En lugar de pasarse años montando expectativas, Ubisoft anunció Watch Dogs 2 poco antes de la feria E3 la pasada primavera, automáticamente generando un debate bastante parecido en todos los círculos. Por un lado, el concepto de la serie siempre ha sido interesante y ha tenido potencial, de modo que esta nueva entrega podía realmente introducir una nueva forma de jugar con la idea del hackeo. Sin embargo, por otro lado también había dudas e incertidumbre teniendo en cuenta los problemas que la gente tuvo con la primera entrega. No fue una experiencia desastrosa para nada, pero tampoco estuvo a la altura de lo que se esperaba. ¿El principal culpable? Probablemente su mundo sin alma, con su deprimente protagonista y unas opciones de pirateo más limitadas de lo que cabía exigir. Por esto muchos jugadores pueden mirar esta continuación con cierta cautela.
Watch Dogs 2, desde que arranca, es completamente distinto a su predecesor, y la primera hora de juego ya te lo demuestra. En lugar de una figura sombría y cabizbaja caminando por una gris Chicago, WD2 te pone en la piel de un joven hacktivista mucho más espabilado llamado Marcus, que vive en la vibrante San Francisco, y que demuestra lo que vale para entrar en la excéntrica asociación de hackers DedSec, empeñados en exponer asuntos turbios como la corrupción o la inmoralidad de quien se tercie. La premisa de la trama surge al descubrir que la siniestra corporación Blume está realizando negocios sospechosos, no solo hacia el protagonista, sino hacia todo el pueblo, y por tanto DedSec trabaja para llevarlos ante la justicia junto a todos sus supuestos cómplices.
En general la historia es bastante entretenida, y por suerte sus personajes están bien definidos por los guionistas, con unas intervenciones atractivas. Sinceramente, temíamos que sólo íbamos a ver diálogos bochornosos entre personajes hípster y frases 'molonas' para ir en la onda de la chavalería, pero lo cierto es que todos los personajes funcionan y se complementan bastante bien, propiciando giros en la trama. De hecho, la historia esconde un par de sorpresas, lo que ha conseguido mantenernos enganchados intentando adivinar por dónde iban los tiros.
En cuanto a la dinámica de juego una vez te pones a los mandos de Marcus Holloway, se parece mucho en términos básicos al juego original. Es decir, vas por ahí explorando la ciudad y apuntas a las cosas para interactuar con ellas o hackearlas, salvo que en esta ocasión todo es más fluido por la introducción de los movimientos de parkour. Efectivamente, Marcus puede saltar entre azoteas, esquivar obstáculos o aprovechar el entorno para ir descubriendo Frisco. Pero hay que decir que tampoco es que se ponga a escalar como sus primos de Assassin's Creed; se limita a trepar muros de cierta altura o pegar un brinco para sortear pequeños objetos. Si quieres llegar más alto para tener una preciosa vista del paisaje urbano, necesitarás algo más de paciencia y quizá 'pedir prestadas' una o dos grúas por el camino.
Las misiones también son variadas e interesantes, y en su mayoría siguen el formato de tareas mayores divididas por fases. Casi todas las operaciones (misiones) principales consisten en destapar y exponer las malas prácticas o los delitos de una organización, para lo que hay que cumplir una serie de objetivos que además suelen implicar varios enfrentamientos armados. Al terminar los pasos, los crímenes se revelan al público mediante un vídeo al más puro estilo Anonymous. Entre las actividades requeridas para cumplir estas misiones hay que infiltrarse en enormes complejos, hackear terminales, extraer información, robar tecnología de forma física, monitorizar personas y mucho más.
El juego te invita a usar el sigilo para afrontar todas estas misiones, porque si bien puedes invertir en una colección de armas y gadgets ofensivos, Marcus tampoco es un súper-héroe, sobre todo cuando avisan a los guardias y las balas vuelan por todos lados. Por tanto, mantener la alarma calladita y los refuerzos tomando un café es siempre la mejor opción, y eso suele implicar que no te vean ni a ti ni a sus colegas noqueados. Si pulsas el stick derecho (nosotros jugamos en PS4) puedes activar un modo de visión similar al de la serie Batman: Arkham para ver enemigos y tecnología disponible en escala de grises, azules y rojos, lo que te permite planear cada movimiento, ya sea colocar trampas para los guaridas, distraerles mientras te mueves como un fantasma o simplemente decidir qué vas a volar por los aires con tu arsenal explosivo, dependiendo del estilo de juego que prefieras.
