Yoshi's Crafted World - impresiones

Nintendo no ha tenido miedo de probar cambios de todo tipo en sus grandes IP, saltando entre 2D y 3D, probando varios géneros o alternando en el diseño. Los títulos protagonizados por Yoshi también han sufrido varias transformaciones en los últimos tiempos, aunque entre sí hay un pilar común, y es que siempre son juegos de plataformas dirigidos a todos los públicos. Eso significa que son muy accesibles y también muy tiernos.

Los juegos de textura están dando muy buen resultado a este respecto y precisamente eso es lo primero que llama la atención en Yoshi's Crafted World. Tras un juego en el que todo era como de tela, Yoshi's Woolly World, ahora pasamos a otro que nos quiere hacer creer que estamos jugando encima de una mesa de manualidades. Tanto el dragón verde como el resto de personajes tienen un diseño blandito, con texturas con una pequeña capa de pelo que imitan la composición de un peluche. Se mueven sobre escenarios construidos con cajas de cartón, cintas de papel, latas de refresco y todos esos utensilios que podríamos tener por casa para fabricar escenarios en miniatura, como chinchetas, alambres, celofán, pinzas, pajitas, ceras o hilos.

Su aspecto es lo primero que vende en el título, porque en las tres pantallas que hemos podido jugar nos hemos ido encontrando con construcciones muy sorprendentes. Hemos visitado un pueblo con casas de varias alturas, hemos montado en un tren de madera de juguete y nos hemos adentrado en una aldea ninja colándonos entre las puertas secretas. Todo apunta a que eran dos mundos distintos: el de la demo, que parece una zona de pradera primaveral, y el de temática japonesa feudal. El primero te alegra y te agrada con su luminosidad, pero el segundo es oscuro y todo parece más elaborado, como podéis ver en nuestros vídeos de gameplay.

En ambos casos, llama la atención el cambio de iluminación con respecto a otros juegos de la casa y eso se puede deber a que esta vez Good Feel está utilizando Unreal Engine 4 y no un motor propio. El trabajo de luz en los materiales aporta un grado extra de credibilidad, y la perspectiva de la cámara y el juego de posiciones gana gracias al uso agresivo de oclusión y profundidad de campo. Técnicas aplicadas sin renuncia a una alta fluidez de imagen en toda la partida, pero sí a sacrificios de resolución. Sin embargo, camufla bastante bien estas bajadas con su estilo artístico plano.

Nintendo siempre ha asociado estos cambios en los materiales a imitar con el gameplay y este caso no es distinto. Que las manualidades sean la temática de Yoshi's Crafted World invita a interactuar con los elementos del escenario. Y no es solo una opción, es la esencia directa del juego. Yoshi puede lanzar sus huevos (que consigue en puntos del mapa o tragándose enemigos) a cualquier parte del nivel, también a las que están fuera del plano 2D en el que se mueve. Hay enemigos, flores y coleccionables en el fondo y en el frente, y no siempre están a la vista. Puede que se esté caminando por detrás de una pared y haya que acertar en su cuerpo a través de una ventana o que sean secretos escondidos detrás de una oveja de cartulina.

El equipo de diseño ha jugado con esta mecánica de dos formas. Hay que utilizarla para avanzar, encontrando el camino en algo más que las dos dimensiones, pues hay momentos en los que hay que desplegar trozos de papel o que encontrar objetos que moviéndose para adentro y para afuera del plano lateral. De esta forma rompen un poco la rutina de los viejos juegos de Yoshi, que se han movido mucho más en el plano vertical. Aquí hay saltos, pero de momento hemos visto más juego de profundidad que de altura. Como, por ejemplo, encontrar una puerta secreta y darle un golpe para que gire y aparecer en la parte de atrás de la pared. E incluso hemos cabalgado a lomos de Poochy, que corre y salta como un loco.

La otra forma de sacarle partido a los huevos es en los coleccionables. Terminar las pantallas es fácil por su ritmo lento y sus enemigos inofensivos, así que la gracia para los jugadores más avanzados que quieran disfrutarlo es encontrar las flores, las monedas rojas, las amarillas y, como novedad, a los poochitos. Hay que estar siempre cargado de huevos para disparar a todos lados en busca de secretos, especialmente en el plano de profundidad. La mecánica de apuntado es simple y además queda resaltado el objeto al que vas a golpear si es interactivo. Todo esto es aún más fácil a dobles, con su cooperativo total, porque tendréis el doble de huevos y podréis llegar más alto con los saltos.

El anverso y el reverso de cada nivel

También hemos tenido la oportunidad de jugar el mundo al revés o flipside. Cada pantalla terminada se abre después de atrás adelante, con el mismo diseño y hasta los cambios aplicados de tus acciones anteriores, como desplegar un puente. En este caso, el objetivo es encontrar a tres poochitos perdidos en la menor cantidad de tiempo posible. Nos pareció una tarea muy sencilla, pero también parecía una de las pantallas del principio. Lo podéis probar vosotros mismos en la demo.

Para ser nuestra primera toma de contacto, ha sido muy corta, lo justo para entender las mecánicas básicas. El pasado Direct, Nintendo anunció que habrá unos 180 disfraces para vestir al dragoncete, que van desde el piano de Nintendo Labo a los aspectos de algunos de sus amigos. Tenemos que enfrentarnos a los jefes finales. Y, además, también han dejado ver imágenes de un modo de carreras que se juega de fondo y puede que queden unas cuantas sorpresa más. La cantidad de contenido va a ser una de las claves para ver cuánto puede dar de sí este Yoshi's Crafted World, al que pediremos ser algo más que una cara bonita cuando se estrene el próximo 29 de marzo como exclusiva de Nintendo Switch.