Cuando hace algo más de un mes tuve la oportunidad de asomarme brevemente a los primeros momentos de Echoes of Wisdom, salí de aquella sesión previa ya con la idea de que estábamos no solo ante un gran título de The Legend of Zelda, sino ante un título necesario y que augura un futuro muy prometedor a la serie en su conjunto. Porque no hace falta exprimir la máquina del mundo abierto y el 3D para tener un gran videojuego. Si Mario ha podido triunfar tanto con Odyssey como con Wonder, ¿Por qué no explorar esta "segunda vía" de perspectiva aérea, como ya hizo Nintendo junto al estudio Grezzo en el remake de Link's Awakening?
Despréndete de cualquier idea preconcebida que puedas tener sobre el tamaño, la emoción o incluso la finalidad de este Echoes of Wisdom. Zelda comienza su viaje exactamente como todos la hemos conocido (casi) siempre, como una damisela en apuros esperando a que un algo callado chico de verde entre en la sala espada en mano y la salve. Pero esa perspectiva cómoda y pasiva da un rápido giro cuando nuestro silencioso salvador se ve engullido, junto con buena parte de Hyrule, por unas grietas que conectan con el peligroso Mundo del Vacío. No solo los habitantes del reino se ven asediados por hordas de monstruos terribles que emergen de estas grietas: también aparecen réplicas de esas personas desaparecidas que suplantan a los originales y tienen oscuras intenciones. Y el rey de Hyrule es una de ellas. Sin esperanza, Zelda espera su sentencia en los calabozos del castillo... hasta que un hada misteriosa llamada Tri aparece ante ella y le ofrece su cetro para canalizar su poder y generar réplicas de objetos y criaturas, también llamados Ecos.
Me gusta el añadido de Tri. Es una compañera servicial y atenta con la que es fácil empatizar y una guía cuando necesitas alguna indicación extra, pero sin llegar al nivel de charla e interrupciones de Navi. Además, la presencia de nuestra compañera es intrínseca a la propia historia que nos cuentan aquí, como podrás descubrir el día 26 de septiembre.
Con las réplicas, Zelda puede memorizar y reproducir todo tipo de objetos a su voluntad. ¿Necesitas subir a una posición elevada? Puedes replicar una mesa y una caja y crear una escalera improvisada. ¿Tal vez un puente para sortear una sima sin fondo? Encadena unas cuantas camas y cruza sin problemas, las posibilidades de repente no solo se multiplican como los objetos que generas: También lo hace la resolución de cada situación, ya que todo el juego es una sucesión de puzles perfectamente medidos. No hay una forma ideal de sortear cada situación: el límite lo pone tu imaginación empleando todo lo que tienes a tu alcance.
De la misma forma, Tri también nos ofrece el poder de Vincular, con el que podemos atarnos a los objetos para moverlos a voluntad, y que debemos acomodar a nuestros propósitos basándose en sus propias reglas mágicas. ¿Necesitas subir una gran roca a una altura concreta? Crea una escalera y vincúlate a la piedra para elevarla al mismo tiempo que lo haces tú. Como ambos sistemas se conectan, las posibilidades para diseñar el mundo de Hyrule, desde sus praderas, bosques y montañas hasta las innumerables cuevas y mazmorras.
Esta concepción moderna de un mundo vivo y maleable que introdujo en la serie Breath of the Wild y perfeccionó Tears of the Kingdom se ve ampliada (más todavía) aquí, disfrazado de título "menor". Pero no hay nada pequeño en Echoes of the Wisdom, y es un salto de gigante en los Zelda de vista aérea asimétrica. Hyrule se siente mucho más accesible y explorable que la versión de Link's Awakening, e incluso que la de muchos Zelda en 3D. Pero para triunfar no solo hay que llegar de un punto a otro, también habrá que derrotar a toda una suerte de monstruos, casi todos conocidos de uno u otro título de la serie en sus más de 30 años de historia. No entraré en demasiados detalles aquí, pero Echoes of the Wisdom es también una celebración monumental de la saga. Un homenaje a sí misma en manos de la protagonista que le dio nombre y que nunca tuvo su oportunidad, hasta que se convirtió en la última esperanza para todos.