Porque, en efecto, la forma de interactuar con el mundo depende en parte de tu propia creatividad, pero también de la cantidad de mejoras que tengas, que a su vez están ligadas a los puntos de la app de investigación de DedSec en tu teléfono móvil. Con estas acciones especiales puedes hacer cosas nuevas y muy chulas con la gente, los objetos y los dispositivos, de modo que ir desbloqueando habilidades te aporta más formas de aderezar tus pirateos. Lo bueno de esto es que algunas habilidades no sólo requieren los suficientes puntos de investigación, sino también algunos datos clave que hay que recoger o hackear en cierto lugar del mapa, lo que a su vez supone otro aliciente para la exploración para hacerte con todas.
Las mejoras y la investigación también abren más y más caminos para cada misión, pues suele haber varias aproximaciones para cumplir cada objetivo. Por ejemplo, puedes usar el quadcopter para acceder a las claves, marcar enemigos y hackear cosas, pero no para interactuar con los paneles, por lo que quizá te interese acercarte tú mismo a pie o usar tu RC Jumper de radiocontrol para lidiar con esos paneles. Algunas misiones se pueden llegar a completar sin que Marcus se acerque al objetivo, lo que es un toque genial. La satisfacción que surge cuando aprovechas la tecnología a tope y ejecutas una tarea sin fallos es una sensación estupenda, y realmente te hace sentir que eres un hacker, por mucho que lo que estés haciendo con solo tocar un botón sería obviamente mucho más complicado en el mundo real.
Pero queremos recalcar un poco más que el mundo de Watch Dogs 2 ha quedado mucho mejor. El entorno tiene una identidad mucho más distintiva que el del primer juego, demostrando que mudar la acción a San Francisco -y junto a una buena ración de ideas nuevas- ha sido una sabia decisión por parte de Ubisoft. No sólo hay variedad entre las distintas zonas de la ciudad, desde las crudas calles de los gángsteres hasta el esplendoroso Silicon Valley, sino también un acertado baño de color. De hecho, todo el juego se ve llamativo y muy alegre -quitando algunos fallos menores de texturas- lo que nos ha permitido deleitarnos con muchas vistas y escenas. Conforme paseas por la ciudad te llega a impresionar el detalle que ha introducido Ubisoft en cada aspecto, pero lo más importante y bienvenido es que todo esto hace que cada lugar resulte realmente curioso de explorar, evitando que las tareas más típicas sean un rollo.
Watch Dogs 2 también cuenta con unas funciones online que funcionan de dos modos. En primer lugar, están las opciones en línea para cuando invitas a alguien deliberadamente a tu partida para juntos afrontar varias misiones o actividades. Desde tu teléfono, es muy sencillo invitar a otros a tu partida para el modo libre, y desde ahí podéis hacer prácticamente lo que os venga en gana. Hay misiones co-op, tareas para subir un virus y cosas por el estilo, y lo cierto es que lo hemos pasado en grande cuando hemos montado sesiones multijugador con los colegas, pues es algo que realmente os permite luciros, hacer una demostración de fuerza y ver hasta dónde podéis llegar con las capacidades tecnológicas de dos hackers en lugar de uno. La única pega que le podemos poner a este modo de juego online, no obstante, es que estas misiones se pueden estancar un poco con el tiempo, pues si bien hay un montón, la variedad de cosas que hacer no es para tanto.
