Crítica de Fight or Flight

Hay varias razones para dudar de Fight or Flight. Cuenta con un reparto de estrellas relativamente desconocidas, aparte de Josh Harnett en el papel principal, está dirigida por un individuo con dos créditos anteriores como director, ninguno de los cuales te resultará familiar, escrita por un dúo, uno de los cuales tiene muy poca experiencia y el otro es más conocido por las recientes películas Shazam, G.I. Joe, y Spy Kids, y también, y quizás lo más importante, Sky no parecía querer que supieras cuándo se iba a estrenar. Durante mucho tiempo, lo único que se nos dijo fue que esta película llegaría a Sky Cinema en febrero, y a la semana de ese mes se confirmó que llegaría justo a la cola. Ni que decir tiene que faltan los habituales elementos reconfortantes que te dan fe en una película, y sin embargo, en realidad es una película que deberías reservar 90 minutos para sentarte a verla.

Fight or Flight es esencialmente lo que obtienes si pones The Raid en un avión. La película trata de un individuo altamente entrenado, interpretado por Harnett, al que se le encarga subir a un avión y eliminar a un ciberdelincuente global llamado The Ghost. Sin embargo, la trama pronto se desenreda y revela que el Lucas de Hartnett está atrapado a 38.000 pies de altura en un contenedor metálico presurizado con otros innumerables asesinos y agentes entrenados, cada uno de los cuales ha recibido tareas similares de otras organizaciones. Es una trama tonta y disparatada que se presenta como algo que habría prosperado absolutamente en los años 80, y quizá también por eso consigue entretener con tanta eficacia.

Esta película, en ningún momento, intenta tomarse demasiado en serio a sí misma. Pretende ser ridícula y divertida y estar repleta de los diálogos y ocurrencias característicos de las películas de acción emblemáticas de los 80. En los primeros 20 minutos, tras la mayor parte de un acto inicial que se disfraza de algo más serio, Katherine, el personaje de Katee Sackoff, te golpea con la frase "¿estás diciendo que ese avión está lleno de asesinos?", y es aquí cuando te das cuenta de que todo lo anterior no es en absoluto un reflejo de lo que está por venir.

El segundo acto ofrece una acción cada vez más alocada, con Lucas luchando contra todo tipo de asesinos, incluidas las tríadas. La acción está bien coreografiada y es entretenida sin esfuerzo, lo que demuestra que los creadores tenían una visión realmente refinada de cómo iban a utilizar el limitado espacio de que disponían. Esto no es un John Wick en el que Keanu Reeves salta entre Nueva York, Tokio y París, la mayor parte de Fight or Flight se desarrolla en un único avión, y a pesar de ello, cada escena de lucha resulta única y fresca.

Lo impresionante de la trama es también cómo consigue mantener al espectador al borde de su asiento. No estropea lo que está por venir, simplemente deja un rastro de migas de pan para que lo sigas en tiempo real. ¿Quién es realmente Lucas? ¿Cuáles son las verdaderas motivaciones de Katherine? ¿Quién es The Ghost y por qué causa terror a escala mundial? La verdad no se desvela hasta el tercer acto, cuando las cosas se salen realmente de madre, lo que conduce a un final explosivo y memorable.

Ya se trate de viajes con ácido, accidentes aéreos y monjes guerreros, el acto final nunca se contiene. A veces resulta demasiado disparatado, pero la naturaleza de la película y su capacidad para no tomarse nunca demasiado en serio permiten que funcione. Hay comedia buena e inesperada incorporada y el reparto trabaja bien junto, ofreciendo una química excelente, especialmente entre Hartnett y la Isha de Charithra Chandran.

Fight or Flight es sangrienta y despiadada, divertida y ridícula, llena de acción y emocionante, y hace todo esto en una duración de 90 minutos y con un presupuesto claramente limitado. No parece barata, pero los puntos que he enumerado al principio de esta reseña son claros ejemplos de que nadie se ha gastado un dineral en esta película, y sin embargo funciona y entretiene de verdad. Tiene todos los matices de lo que hizo que las películas de acción de los 80 fueran tan queridas y atemporales, y aunque la trama no es ni mucho menos una maravilla shakesperiana, se ha hecho aquí suficiente trabajo de base y desarrollo de personajes como para que haya espacio e interés para una secuela. Admito que no tenía grandes expectativas respecto a esta película, pero Fight or Flight sorprende y, francamente, es más agradable de ver que algunas de las tonterías de acción que han producido otros gigantes de la producción.