Yakuza: Like a Dragon - impresión final

Yakuza: Like a Dragon va a estar en las casas españolas y del resto de Europa, por fin este mes de noviembre. Al final ha costado que llegara por los tejemanejes de SEGA y Microsoft y su salto a la next-gen, que al final tienen como consecuencia que la versión PS5 quede relegada y solo se estrena en PS4, Xbox Series, Xbox One y PC. Como bien saben quienes han jugado a los anteriores, vienen muchos cambios, y como ya lo hemos podido jugar vamos a entrar un poco en ellos.

Para empezar, no importa no haber jugado antes a cualquiera otrao de la serie, que va de Yakuza 0 a Yakuza 6, porque Like a Dragon es el comienzo de una trama totalmente nueva. Debut de multitud de personajes y también de mecánicas y de diseño, así que el refresco es total. En lugar de partirse la cara con los capos de Tokio y sus muchos secuaces, el Ryu Ga Gotoku Studio de Toshihiro Nagoshi ha montado un sistema RPG como base. Pero vayamos por partes.

Ichiban Kasuga es el nuevo protagonista de la serie Yakuza. Era un joven en 2001, cuando su patriarca le pidió ir a la cárcel por un crimen que no había cometido para proteger a los culpables. Como está obsesionado con ser un héroe, acepta cumplir esta sentencia de 18 años de prisión, pero lo que descubre al final es que su gran gesto no le importa a nadie. Es más, al salir no le reciben con flores, sino con balas. Ahora está solo en las calles de Yokohama, pero mucho más curtido.

A quienes vengan de fuera les parecerá extraño, pero es un planteamiento bastante habitual para esta serie que no se queda corta de rarezas. Ichiban es un tipo extraño que parece inspirar a la gente que le rodea con una imaginación que vuela fácilmente. El tono general es más divertido y también bastante más vulgar que de costumbre, y eso que Yakuza se ha metido en todo tipo de enredos a través de misiones secundarias. Así que no es de extrañar que el estudio de SEGA por fin se haya animado a ir más allá con las mecánicas roleras.

Cambio de ciudad, pero mismo diseño abierto que invita a moverse por sus calles con libertad para disfrutar de su vida. Pero, en esta ocasión, son paseos en compañía de otros tres personajes que no dudarán en meterse en cualquier batalla de su nuevo formato por turnos. Tanto ellos como los enemigos se posicionan automáticamente sobre el terreno a tiempo, aunque es el jugador el que determina lo que ocurre en su turno. La gracia está en las habilidades especiales que complementan a los ataques normales, dependientes de un contador de MP que hay que ir gestionando tanto en acciones ofensivas como defensivas. Otras habilidades son de rango de efecto y pueden curar o potenciar a todos los personajes que estén dentro del área marcada. Tampoco faltan los objetos como bebidas energéticas. E incluso acciones de invocación para invitar al escenario a compañeros muy poderosos que montan un buen lío sobre el mapa.

Aunque no sean habituales en la saga, Yakuza: Like a Dragon hace un bueno uso de estos sistemas. Eso sí, hay que tener mucho ojo con el momento y la posición en cuando se activan para que funcionen bien y en su capacidad máxima. Para conseguirlo, en ocasiones hace falta completar también alguna secuencia de botones QTE.

Para convertirlo en RPG "de verdad", el estudio ha metido otros cuantos sistemas adicionales. Como uno de profesiones al que se acoge cada personaje y que hace que varién sus habilidades, perfectamente demostrado en uno de los tráilers del juego. Como se ve en las imágenes, no son las clases típicas del género, sino que son más extrañas y propias de su espacio y su tiempo como cocinero, idol pop o policía de élite. Hasta han diseño algunas mazmorras en las que adentrarse en busca de aventura, pero mofándose de sí mismos y del formato. Es una parodia perfectamente jugable.

Más allá del sistema de combate por turnos y de las clases, hay otros elementos de Like a Dragon que sí son típicos de Yakuza. El juego nos bombardea con misiones secundarias y minijuegos, y además de las recreativas clásicas de SEGA habilitadas en los salones virtuales, en esta ocasión pueden ocurrir cosas muy locas. Por ejemplo, puedes echar un rato preocupado por la economía y montar una tienda de galletas. O qué decir de las carreras de karts en plena Yokohama. Hasta puedes ir al cine, aunque en este caso el reto es dormirse viendo extravagancias indie.

Hay que contar lo nuevo, pero en realidad no ha perdido su esencia. Aunque el sistema de combate esté patas arriba y eso sea clave en la serie, no debe considerarse como algo negativo y además abre la puerta a quienes no entienden tanto de juegos de lucha. Atrae también visualmente por la buena forma que le han dado y unas animaciones muy conseguidas. Además, se beneficia en su llegada a Europa de que ya es next-gen, con la considerable mejora visual que conlleva.

La primera impresión es a Sega le puede merecer la pena haber corrido el riesgo. Lo comprobaremos una vez tengamos aquí la versión completa de Yakuza: Like a Dragon.