El otro tipo de juego online es el que Ubisoft denomina "seamless multiplayer" o multijugador sin fisuras ni cortes, lo que básicamente significa que si estás conectado a internet los jugadores pueden entrar y salir de tu partida desde varios eventos especiales. Por ejemplo, uno consiste en la invasión de hackeo, por la que un jugador intenta robarte datos mientras tú procuras dar con él en una zona concreta antes de que lo consiga. Otro es la misión de cazarrecompensas, en la que tienes que detener a alguien que está huyendo de la policía. Y aunque cuando escribimos esta crítica de Watch Dogs 2 esta función en línea "seamless" estaba caída por mantenimiento, antes del parón pudimos echar unas buenas partidas y podemos decir que el modo propicia unos momentos naturales y al mismo tiempo inesperados que ponen algo más de salsa al juego y mantienen la frescura, algo que nos ha gustado especialmente. De verdad sientes que estás en un mundo vivo cuando estos eventos ocurren espontáneamente a tu alrededor.
En general, el rendimiento en partidas online ha ido bien, suave y fluido, y cuando hemos invitado a otro jugador no hemos tenido problemas de conexión online al multijugador de WD2. Dicho esto, uno de nuestros compañeros sí que notó caídas de framerate considerables cuando otro jugador se colaba en estos momentos "seamless", así que es algo a tener en cuenta y que esperamos que solucionen con el mantenimiento, pues estos encuentros van a ocurrir con mucha frecuencia.
Por otro lado hemos encontrado algunos otros problemas en Watch Dogs 2 algo molestos. Los policías, por ejemplo, se pueden poner increíblemente pesados y frustrantes durante las persecuciones, y llega a parecer que los coches de policía aparecen en las calles por las que decides meterte sobre la marcha o que cuando estás escondido siguen sabiendo qué esquinas tomar para encontrarte. Por esto mismo algunas secuencias de escapatoria tardan demasiado, y hemos tenido que conducir por ahí demasiado tiempo en un intento desesperado de dejar atrás las sirenas de los coches y el omnipresente helicóptero. Además, aunque los hackeos en marcha cuando estás conduciendo son buenos en tanto que retrasan a la policía considerablemente -por ejemplo puedes levantar bolardos para frenar los coches- a veces los comandos son difíciles de ejecutar a esas velocidades.
Otro problema es que el enorme abanico de interacciones que ofrece el título al jugador puede resultar algo abrumador al principio. Casi desde el principio de la partida tienes todo el mundo a tu disposición, con todas las áreas e iconos disponibles para ver y hurgar, y aunque reconocemos que está bien en cierto sentido, la verdad es que hay un montón de cosas que hacer en las primeras dos o tres horas del juego, así que supone muchísimo que asimilar cuando estás intentando acostumbrarte a moverte, hackear, mejorar, explorar, 'craftear' y más. Los tutoriales son buenos para enseñarte a jugar, vale, y pasado un rato te haces con los mandos y sabes qué puedes hacer en cada situación, pero aun así habríamos preferido que el mundo se fuera abriendo de forma más pausada y natural, en lugar de soltarnos ahí en medio y ofrecernos todo de una. Además, el hecho de que puedas hacer viaje rápido a cualquier lugar desde el principio implica que muchos jugadores se pueden perder las vistas que hay por el camino, lo que es una verdadera pena porque San Francisco es un mundo virtual rico y vibrante que tiene mucho por ofrecer.
Finalmente, algunas partes del juego las podían haber explicado un poco mejor. Por ejemplo, la primera invasión de hackeo que nos encontramos supuso un intercambio patoso con el otro jugador: cuando identificamos al hacker y procedimos a darle con la pistola eléctrica resultó que no podíamos, y entonces la policía se presentó y nos detuvo a nosotros. Que cosas como esta queden un pelín más claras, así como el significado de los símbolos de pirateo, lo agradeceríamos sinceramente.
Pero son pequeñas quejas que no consiguen estropear lo que sin duda significa una interpretación muy mejorada de la idea Watch Dogs, su máxima expresión hasta ahora. Con unas 15-20 horas de juego tienes mucha sustancia por disfrutar, y todo con gran detalle, interés y, más importante, una gran diversión. El arte del hackeo en Watch Dogs 2 produce una variedad de situaciones de juego que los fans del concepto y del género disfrutarán sin duda, lo que, combinado con un decente reparto de personajes, un mundo vivo y detallado y un entretenido modo online, conforma uno de los mejores juegos de mundo abierto del año y uno de los lanzamientos más tentadores de la campaña otoñal.