Probablemente nunca hayas oído hablar de Koudaiyaoguai Fuke o Pocket Monster Reissue. El juego se lanzó por primera vez en 2015, y plagiaba sin pudor alguno a muchos personajes de la franquicia Pokémon, incluyendo incluso a sus rostros más famosos, como son Ash Ketchum y Pikachu.
A The Pokémon Company no le sentó nada bien que le robaran su propiedad intelectual, por lo que en 2021 presentó una demanda judicial contra seis empresas chinas implicadas en el desarrollo y publicación del juego. En un principio, The Pokémon Company quería 72 millones de dólares por daños y perjuicios, teniendo en cuenta que el juego ganó 42 millones de dólares en un solo año.
Una de las empresas ha sido condenada a pagar 15 millones de dólares, o 107 millones de yuanes chinos, al cambio. Tres de las otras empresas fueron condenadas a asumir la responsabilidad solidaria, pero desde entonces han presentado un recurso. Puede que no sean los 72 millones de dólares que quería en principio The Pokémon Company, pero demuestra que no se puede robar una de las IP más reconocidas del mundo sin pagar un precio.
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