Respecto a las criaturas que podemos replicar para que luchen por nosotros, hay una grandísima selección e incluso un elemento de "hazte con todos" que me ha estimulado a completar la Enciclopedia, pero en la práctica es fácil caer pronto en una selección de réplicas de objetos y monstruos y olvidarse del resto. Claro, tienes ante ti una selección formidable, pero es como si entraras a un restaurante con una cocina de cien platos, pero 90 de ellos fueran casi comida rápida. Muy pronto aprendí que con 5 o 6 réplicas concretas, con alguna rotación conforme encuentras a sus versiones más poderosas, puedes solventar casi cualquier situación.
Sin embargo, aquí sí tengo que darle un tirón de orejas puntiagudas al equipo de desarrollo. En las primeras horas de la aventura, cuando tienes un número reducido de réplicas a tu disposición entre las que elegir en el menú (que funciona igual que el selector de armas de Breath of the Wild o Tears of the Kingdom) todo va bien. Pero para cuando llegué a las etapas finales del juego, buscar una réplica concreta de las que no usaba a menudo y que necesitaba específicamente, tardaba hasta un minuto en encontrarla, y eso rompía el ritmo de la acción, por no hablar de mi frágil paciencia. Mi mayor deseo para la próxima entrega, llegue cuando llegue, es que rediseñen por completo esta interfaz de usuario o integren un sistema de "favoritos".
Y para las batallas en las que la magia de Tri no es suficiente, está el Modo Espadachina y la Espada de Poder. El tercer pilar jugable de Zelda es precisamente del que menos he querido abusar (aunque sea totalmente lícito hacerlo), porque es el que precisamente más hacía tambalear la experiencia y sacarme del núcleo del juego como título de puzles, estrategia y exploración. Zelda puede activar el poder del energium, una sustancia que flota en el Vacío, y convertirse en una feroz guerrera que puede usar en principio la espada y el escudo como su eterno salvador Link. Sin embargo, estos momentos me recuerdan demasiado a Link, y no puedo evitar pensar en que podrían haber sido mucho más valientes para que Zelda usara sus propias virtudes en vez de depender de las archiconocidas herramientas de Link, como las bombas o el arco, además de la espada. Sin embargo, si mantienes la coherencia y aprovechas ese poder en los momentos puntuales (como las peleas contra los jefes) sentirás que este título es un verdadero soplo de aire fresco a la franquicia.
Me gustaría volver al concepto de Zelda como damisela en apuros, porque romper ese estigma sobre un personaje tan alienado era uno de los desafíos más evidentes del juego, y que se resuelve de manera magistral en su núcleo narrativo. Zelda comienza siendo tratada con condescendencia por los habitantes del reino, casi como una niña mimada que no debería meterse en asuntos heroicos, y que debería dejar esos temas a otros personajes masculinos, como el joven héroe de ropajes verdes. Pero según avanza en la historia, y va ayudando a los habitantes del reino, tanto hylianos como los de otras razas como los Deku, los Goron y los Zora (¡hay dos subespecies de ellos!) se va ganando el respeto de todos y acaban entendiendo que a esta princesa no hace falta que nadie la salve. Más bien, al contrario.
Las misiones secundarias, sin ser nada del otro mundo puesto que la mayoría repiten la estructura de "busca esta réplica y tráela ante mi", aportan algo de profundidad a esta versión de Hyrule. Aunque hay algunas realmente divertidas y desafiantes: He pasado horas tratando de encontrar todos los sellos de Sellelio, e intentando batir todos los récords de la recolección de bellotas, y sé que todavía puedo desbloquear alguna sorpresa más si consigo bajar mi marca. Son alicientes para seguir explorando el mapa y, por ende, aprovechar las sinergias entre Vincular, Replicar y explorar. Todo se conecta, todo funciona.
Pero quizá lo que más me ha gustado de este The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es que aporta una visión tan nueva que ha conectado también incluso con quien nunca se había acercado a la serie. Y no he podido emocionarme un poco pensando que aquí tenía otro pequeño referente en el medio para mi hija pequeña, ahora que empieza a ver los juegos como una afición. Con Zelda ha sido como conocer a una amiga e ir a jugar juntas cogidas de la mano, y espero que Nintendo sepa cuidar esta idea y explorar una serie en paralelo con Zelda para que siga inspirando una Leyenda en más jugadores y jugadoras en el futuro.