Nada hiere tanto el corazón de un padre como que sus hijos sufran o mueran. The Walking Dead (Telltale) me atrapó tocando esas fibras emocionales y The Last of Us hizo exactamente lo mismo. Experiencias de juego poderosas, memorables, notables, en las que los personajes ocupaban el centro del escenario, en las que el entorno les daba forma y en las que yo me convertía en una parte vital de la apasionante narrativa.
La recién estrenada aventura Under the Waves pretende hacer lo mismo. Sam es un buceador profesional que trabaja a varios cientos de metros bajo la superficie del hermoso Mar del Norte. Su misión gira en torno a la resolución de problemas y la exploración, y la soledad de Sam, como el propio mar, es uno de los personajes más tangibles del juego. Pearl, la hija de cuatro años de Sam, ha muerto. Su muerte, por supuesto, le rompió el corazón, y son las profundidades azul oscuro del océano, el vacío y la calma que resuenan allí abajo, lo que sirve como metáfora de su sufrimiento. Las profundidades representan el dolor de Sam. El aislamiento, su pérdida, y Under the Waves hace un gran trabajo para transmitirlo y crear su atmósfera.
Las tareas diarias y la exploración a las que se dedica Sam se convierten en parte de su proceso de duelo, y el vasto océano alienígena y su incertidumbre se convierten en una forma de intentar lidiar con lo que no se ha procesado por encima de la superficie. Las llamadas telefónicas regulares a su esposa Emma exponen su espectro emocional mientras él intenta calmar a una esposa solitaria y atormentada que lo único que desea es que vuelva a casa, a la superficie... de nuevo. Mientras tanto, Tim, el jefe de Sam, también llama periódicamente al fondo del océano para compartir informes de situación y asignar nuevas misiones. La parte más vocal de la narración en este juego funciona muy bien, pero es la historia contada a través de los entornos, la música, la atmósfera y el solitario silencio de ahí abajo lo que más importa.
No hay duda de que los desarrolladores de Parallel Studio tienen una relación muy especial con el océano, ya que Under the Waves puede considerarse en muchos sentidos una carta de amor al "Gran Azul". Pocas veces la profundidad ha sido tan bella y atmosférica como en este juego, y pocas veces el mar se ha sentido tan increíblemente grande y cambiante. Hay mucha vida bajo la superficie y la estructura de las misiones de Sam está bien construida, al igual que la variedad de sus diferentes tareas. Juegas desde una perspectiva en tercera persona y, con la ayuda de un submarino, hay un montón de misiones que te obligan a explorar partes del océano con él. Grandes ballenas, pequeñas tortugas, enormes bancos de peces y todo lo que hay entre medias recuerdan a Sam la belleza de la vida y su viaje bajo la superficie pretende inspirar esperanza. Dicho esto, en varios momentos se vuelve tan triste y tan oscuro que tuve que tragarme el nudo que se me formó en la garganta.
Under the Waves es corto pero ajustado. Tardé unas cuatro horas en jugarlo, y aunque pueda parecer que apenas dura más que una película, para mí fue la duración justa. No hay nada de relleno, ni repeticiones que alarguen el tiempo de juego, y nunca me resultó aburrido o frustrante. En lugar de eso, Parallel Studio ha creado una experiencia que tranquiliza, que atrapa y que deja huella. También hay aquí un tono que rima con una especie de conciencia medioambiental, que debemos proteger nuestros océanos y todo lo que vive en ellos, e incluso ahí los desarrolladores consiguen muy bien el equilibrio. Su mensaje nunca es impostado ni forzado, sino sutil y reflexivo.
El diseño es precioso, con una especie de estética retrofuturista que me gusta mucho. La mezcla de minimalismo y estilo es acertada y la profundidad del mar es hermosa de una forma que no esperaba. Después de haber vivido en el fondo del mar en el extraordinariamente atmosférico Subnautica, no pensaba que este juego fuera a superar a aquella experiencia submarina en términos de belleza, atmósfera y variedad, pero así ha sido, a pesar de su modesto tiempo de juego de solo cuatro horas. La única queja que tengo es que las animaciones faciales de Sam en algunas escenas clave (las conversaciones con Emma) no transmiten ni una sola emoción, lo cual es una pena. Los desarrolladores deberían haber dedicado mucho más tiempo y haber comprado un sistema facial al estilo Senua o The Last of Us: Part II para cimentar realmente su sufrimiento en esos momentos superimportantes. Pero, realmente no se puede tener todo y yo, en resumen, te aconsejo que lo juegues. Porque es memorable, hermoso, relajante y atmosférico.