Como en cualquier otro juego de Total War, hay dos caras. Rome II es, como sus predecesores, dividido en dos partes: la de estrategia basada en turnos de los mapas de campaña y las batallas en tiempo real que ocurren cuando dos ejércitos se encuentran.
Pero lo primero es lo primero: el mapa. Es enorme, colosal. Va desde el norte de África hasta las Islas Británicas, pasando por lo que hoy en día es Afganistán. Hay muchas provincias, cerca de 60 y con 180 regiones entremedias) que son susceptibles de ser conquistadas.
Para los aficionados a la saga, es una gozada mirarlo. Los jugadores tienen un montón de posibilidades enfrente de ellos y pueden crear ejércitos y verlos avanzar por el mapa conquistando regiones. En Total War: Rome II también podrás reclutar el ejército directamente, en vez de crear las unidades en las provincias para mandarlas a tu ejército. Esto agiliza mucho el juego, lo que viene a veces bien considerando su dimensión.
Gestionar a las provincias también es algo más sencillo, con gobernadores para las regiones que darán instrucciones básicas, en vez de tener que controlar cada mínimo pedazo de tierra. De nuevo, es una buena forma de simplificar esta parte de las campañas, pero para los jugadores que prefieren los sistemas de turnos existen una enorme cantidad de variables que se pueden controlar. La población debe estar contenta y alimentada, y por supuesto puede haber traiciones entre las familias poderosas para hacerse con el poder.
Durante la presentación de Creative Assembly, vimos a las tropas romanas bajo la dirección de Julio Cesar marchar sobre Egipto en la Batalla del Nilo. La demostración comenzó en el mapa de campaña, con las legiones marchando al Norte de África.
También hay cabida para la diplomacia. Hubo una pequeña tentativa de hacer la paz con Egipto, pero al final no estaban tan dispuestos a ser nuestros amigos. En un intento de hacer esta parte del juego más clara, los jugadores pueden ver cómo sus acciones anteriores han sentado al resto de facciones y cómo ha variado su percepción de ti.
Llega el momento de ver cómo se enfrentan los dos ejércitos, con los egipcios defendiendo una posición alta. A lo largo del terreno de batalla hay dos flotas de barcos de batalla. En Rome II estas batallas son simultáneas y los dos frentes abiertos dan al jugador mucho de qué pensar. Centrarse demasiado en uno puede poner en riesgo, incluso destruir, la otra parte de la batalla.
Elefantes de guerra. Trinquetes y bolas gigantes son el recibimiento a las tropas romanas. Después de ver la batalla (los desarrolladores estaban demasiado ocupados explicando cosas y no jugaban a ganar) la pude jugar yo mismo desde ambos bandos.
Primero tomé el control del ejército egipcio. Quería probar las grandes bolas de fuego yo mismo. No fue hasta la segunda partida, cuando alguien de CA me indicó cómo encenderlas, que fui capaz de usarlas en una batalla.
Mi primera batalla fue sencilla. El terreno más alto los trinquetes, lo elefantes arrollando... todo estaba preparado para una victoria sencilla. Las unidades romanas cayeron una a una y todo fue sobre ruedas. La batalla naval fue más o menos igual. Sólo tenía que asegurarme que las unidades romanas no me sobrepasaran y evitar que desembarcaran las tropas para que me envolvieran.
La segunda batalla, donde yo asumía el control del ejército de Roma, fue más complicada. Primero mandé la mitad de mis barcos directamente contra la flota egipcia en un ataque suicida. La otra mitad hice que desembarcaran para que se unieran a las fuerzas que tenía desplegadas al pie de la colina.
La caballería y los elefantes fueron hacia mi flanco izquierdo y mandé a mis tropas nuevas por la derecha, mientras que enviaba al grueso por el centro. Hice que mis tropas fueran muy separadas, para minimizar el daño que hicieron los elefantes cuando me alcanzaron.
Mi caballería cargó sus flancos. El derecho murió rápidamente. Una pequeña fuerza alcanzó la retirada de mis tropas centrales, pero pude frenarlas y volver a atacar. Ahora fue más sencillo, ya que mis enemigos habías gastado buena parte de su provisión de bolas de juego y sus elefantes habían caído, así que cerré filas y mandé el resto al ataque.
Mi caballería terminó de hacer su trabajo, pero tuve que retirarla del campo de batalla, muy tocada. La infantería egipcia no pudo resistir el envite de mis entrenadas legiones y fueron cayendo. Se ha mejorado mucho la representación de las batallas ya hora es una gozada verlos luchar, con mucha más variedad que antes.
Me di cuenta que una enorme columna de refuerzos se incorporaba a la batalla por la izquierda. Puede que la IA no terminada de esta temprana versión me ayudara, pero no me rodearon y me aniquilaron, sino que fue mandando tropas de poco a poco, pudiendo repelerles con facilidad. Lo único que me quedó fue capturar al comandante enemigo en la cima de la colina y gané la batalla.
Hay muchas novedades que se han incorporado al sistema ya completo y establecido de Total War en Rome II. Apenas pude entrar en detalles de la parte táctica, pero se podrá ver la batalla en su conjunto desde una distancia apropiada. Podrás asumir el control directo de algunas unidades, como los trinquetes, y ver la destrucción que son capaces de provocar cuando golpean a un enemigo. También se mejorarán las posibilidades defensivas.
El terreno será persistente. Esto es que cuando un terreno ha sido generado para una batalla permanecerá para encuentros futuros, permitiendo a los jugadores traspasar su experiencia en ese lugar de batallas pasadas. Habrá un componente de experiencia de cada legión. Por ejemplo, si una es destruida y necesitas crear una nueva, no tienes que empezar desde cero. Las mejoras que hubieran adquirido los supervivientes se mantienen para las nuevas tropas.
Las batallas se ven mejor que nunca y la interfaz es mucho más intuitiva que antes y la campaña basada en turnos, que tiene lugar en un mapa descomunal, con numerosos rivales hacen ver que Creative Asembly se ha superado a si misma en todos y cada uno de los detalles. Nos reservamos el veredicto final para cuando tengamos entre manos una versión final del juego, pero todo parece indicar que Total War: Rome II será el mejor título de la saga.