado con su gran mazo. Sin embargo, no podemos controlarlos directamente para, por ejemplo, enviarlos a ciertos puntos u ordenarles combatir antes que nosotros.

Debemos elegir cuidadosamente las habilidades en las que invertir puntos, ya que esto nos puede abrir muchas puertas (y no nos referimos solo a la habilidad de Ganzúa). Como hemos mencionado antes, hay que reparar las armas y armaduras en los bancos de trabajo, pero si subimos la habilidad de Ingeniería lo suficiente, podemos repararlas por el camino. Por suerte, cada vez que subimos de nivel disponemos de muchos puntos para repartir entre las distintas habilidades.

En cuanto al factor moral, también hemos descubierto que importa la opción que escojamos. En un momento se nos pide que echemos a una comunidad de un jardín botánico abandonado para conseguir un recurso que necesitamos, pero la comunidad nos sugiere que lo obtengamos de otro sitio, dándonos a elegir entre dos opciones. No sabemos las consecuencias que esto tiene, ya que no hemos podido jugar mucho más, pero Obsidian nos garantiza que todas las decisiones influyen en el devenir del juego.

También nos ha sorprendido que podemos sufrir efectos negativos durante el viaje. Uno de los que hemos visto se llama raptifobia, que significa que debido a una mayor exposición en el mundo abierto a criaturas llamadas raptidones, desarrollamos un miedo que nos reduce la Destreza, la Percepción y el Temperamento. Podemos aceptar o rechazar esta alteración, y la razón por la que puede ser útil aceptarla en algún momento es que nos otorga un punto de ventaja, por lo que merece la pena sopesar el riesgo y la posible recompensa.

En cuanto al manejo de las armas, Obsidian lo ha perfeccionado. Resulta muy gratificante usar cualquiera de las armas, y conforme desarrollamos las habilidades, aumentamos nuestro dominio de las mismas. Si por ejemplo subimos de nivel las habilidades con armas cuerpo a cuerpo, desbloqueamos golpes más poderosos, que son tan divertidos como usar lanzagranadas o ametralladoras. Hay juguetes para todos los gustos, todo depende de nuestro estilo de combate, tanto si preferimos ser pistoleros como Rambo o asesinos al estilo de Dishonored.

Además, mientras realizamos las diferentes tareas y misiones nos encontramos con otros elementos RPG clásicos, como comerciantes y máquinas dispensadoras para comprar y vender objetos y lugares que saquear en cada rincón del mapa. Por todo ello estamos convencidos de que The Outer Worlds ofrece un RPG atractivo gracias a sus mecánicas y su sistema de juego de gran calidad.

Pese a todo, nos asalta la duda de si llegará a ser un RPG inolvidable. No hemos podido ver mucho, pero lo que hemos conocido hasta ahora no nos ha dejado con la boca abierta, ni tampoco consideramos que el juego tenga demasiada personalidad. Con esto nos referimos a que, de momento, no hemos visto un personaje principal, una historia o unas localizaciones destacables. La razón por la que nos entusiasmaba la idea de que esta nueva entrega estuviese en manos de los desarrolladores de New Vegas, es el carácter memorable del mismo en todos los aspectos. Por lo tanto, solo esperamos que The Outer Worlds siga por este camino, pero también nos dé motivos para reflexionar y una buena sensación tras los créditos finales. Como curiosidad, hay que señalar que acaba de ser anunciada la versión Nintendo Switch.