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Warhammer: Vermintide 2

Warhammer: Vermintide 2

Antes de su estreno mundial, Gamereactor ha tenido la ocasión de jugar varias sesiones a la versión final junto a Fatshark.

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Han pasado unos cuantos años desde que tuvimos el primer contacto con nuestro quinteto de héroes en Ubersreik. Warhammer: End Times - Vermintide no era otro de tantos juegos basados en la licencia de Games Workshops, demostró ser uno de los mejores (aunque no tuviera el mejor nombre). Ahora hemos tenido la oportunidad de jugar en exclusiva a la versión final de Warhammer: Vermintide 2 antes de su lanzamiento para este análisis. ¿Será un digno sucesor?

La respuesta corta es que sí. La secuela mejora al original prácticamente en todo. Trae más personajes de esos que tan bien funcionaron, más habilidades con una mayor capacidad de influencia, más enemigos, objetos, ítems y, por supuesto, una nueva base a la que llamar hogar. Puede que el primer Vermintide fuera la solución para hacer olvidar la ausencia de Left 4 Dead, pero esto es un título con identidad propia que va un paso más allá en su concepto.

Desde el principio toca ponerse las pilas. Cautivado por los Skaven, las ratas que destripamos por miles en el anterior, somos testigos de la formación de una nueva alianza entre el viejo enemigo y el que entra en escena, Guerreros del Caos del Norte. Estos norteños no son tan directos como las ratas y la mayoría de ellos es capaz de aguantar más de un par de tiros. Con la ayuda de los compañeros, esta nueva cuadrilla logra salir volando y llegar a la nueva fortaleza, las ruinas de un viejo castillo.

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Es después de este prólogo cuando aparece la primera gran diferencia. En Vermintide 2 podemos elegir con cuál de los cinco personajes jugar. Es una decisión muy importante porque el que estemos controlando en cada momento es el que va a ir subiendo de nivel, y no el propio perfil de jugador como antes. No es que después sea complicado ir cambiando de uno a otro, el problema es que alguno se quede atrás y enfrentarse a lo que viene después falto de desarrollo y sin armas que merezcan la pena. Nuestra impresión, de todos modos, es que lo mejor es cogerse al que más te guste de una vez y tirar con él.

Warhammer: Vermintide 2

La evolución de cada héroe es importante por dos motivos. El primero, que cada cinco niveles subidos se desbloquea un talento pasivo personalizable. Son del estilo espacio para llevar más munición, incremento en el daño o aumento de velocidad. El segundo, quizá más relevante, es que al alcanzar el séptimo y el duodécimo, el personaje accede a su segunda y su tercera "carrera" (desconocemos aún los términos en castellano). No es como si tuvieras acceso a un personaje nuevo, porque en cada una empleas el mismo armamento, pero sí varía el gameplay porque tienen sus propias habilidades, mejoras pasivas y árboles de desarrollo.

Esta novedad abre un abanico de posibilidades amplio y responde bien para que cada jugador se sienta cómodo independientemente de cómo le guste jugar. Por ejemplo, quienes no se sientan muy cómodos con las armas de fuego van a tener a su disposición la carrera de asesino de Bardin, que bloquea automáticamente el combate a distancia. No vamos a seguir destripando las posibilidades, pero queremos que quede claro la enorme diferencia de profundidad con respecto a Vermintide.

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Ese salto de calidad en el diseño de héroes también aplica al planteamiento de los enemigos, estos nuevos Guerreros del Caos. Ya no hay que preocuparse solo de las hordas de ratas, también hay que tener cuidado con osos locos, goliaths armados y magos enojados. El planteamiento y la ejecución del bestiario por parte de Fatshark es muy buena y delicada, porque cada tipo cumple un rol complementario al del otro. La forma de plantear los combates cambia totalmente respecto a lo anterior. Los Skavens ahora también tienen más tipos de unidades que amplían su repertorio, como una especie de tanques, ratas supermusculadas sus unidades de magia.

Warhammer: Vermintide 2Warhammer: Vermintide 2

Aunque hay un relato de fondo, Warhammer: Vermintide 2 tiene una estructura bastante arcade. Al principio hay tres actos, cada uno con su pequeña trama, formados a su vez por tres niveles y un jefe final. No importa el orden en el que se empiezan y se acaban, porque lo que cuenta es que cuando los tres han muerto, toca enfrentarse al superjefe final. Para que no todo parezca tan plano, los objetivos de las misiones cambias, aunque siempre partiendo de los tópicos como son escolta de un cargamento, defensa de la posición o liberar a unos prisioneros.

Por tanto, al final lo que queda es su gameplay, esa liberación violenta de adrenalina. Y sea cual sea el tipo de enemigo, el combate es tan divertido como en su predecesor. Gracias a esa variedad de clases tenemos más opciones y alternativas para hackear, golpear o disparar a los malos. Antes de arrancar cada misión hay una pantalla de selección de equipamiento en la que te sientes un poco como Neo en Matrix. ¿Quieres un arma lenta con mucho alcance? ¿Un escudo? ¿Algo automático? Todo es posible si tienes suerte con las cajas de loot.

Quienes tengan ganas de tomárselo con un poco más de calma o quieran complicarse un poco más la vida van a tener la oportunidad de explorar los mapas en busca de zonas secretas, que una vez más se presentan en forma de Tomos y Grimorios. Si encontráis los libros antes de acabar, la recompensa final será de más calidad, pero durante todo lo que resta de partida tendréis que jugar con una desventaja: el primer tipo elimina objetos de salud y el segundo gran parte de la propia barra de vida. Es bastante fastidioso, y por eso nos ha gustado. Obliga, en primer lugar, a ponerse de acuerdo con los compañeros, y después a apechugar con la decisión. De todos modos, el juego ofrece varios niveles de dificultad en el propio menú (al menos dos, recluta y veterano).

Warhammer: Vermintide 2

Esta separación en bloques de misiones se aprovecha para presentar entornos muy distintos entre sí: una ciudad montañosa en ruinas, una zona natural asilvestrada y un archipiélago idílico. Fatshark ha optado por un diseño muy exagerado de todo que fomenta la épica y encaja a la perfección con el concepto Warhammer. Los Guerreros del Caos tienen una pinta brutal con esas armaduras enormes, por poner un ejemplo. Los fans se sentirán muy cómodos con el título. Además, técnicamente está muy pulido y trabajado, bastante más que la mayoría de juegos con esta licencia, y va casi siempre bien, incluso cuando hay un montón de enemigos en pantalla, nubes de gas y explosiones. De todos modos, es cierto que nos hemos encontrado errores, como alguna paralización rara de un segundo.

Warhammer: Vermintide 2 es lo que pedimos de una secuela. ¡Si hasta han mejorado el nombre!. Fatshark ha estudiado dónde podía y debía engordar el original sin que eso supusiera un destrozo de lo que ya funcionaba tan bien, que era la diversión directa en combate. El incremento no es solo de cantidad, es de variedad, así que también satisface a más estilos de juego y alarga la duración del título. Con su estilo sabe contentar al fan de Warhammer y con su gameplay al de Left 4 Dead, todo un logro.

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09 Gamereactor España
9 / 10
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Gran diseño, con mucho estilo Warhammer y visualmente impresionante. Especialmente los enemigos. Muchísima variedad de clases, habilidades y armas que ramifican el gameplay. Dificultad bien ajustada.
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Algún bajón técnico. Enemigos con comportamiento arbitrario.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países