They Are Billions - impresiones Acceso Anticipado

Uno de los hits del momento en Steam es They Are Billions, un proyecto español que se ha colocado ahí arriba en Acceso Anticipado solo con el boca a boca, sin campañas de marketing ni promoción. Día a día está recibiendo críticas muy positivas a pesar de llevar tan solo un mes en Acceso Anticipado, es decir, que aún no está acabado. Por eso hemos decidido echar un vistazo a ver qué es lo que ofrece y por qué está gustando tanto.

El pilar central es el mismo sobre el que están construidos la mayoría de los RTS, juegos de estrategia a tiempo real. Es a la vez una gran fortaleza y una gran debilidad, porque los desarrolladores tienen un género familiar al que agarrarse y una serie de mecánicas establecidas que funcionan a las que aplicar después algunas novedades o elementos creativos que enriquezcan la experiencia. Sin embargo, como haya un mal uso o se ponga poco cuidado, la creación de infraestructuras y la gestión de recursos se convierte en un caos que se lleva por delante el juego completo.

Por suerte, They Are Billions es uno de los que ha conseguido hacerlo bien. Mientras que en la mayor parte del género se basan en dejar al jugador la parte ofensiva y dedicarse a la defensiva, el de Numantian Games hace lo contrario y eso obliga a que el jugador nunca pueda dejar de prestar atención a la pantalla. Ten en cuenta que en medio de tus dominios hay un centro de operaciones que hay que proteger a toda costa, porque si es invadido, aboca a tus habitantes al olvido.

No son otros jugadores los que vienen a por ti. Esos miles de millones a los que hace referencia el título son no-muertos que hay por el mapa y que se acercan en oleadas. Antes de que se produzca una nueva tienes tiempo de hacer algunos ajustes y reordenar tus capacidades y habilidades. Además, hay varios entornos que se van desbloqueando. De todos modos, cuenta con un sistema de equilibrio de oleadas que va en función de los días de partida, así que en cierto modo no se complica demasiado.

Pero no es fácil. En cuanto empiezas las primera partida te das cuenta de que es un reto. Hay que probar un par de veces para enterarte bien de cómo va la cosa y poder plantar cara decentemente, con ritmo. Como la mayoría de RTS con una base central, hay que prestar atención a los edificios y tener un buen plan para ganar eficiencia, si no será muy difícil lograr crear las unidades necesarias para repeler los ataques de las primeras oleadas. Poco a poco se va convirtiendo en una carrera armamentística, en conseguir tener más y mejores unidades bien ubicadas en las posiciones clave en torno al perímetro del campamento, con una buena combinación de alcance, potencia y velocidad de combate.

Subir de nivel la base no es fácil, y si hay algo en lo que creemos que They Are Billions debe mejorar bastante es la forma en la que se relacionan los edificios. Desde nuestro punto de vista, los números no dan y ajustar la construcción de la base a las necesidades defensivas de tu comunidad puede ser un poco frustrante. Por ejemplo, para acumular un número adecuado de soldados hace falta disponer de muchísimas tiendas de campaña en las que albergar a los trabajadores requeridos, y al final te satura el campamento de pequeñas construcciones que entorpecen la urbanización posterior de la zona. Esta expansión descontrolada o incontrolable, según se mire, hace que la defensa sea mucho más complicada y provoca en ocasiones divisiones de tropa que acaban por ser letales.

Otro de los elementos típicos del género son los sistemas hilvanados, como por ejemplo la necesidad de conseguir un tipo de recurso para un edificio concreto. En estos momentos del desarrollo también notamos que hace falta un reajuste de estas interacciones porque hay veces que hemos tenido la sensación de perder mucho tiempo en tareas secundarias o de poca repercusión. ¿Se puede solucionar? Estamos convencidos de que sí, porque más allá de esos líos para tener ordenada y en crecimiento la casa, esos momentos en los que la experiencia se atasca por el micromanagement, nos encanta todo lo que pretende conseguir Numantian Games.

Para empezar, entra bien por los ojos y además tiene un estilo que funciona bien. Si alejas demasiado la cámara puede ser difícil distinguir unidades propias de zombis, pero los edificios y las propias unidades tiene un buen diseño, aunque no siempre dejen claro para qué sirven por su aspecto, al menos a primera vista. Tiene identidad y consigue crear esa sensación tensa e intimidatoria a través de una ambientación opresiva y aterradora, que es justo lo que queremos en un juego así. Por cierto, en cualquier momento puedes pulsar la barra espaciadora y replantearte lo que estás haciendo, una función sencilla que le sienta muy bien.

Lo mejor viene después. Cuando por fin logras asentarte sobre las primeras fases y entras en las oleadas posteriores, They Are Billions se vuelve aún más interesante. Aún jugando en un nivel de dificultad relativamente bajo, se dan situaciones bastante complejas por culpa de una IA que sabe buscar muy bien las cosquillas. Llega un momento en el que más bien pareces un apagafuegos, de acá para allá para tratar de sobrevivir. Si los no-muertos consiguen superar tus defensas y comienzan a atacar la base central, puede que ya no haya marcha atrás, pero aún así te anima a no rendirte y te deja unos últimos momentos de intensidad total. Aquí se comporta casi como un juego de terror, como una fusión entre el RTS y el survival horror.

No es perfecto, no puede serlo cuando apenas lleva un mes en Acceso Anticipado, pero ya entendemos mejor porque hay tanta gente jugándolo y no dejan de recomendárselo los unos a los otros. Con trabajo dedicado y centrado en los aspectos que deben mejorar, They Are Billions puede convertirse en un título de estrategia a tiempo real excelente, con identidad, con garra y con mucho futuro.