Análisis de This is the Police 2

Me gustó This is the Police, más que al compañero Mike por lo que contó en su análisis. Logré meterme en esa simulación de una comisaría, en el personaje de Jack Boyd y en todo esa asquerosa corrupción en Freeburg. Está claro que no era perfecto y acepto que se critique que al final se hace demasiado monótono. Weappy, el estudio que le dio vida, promtió que en la secuela habría más drama policia y también mayor variedad. Es un poco estúpido, o al menos así lo creo tras diez horas con This is the Police 2.

Si habéis jugado al primero puede que os acordéis de que ya se centraba bastante en la historia, pero en esta secuela se ha potenciado al 110%. Jack Boyd acabó como acabó en aquella historia pero la vida da muchas vueltas y aquí le tenéis, de nuevo al mando de la comisaría de otro distrito. Mirando al futuro, pero con un pasado que no para de acechar. La trama sale a flote mediante unas animaciones flotantes y una especie de película stop-motion con doblaje de voz al inglés. Poco a poco descubres que lo que te cuenta ni te llena mucho ni tampoco tiene demasiada lógica, y como hay algunas secuencias que se les han ido de madre, casi tanto como a Kojima en MGS4, hasta te da tiempo a pararte a pensar entre medias. Es cierto, exagero un poco y no es tan malo, pero se les ha pirado.

En lo que a jugabilidad se refiere, es un simulador de la vida policial sólido y bien trabajado, aunque siendo veraz ya no hay que pensar en Boyd como en un gestor. En el fondo da igual, lo importante es que hay que vigilar y organizar los procesos y tomar las decisiones, muchas de ellas de importancia vital. Como que si muere un agente su equipo va a querer ir al funeral y eso singinifica una buena plaga de bajas temporales. Puede que te apetezca no concederles el permiso, pero prepárate para enfrentar un buen conflicto interno. En This is the Police 2 hay que ajustarse siempre a un equilibrio constante entre humanidad y eficiencia. La mayor parte del juego tiene partes de investigación y de interrogatorio, momentos de estrategia y otros tácticos. Casi todas estaban ya antes, pero la última es nueva.

Sobre el mapa general está claramente marcado qué problema es cada punto, y a diferencia de las alarmas comunes, el juego permite asignar a alguien a cualquier hora del día siempre y cuando sea antes de acabar la jornada, a eso de la una en punto. Preparación ante todo, porque hay que saber ajustar el calendario, colocando los mejores elementos y equipo donde correspondan para que las tareas salgan rápido. Todo funciona en cierto modo como en Xcom: controla varias patruyas y ve cumpliendo objetivos como abatir enemigos o desactivar bombas.

Hay que tener buen ojo con qué se asigna a quién, fijándose sobre todo en el acierto, la experiencia acumulada y el equipamiento que lleva cada uno encima. Cada vez que un agente (o una agente) completa una tarea, mejora su estatus y es probable que desbloquee alguna habilidad nueva. Porque poner a un negociador que sea un crack en la palabra y un inútil con una pistola en las manos en medio de un tiroteo no parece la mejor idea. Sobre todo, porque aquí los muertos lo están para siempre, son unidades perdidad.

Hay varias capas de mecánicas de juego por las que ir penetrando a base de situaciones de este tipo y eso implica conocer bien las herramientas que This is the Police 2 pone a tu disposición y cuáles hay que llevar en cada momento. Por suerte, hay testigos dispuestos a ofrecer un poco de información por unos cigarrillos o por una lata de comida. Saben cuándo pasan las patrullas de guardia o cuántas hay en el perímetro, por poner dos ejemplos.

Lo que pasa es que he terminado con la sensación de que las probabilidades de los hecho aleatorios van generalmente en contra del jugador, y da igual al final qué es lo que elijas que va a acabar llevándotelas por alguna parte. Asumimos eso de que todos los actos tienen consecuencias, pero en un juego como este quiero pensar que por lo menos alguna vez estoy acertando, no que siempre lo hago mal, porque es desmotivador.

Da igual cuántas veces metes caña al pelota del distrito, él sigue yendo a por más y más trabajo y visita clientes para asignaciones virtuales. Como pretexto para que las cosas se vayan complicando poco a poco, la secuencia se queda algo floja. Puede que hay tres trabajos y dos patrullas disponibles, que me decida por una y que resulte que al final las dos escigas sean falsas alarmas. Vale que es algo que se puede dar en la vida real, pero que te estén machacando todo el tiempo con cosas así no gusta.

Gráficamente, This is the Police 2 es muy parecido al primero. Ese estilo a lo dibujos animados que dependen más de los contornos y de los colores pega muy bien con la trama y la presentación de los menús es excelente. Las secuencias intermedias pueden variar entre formatos, pero todo sigue un mismo patrón que le da unicidad. También goza de una buena banda sonora, con unas melodías de jazz dentro de la oficina que tornan en conversaciones y mucha charla de policías. Nos encontramos una vez más con Jon St. John poniendo la voz al protagonista en inglés, y aunque quizá no es el mejor actor de doblaje posible, su voz entra bien y da buen rollo.

Al final estamos acabando el texto y prácticamente no hemos encontrado grandes novedades. Como no disgustó el original, tampoco lo hace este. Me hubiera gustado que Weappy corrigiera más aspectos raros del título, pero su apuesta ha sido por abrise e introducir más capas para hacerlo más complejo. Hay unas pérdidas de ritmo feas por culpa de esas secuencias de historia que cuentan en siete minutos lo que se dice en trenta segundos. Así que la decisión es fácil, si os gustó el priero, aquí tenéis un poco más de lo mismo y más largo. Si no, pues circulen, no hay nada que ver.