Análisis de The Room

Aunque sería genial que The Room de Fireproof fuera una versión en videojuego de la película clásica de Tommy Wiseau, en realidad en un juego de puzles que salió a la venta por primera vez en iOS en 2012 que te encierra en una habitación con una serie de cajas rompecabezas con las que exprimirse los sesos. Sin embargo, como muchos otros juegos, está disfrutando de una nueva vida al llegar a Nintendo Switch, lo que significa que un público totalmente nuevo puede descubrir los acertijos estrujacerebros que tiene para ofrecer.

Antes de hablar específicamente de la versión de Switch, expliquemos qué es para aquellos que no habéis jugado antes. The Room es, básicamente, un juego que te coloca varias cajas de rompecabezas delante y, aunque parezca bastante limitado, cada una de ellas cuenta con los artilugios, aparatos y secretos necesarios para mantenerte entretenido y rascándote la sesera durante horas.

Al comienzo de cada puzle, las cosas parecen complicadas e insuperables, pero tal y como pasa con los mejores acertijos, ir paso a paso es la clave del éxito y, simplemente, la cosa es encontrar el siguiente movimiento cada vez que te atasques. Por ejemplo, una vez que pulsas un interruptor, se revela otra pequeña parte que puede contener la clave para otra sección y las cosas progresan lógicamente a partir de ahí.

Es fácil atascarse con tanto en lo que pensar y, por eso, es útil ver que el juego tiene pistas que aparecen de vez en cuando. Pueden desactivarse en cualquier momento, pero con un clic en la parte superior derecha de la pantalla (un símbolo de interrogación) obtendrás una pista que se vuelve más y más obvia si sigues atascado. Estas ayudas te guían con delicadeza hasta el área general que necesitas examinar, lo que es perfecto para aquellos que se aburren fácilmente o que no quieren quedarse estancados mucho tiempo, aunque a los que les apasionan los retos pueden deshacerse de ellas por completo.

De entre los rompecabezas en los que te involucras en las cajas, van desde lo muy perverso (como notar que una pata de la caja es diferente a las demás) a lo muy obvio... si sabes qué buscar. Tenemos que añadir que nada de esto es fácil, pero te da esa verdadera sensación de logro cuando finalmente resuelves alguno de los secretos. Algunos también requieren que no tengas una mente muy cerrada (perdón por la broma) y examines las cosas que creías que no te serían relevantes.

Hay una historia aparte que se va hilando a lo largo de toda la experiencia en la que se descubren notas sobre la investigación de alguien acerca de "null", pero, en realidad, esto no va a ser lo más importante para muchos jugadores. Divaga mucho y casi solo sirve para aportar algo a la atmósfera de intriga y misterio en lugar de darle una trama sólida de la que saquen conclusiones.

En lo que respecta a la versión de Switch en concreto, parece estar a la altura y más en línea con la brillante versión de PC que la de móvil, lo que es de agradecer. Todas las superficies brillan y la iluminación es perfecta, con partes de las cajas dando luz a las habitaciones oscuras en las que te encuentras. Los gráficos no son lo más importante en un juego como este, pero deleitan la vista mientras pones a prueba a tu cerebro.

Hay dos tipos de control que puedes usar en The Room para Switch. El primero te permite usar un joystick. Se usa la R para centrar el icono en la pantalla, los controles por movimiento sirven para mover y arrastrar la cámara alrededor de la caja y hay otro botón para acercar e interactuar con las superficies de la caja. En teoría suena bien, especialmente porque no es necesario apuntar a la pantalla, pero no duele la muñeca después de una caja y es complicado cuando consideramos la delicadeza de algunas de ellas. Aconsejamos tandas si quieres jugar de esta manera.

Luego está la pantalla táctil, que es la forma preferida para jugar, como se ha demostrado en las versiones del juego para móvil. Aquí consiste en arrastrar el punto de vista con el dedo, hacer doble tap para acercarlo, pellizcarlo para alejarlo y, obviamente, interactuar con la caja con tus propias manos. De esta manera, es mucho más intuitivo, pero limita claramente que solo puedes jugar en portátil, así que tendrás que considerar si prefieres la vistosidad de la pantalla grande o la alternativa móvil, algo más fácil.

La premisa de The Room puede parecer básica en el sentido de que te enfrentas a cajas de rompecabezas y ya está, pero confía en nosotros cuando te decimos que no se trata de cualquier caja de puzles. Nos ofrecen artilugios complicados y atractivos con los que jugar de maneras interesantes para desbloquearlos, pero la sensación de satisfacción es inmensa. Con pistas y una interfaz fácil de usar para pantalla táctil, aquellos a los que les guste romperse la cabeza deberían acoger a The Room con los brazos abiertos, aunque quizás no se acerquen a los joysticks.