En 1938, Orson Welles anunció la invasión alienígena de América. Era la adaptación radiofónica de la novela La Guerra de los Mundos, pero la gente estaba realmente asustada. La ciencia ficción en aquellos tiempos no se metabolizaba y presentaba mucha menos influencia tecnológica que romántica. Los 'hombrecillos verdes' raptaban pin-ups mientras que un héroe musculoso se metía en un traje espacial para salvarla. Welles dio el susto al publicar una noticia falsa sobre el aterrizaje de los marcianos.
¿Que tiene que ver todo esto con Unstoppable Gorg, el nuevo juego de Futuremark? En realidad, parece que toda la presentación está sacada de un noticiario de los cuarenta. Para abrir cada misión hay una peliculilla muy divertida, combinando los clips de ciencia ficción al estilo de Plan 9 from Outer Space con imágenes reales de la Segunda Guerra Mundial. No es que importe mucho la historia en un juego de defender la torre, pero es interesante destacar que los desarrolladores han trabajado duro para meter un montón de ironía en un juego donde, en pocas palabras, tienes que derribar las naves enemigas mediante la colocación de los cañones.
La fórmula es la típica del género. El enemigo enviada oleada tras oleada de enemigos, y el jugador coloca las diferentes estructuras para reducirlas antes de que lleguen a la meta. En este caso, el objetivo está representado por una base espacial (o un planeta), mientras que las estructuras se dividen en defensivas, energéticas o de investigación.
Las estructuras defensivas incluyen varios tipos de cañones, misiles y bombas, cada una equilibrada por diversos parámetros. Hay grandes obuses capaces de derribar las naves más curtidas, armas más ligeras para los platillos volantes estándar, misiles a distancia, etcétera. Cada arma posee un punto fuerte y un punto débil, ya sea la potencia o la tasa de disparo.
El jugador tiene la posibilidad de conocer de antemano cuál será el camino del enemigo, para poder colocar las estructuras en consecuencia. Naturalmente, por otro lado, no podrás saber cuál será la nave que saldrá de la nave nodriza con anterioridad, por lo que por lo que muchos niveles obligan a probar una y otra vez para encontrar la combinación idónea en términos de estructuras defensivas. Esto, sobre el papel, extiende a la vida útil del juego. Sin embargo, en algunos casos se traduce rápidamente en frustración.
Además de las estructuras defensivas, se pueden crear laboratorios de investigación que proporcionan incentivos para las estructuras ya existentes. Las armas se pueden mejorar (y reparar), pero el tiempo es dinero.
¿Y el dinero? El dinero se gana a través de estructuras energéticas (y, en menor medida, destruyendo las naves) que se convierten en uno de los puntos neurálgicos del campo de batalla. Por desgracia, la construcción de estructuras, a su vez, tiene su coste, y muchas partidas comienzan con naves espaciales que salen de todos lados sin tener el efectivo necesario para comprar un cañón.
El posicionamiento de estructuras en el terreno de juego se realiza mediante órbitas concéntricas en torno a nuestro objetivo a defender. Hay puntos predeterminados donde emplazar las defensas, y la órbita se puede girar con el ratón. Es decir, además de colocar los cañones, el jugador cambia la posición, dependiendo de la ruta tomada por los invasores espaciales. Esto hace que sea un juego más profundo, pero a la vez más complejo. Si sumas la posibilidad de encontrar otros obstáculos en el camino, incluyendo asteroides fuera de control, pronto se convierte en todo un caos estelar.
En general, queda la sensación de que el modo de juego principal es bastante difícil. Ya en el cuarto o quinto nivel es fácil descubrir que la mítica fórmula de "prueba-error" forma una parte esencial en este juego. Sólo los jugadores que se consideren expertos estrategas y los más pacientes serán capaces de llegar hasta el fondo. También existen dos modalidades adicionales que permiten reproducir los niveles de la campaña (pero con normas más severas) o jugar frente a hordas interminables de enemigos en un campo abierto. Por desgracia, el juego no incluye modo multiplayer. Una verdadera pena, teniendo en cuenta la variedad que se podría haber generado con esta idea de aliens asesinos.
Además de la presentación espléndida y el audio, aún más agradable (hay que elogiar el doblaje a lo RKO), es un juego con un aspecto visual y jugable más que suficiente. En el panorama de los tower defense, Gorg Unstoppable es, sin duda, un juego bien hecho, pero no excepcional. Un mayor esfuerzo por parte del estudio habría dado lugar, probablemente, a una experiencia más completa. En cualquier caso, su precio lo convierte en una opción realmente interesante.