Tengo que confesar algo de entrada: he estado postergando esta crítica durante un tiempo. Soy el tipo de persona a la que le gusta experimentar ciertas películas en los acogedores confines del hogar, donde puedes hacer una pausa, rebobinar y dejar que los detalles se impregnen en esta cabeza hueca. Así que aquí está mi largamente tardía crítica de Wicked: una película que, para mi sorpresa, me dejó boquiabierta y desafió mis expectativas como un palo de escoba desafía a la gravedad (que, por cierto, es el nombre de la canción más popular de la película, Defying Gravity... y no puedo dejar de tararearla mientras escribo esto). Sigamos.
En primer lugar, permítanme decir que llegué a esta película no como un fan acérrimo del musical de Broadway, ni como alguien profundamente arraigado en la tradición de El mago de Oz. Sólo era un espectador casual, curioso por esta reinvención de una historia conocida. Y es que Wicked toma la conocida historia de Oz y le da la vuelta, ofreciéndonos la perspectiva desconocida de Elphaba, la Bruja Mala del Oeste.
La historia continúa tras el famoso viaje de Dorothy, pero en lugar de celebrar su victoria, cuestiona todo lo que creíamos saber sobre Oz. A través de la narración de Glinda (interpretada a la perfección por Ariana Grande), nos adentramos en la vida de Elphaba (Cynthia Erivo), una joven rechazada por su piel verde, pero bendecida (y maldecida) con poderes extraordinarios.
Lo que realmente hace brillar a Wicked es el retrato de la compleja amistad entre Glinda y Elphaba. Su dinámica es una clase magistral de cómo los polos opuestos se atraen. Glinda es la reina de la chispa, el descaro y el ensimismamiento, mientras que Elphaba es introspectiva, sincera y tan verde como la propia envidia. Ver cómo su rivalidad se transforma en un vínculo inquebrantable es uno de los arcos emocionalmente más satisfactorios que he visto en 2024.
Visualmente, Wicked es todo un espectáculo. La construcción del mundo de la película es una carta de amor a los entusiastas de la fantasía. Desde la resplandeciente grandeza de Ciudad Esmeralda hasta los bellos paisajes de Oz, cada fotograma es como entrar en un sueño. El vestuario también merece una ovación: los vestidos rosa chicle de Glinda y los conjuntos oscuros y atrevidos de Elphaba encapsulan a la perfección sus personalidades opuestas.
Pero hablemos de música. Si alguna vez te has encontrado tarareando Defying Gravity (para quien no lo sepa, como ya dije, es la canción más popular de la película), sabrás que la partitura es icónica. Esta película hace justicia a los éxitos de Broadway al tiempo que introduce algunos arreglos nuevos que resultan frescos pero familiares. La interpretación de Cynthia Erivo de Defying Gravity me produjo escalofríos, mientras que el ritmo cómico de Ariana Grande en Popular añadió ligereza a los matices más oscuros de la historia. Y sí, todavía estoy tarareando la canción en este momento de la reseña; de hecho, la tengo sonando de fondo mientras escribo esto (y sigues aún sigues conmigo, te recomiendo que hagas lo mismo).
Lo que distingue a Wicked de otros musicales de fantasía es su mensaje audaz y sin disculpas. Bajo la purpurina y el espectáculo se esconde un conmovedor comentario sobre la discriminación, la autoestima y el peligro de la mentalidad colectiva. Oz es un espejo que refleja los defectos de nuestro propio mundo: una sociedad que se apresura a juzgar, ansiosa por culpar a los demás y reacia a aceptar lo que es diferente. La película aborda estos temas sin sermonear, logrando un equilibrio entre entretenimiento e introspección.
Aunque Wicked parezca un colorido paseo por una tierra fantástica, no es exactamente "para toda la familia" en el sentido tradicional. Los temas más oscuros de la película y su larga duración la hacen más adecuada para adolescentes y adultos. Los espectadores más jóvenes pueden disfrutar de las pegadizas canciones y los vibrantes efectos visuales, pero los matices de la historia son los que realmente resuenan.
En muchos sentidos, Wicked parece una película para soñadores, para aquellos que se han sentido fuera de lugar o incomprendidos, pero que anhelan dejar su huella en el mundo. Es una historia empoderadora sobre la aceptación de tu singularidad, la defensa de lo que es correcto y la búsqueda de la belleza en amistades improbables.
¿Es perfecta? Puede que no. El cliffhanger final (sí, son dos películas) me dejó gimiendo de frustración, y algunas escenas me parecieron demasiado pulidas, sacrificando la emoción pura por el estilo visual. Pero se trata de pequeñas objeciones en una película que, por lo demás, brilla con luz propia. Así pues, si aún no has hecho un viaje a Oz a través de Wicked, hazte un favor: toma asiento, deja que la magia te envuelva y prepárate para ver este mundo (y quizás incluso a ti mismo) bajo una luz totalmente nueva.