Análisis de Trackmania 2: Canyon

Mi querida madre me ha contado que, si con algo me encantaba jugar, era con las piezas de Lego. Hoy intento pensar que había algo en la inmediatez de pensar en una idea y montarla directamente que me enganchaba sin remedio. Un concepto que resulta que aún encuentro realmente atractivo.

He pasado incontables noches montando parques de skating en Tony Hawk, dibujando detallados entornos de fantasía en Heroes of Might & Magic II y he diseñado mi propio patio de recreo mortal en Halo: Reach. Trackmania 2: Canyoun encajaría perfectamente conmigo, porque además de un juego de coches, es una experiencia que otorga muchísima importancia a la creatividad del usuario. Es un juego hecho tanto para tu arquitecto interior como para el fanático de las carreras.

Desde la perspectiva de la jugabilidad, Trackmania 2: Canyon tiene corazón arcade. Las teclas de las flechas de tu teclado son todo lo que tienes que tener en mente. Acelera, frena, izquierda, derecha. La sensación de velocidad es tan impactante que parece que estás pilotando un jet. Realizas saltos enormes que dejan en ridículo a Evel Knievel, haces caídas de órdago y fuerzas a tu vehículo a derrapar de forma salvaje. De hecho, ahora se basa un poco más en los derrapes, algo que sólo era un recurso de última hora en anteriores entregas. En esta ocasión, no pierdes tanta velocidad cuando lo haces, sino que te invitan a probarlo.

Gracias a los controles tan sencillos, cualquiera puede disfrutar con Trackmania 2: Canyon, incluso los que no están muy acostumbrados a los juegos de coches. Dicho esto, la dificultad puede subir de forma repentina, dependiendo del circuito que escojas, a qué medallas aspires o tu competitividad en los rankings online.

Jugar en línea es una parte esencial de la experiencia. Hasta 200 (!) jugadores pueden competir en la misma carrera. En circunstancias normales habría sido técnicamente imposible, pero Nadeo lo consigue eliminando cualquier tipo de colisión entre los jugadores. Eres tú contra la pista, porque los otros jugadores son meras referencias visuales. Parece que estás corriendo contra fantasmas, pero está ocurriendo en tiempo real. Cada ronda te deja todos los intentos que quieras durante el tiempo determinado para hacerse el circuito, y al final quedan listados los resultados de todos.

Es un sistema único y que funciona, que ya conocíamos de entregas previas. Si se tratara de un juego de carreras donde se aplicaran las leyes físicas, ya no sería Trackmania. Y si juegas en casa con amigos, puedes correr contra ellos a pantalla partida.

Hasta el momento todas las modalidades de juego se basan en alcanzar la meta lo más rápido posible. Los populares modos puzle y plataformas de los juegos anteriores, por desgracia, no están aquí. En general, el contenido que viene de serie es bastante deprimente, y sólo cuentas con el ambiente "Cañón". Obviamente, Nadeo planea lanzar más juegos con nuevos bloques de construcción, modos de juego, entornos y actualizaciones en el futuro, pero hasta entonces tenemos que conformarnos con el contenido que ofrezca la comunidad para mantener la frescura en el juego. Por suerte, ya están consiguiendo cosas geniales.

Los pilares salen del editor de circuitos. La herramienta viene en dos versiones: simple o avanzada. El sistema avanzado es realmente accesible, y pronto podrás dominarlo. Construyes sobre una rejilla y dejas pedazos de calzada, saltos, loops, túnels, zonas de turbo... Sencillo, pero lo abarca todo. Simplemente echa un vistazo a los millares de circuitos montados por usuarios que hay disponibles online para darte cuenta de la diversidad que pueden ofrecer estos bloques de construcción.

Para los que quieren llevarlo un paso más allá, el juego se ha diseñado con la comunidad de 'modders' en mente. Aquí es donde los más ambiciosos emplean su creatividad. Ya he descargado un par de mods que transforman los cañones marrones y naranjas del juego original en campos verdes y exuberantes o tundras árticas. También hay nuevos modelos de coches, bloques de construcción y texturas que aparecen de vez en cuando, así que recomiendo a los jugadores que estén pendientes de los foros oficiales para las últimas noticias al respecto. Lo único que te pide para elevar tu experiencia de juego es algo de devoción y paciencia.

Y esto nos lleva al siguiente asunto de análisis: el enlace entre juego y comunidad, llamado Mania Planet. Diseñado para facilitar el proceso de descarga y la subida de contenido de usuario, aún denota que Trackmania 2: Canyon es una de esas experiencias diseñadas para PC donde no se ha pensado demasiado en la accesibilidad. Crear nuevos vinilos para el coche, por ejemplo: en lugar de poder leer archivos de imagen normales desde los menús in-game, te obligan a hacer lo siguiente:

Crea tus pegatinas personalizadas para Trackmania 2: Canyon

1. Abre el archivo en Photoshop (o similar). 2. Guarda la imagen como TGA, y que no se te olvide crear un canal alfa. 3. Crea un icono que vaya con la imagen. 4. Dale un nombre correcto y encuentra el lugar exacto en la jerarquía de carpetas para guardar los archivos. 5. Ya puedes decorar tu coche desde dentro del juego.

No es que sea tan complicado con algo de guía, pero podría haberse hecho mucho más amigable. A Nadeo le habría venido muy bien echar un ojo a juegos de consola como Little Big Planet 2, que te deja hacer prácticamente lo mismo, pero de forma mucho más dinámica. Lo mismo se aplica para casi todas las cosas de Trackmania 2: Canyon: funciona bien, pero requiere mucho por parte del usuario.

El paisaje sonoro es relativamente anónimo, tiene poca presencia. Algunas pistas de rock para subir la adrenalina, en lugar del electro flojucho y unos rugidos de motor más potentes habrían venido muy bien. Cómo está, se queda en el limbo entre lo bueno y lo malo.

La presentación visual, por otro lado, es casi perfecta. Desde el punto de vista gráfico pinta fenomenal (la mayor diferencia respecto a títulos previos). Los modelos de bólidos son geniales, los entornos se reflejan en el capó y diversos efectos lo convierten en todo un disfrute en las máquinas más potentes, pese a que el juego se ha ingeniado con la intención de que corra sin problemas en equipos más discretos.

En un esfuerzo por atarlo todo, el chavalín que adoraba las piezas de Lego habría llegado a la Luna con Trackmania 2: Canyon. Te convencerá si te gusta construir, recorrer los circuitos de otros o simplemente correr.