Beverly Hills Cop: Axel F

En retrospectiva es una idea un poco extraña que la película original de 1984 pretendiera ser un thriller policíaco de humor duro protagonizado por un Stallone demacrado en el papel de un policía de Detroit canoso y de ojos salvajes que se dirige a Los Ángeles para vengar el asesinato de su colega. Lo que obtuvimos... Fue, por supuesto, una película muy diferente, aunque el marco fuera el mismo. En lugar de un Stly de los 80, farfullador, aceitoso y atiborrado de esteroides, intervino el cómico Eddie Murphy y, de acuerdo con el director Marty Brest, convirtió Beverly Hills Cop en una comedia. En España, la mítica Superdetective en Hollywood.

Por supuesto, si quieres ser cínico, puedes diezmar Beverly Hills Cop (1984) y convertirla en una comedia de acción de contrastes muy típica, con un protagonista extravagante dando tumbos y riéndose de forma extraña toda la película. Para mí, la original está firmemente asociada con el encanto y el carisma de los 80, de los que sigo pensando que está llena la primera visita de Axel Foley a Beverly Hills. Me encanta la película. La he visto probablemente 25 veces a lo largo de los años, siempre riéndome tanto de las payasadas de Axel como del personaje de Serge, con su dudoso acento inglés. La secuela también es buena. La segunda película del fallecido Tony Scott está impregnada de atmósfera y personajes, y funciona tan bien como la brillante original, con un Eddie Murphy en plena forma. La tercera entrega, más bien triste, no se deja querer, ya que no parece ni una película de "Policías en Hollywood" ni algo que Murphy quisiera hacer realmente en aquel momento. Sin inspiración, inconexa, aburrida de una forma que el trabajo de Axel Foley nunca fue ni debería ser.

Han pasado 30 años desde Hollywood Cop III y, con la ayuda financiera de Netflix, Axel Foley ha vuelto a Hollywood debido a que otro de sus seres queridos se ha metido en problemas con matones a sueldo. Jane, la hija de Axel, trabaja como abogada defensora en Los Ángeles, defendiendo a un miembro de un cártel detenido por un asesinato que no cometió. Antes de que Jane Foley se dé cuenta, unos matones enmascarados han amenazado su vida de la forma más teatralmente dramática, lo que lleva a su padre a coger el vuelo matutino de Detroit a Los Ángeles, otra vez.

Una vez allí, Axel se topa con una conspiración en la que parecen estar implicados algunos altos cargos de la policía y, con la ayuda de sus viejos amigos de Los Ángeles, Taggart y Rosewood, y del nuevo talento Abbot (Joseph Gordon-Levitt), emprende una cacería de villanos para encubrir a los que intentan matar a su hija y atrapar a los policías que están detrás de la conspiración con la que acaba de tropezar. La historia, como puedes ver, es prácticamente idéntica a la de las dos primeras cintas, con el añadido de Jane. Esto podría haber sido algo bueno (sencillo y no artificial) si se hubiera escrito con delicadeza y si los personajes que rodean a Axel funcionaran mejor de lo que lo hacen. En lugar de eso, la trama en sí parece una larga repetición de algo que, gracias al carácter, el encanto y el carisma, funcionaba muy bien a mediados de los 80, pero que hoy sólo parece poco imaginativo y tontorrón.

Todo en Superdetective en Hollywood: Axel F. es comparable a una vieja banda de rock, pero 30 años después de haberse retirado, haciendo un gran regreso con todo ese pelo de caniche alborotado y delineador de ojos, trabajando duro para ser tan elegantes, descarados y guays como lo eran en 1987, con un éxito del cero por ciento. El guion es estúpido. Los personajes parecen copias de lo que fueron, y los diálogos son terribles. Sin embargo, Murphy está bien. Se nota que echa de menos al personaje de Axel Foley, lo que significa que aquí lucha con uñas y dientes para que las escenas clave funcionen, cosa que nunca ocurre. La dirección resulta desesperadamente aburrida, sin ritmo, estilo ni ningún tipo de dinámica y, en última instancia, toda la película parece un mal episodio de NCIS, más o menos. Lo cual es una pena, teniendo en cuenta que los fans de Axel Foley llevamos 30 (!) años esperando esta secuela.