La aventura de mundo abierto de Bend Studio, Days Gone, es uno de los lanzamientos más débiles de PlayStation Studios en los últimos años, aunque sigue siendo un juego que sorprende y del que se disfruta, con el inconveniente de que está rodeado por juegos realmente notables. Lo jugué originalmente cuando se lanzó en PlayStation 4 y, aunque lo disfruté, nunca me cautivó al mismo nivel que The Last of Us Parte II o God of War. Ambos, juegos que a día de hoy siguen sorprendiendo por cómo exprimen la circuitería de PS4 hasta el último transistor.
Volviendo al presente. Days Gone está a punto de debutar en PC, con una nueva versión que coge el juego original y elimina muchas de las limitaciones que tenía en PS4. Lo que obtienes, sin dar muchas vueltas, es una versión mejorada en todos los sentidos y algo que, de hecho, ha conseguido que me enamore de él.
Como ya analizamos Days Gone en PS4, puedes leerlo aquí, hoy no voy a profundizar en la historia ni en esa información de la que te puedes poner al día leyendo el texto de la versión original. En su lugar, me voy a centrar en la adaptación a ordenadores, en cómo se ve y en cómo se juega. Todo, desde un punto de vista más técnico.
Dicho esto, la versión de PC de Days Gone viene, ya de entrada, con la tasa de fotogramas desbloqueada, tiempos de carga más rápidos, mejores gráficos (gracias a varios factores como un mayor nivel de detalle y una distancia de dibujo ampliada), compatibilidad con monitores ultrapanorámicos, compatibilidad con ratón y teclado, con todo tipo de mandos y, por si no fuera suficiente, también añade todo el DLC del juego de PS4.
Y toda esta jerga tecnológica, ¿qué significa realmente? Pues que el juego se ve y se juega mucho mejor que en consola. E insisto, mucho mejor. Tengo un ordenador bastante capaz, equipado con un Intel i7 de 9ª generación, una RTX 2060 y 16 GB de RAM. No es un equipo 'master race' para jugar a más de 300 FPS, pero logra mover la mayoría de juegos a más de 60 FPS incluso en sus configuraciones más exigentes. Suelo favorecer el rendimiento por encima de los gráficos, ejecutando los juegos en configuraciones más bajas para, en cambio, obtener una mayor velocidad de fotogramas por segundo. Con Days Gone, en mi PC, acabé jugando en gráficos medios y moviéndome en torno a los 80 y los 130 FPS, dependiendo de la actividad en pantalla.
Durante las secuencias cinematográficas, la tasa de fotogramas podía bajar perfectamente a los 80 por segundo y, durante la exploración del mundo abierto con unos cuantos Engendros plagando la pantalla, alcanzaba los 130 FPS. A pesar de las variaciones entre velocidades de fotogramas, el juego se mueve con una fluidez increíble y ofrece una experiencia que resulta casi irreconocible cuando lo pones al lado de su homólogo en PlayStation 4.
Lo más interesante es que, a pesar de favorecer el rendimiento, Days Gone luce extraordinariamente bien en PC. Tanto si te paras a admirar los bosques de Oregón, como si le miras el gaznate a un Engendro, esta versión ofrece un enorme salto de calidad visual. Hasta esas partes que peor suelen envejecer en los videojuegos, como por ejemplo las caras, ganan aquí. Hasta puedes ver cómo la barba de Deacon baila al compás del viento. Es mágico.
Gran parte de la brillantez de la versión para PC de Days Gone se debe a una cantidad de ajustes que resulta casi ridícula. Puedes configurarlo casi todo en el juego para que se adapte a tu forma de jugar, incluyendo la posibilidad de cambiar los controles del mapa o modificar el campo de visión (FOV), pudiendo aumentarlo considerablemente. Esto, aunque no lo parezca, es todo un 'game changer' a la hora de disfrutar de este título.
Sin embargo, hay algunos problemas por aquí y por allá. De vez en cuando, he tenido problemas al jugar por algún pequeño salto en los fotogramas, principalmente en las secuencias cinematográficas, pero han sido muy poco frecuentes y no han roto para nada la inmersión del juego. Además, sigue siendo Days Gone, lo que significa que hay ciertas cosas que te pueden poner un poco contra las cuerdas, como el sistema de apuntado, algo molesto hasta que tienes ciertas mejoras. Creo que gran parte del problema en este aspecto se debe a las retículas que ofrece el juego.
Incluso con sus defectos, la versión para PC de Days Gone ofrece una forma mucho mejor de vivir este juego. Las numerosas opciones presentes hacen que un juego que se jugaba bien en PS4 se convierta en una versión que rinde increíblemente bien en PC. Tanto es así, que a día de hoy es la mejor forma de jugar a Days Gone. Y, lo mejor de todo, es que para sacar el máximo partido a esta adaptación no hace falta un PC potente, todo se ha optimizado y adaptado con elegancia a esta plataforma. Si hay algo que me haya hecho ver esta versión en PC es que, a pesar de los defectos que tiene, Days Gone sigue mereciendo un buen sitio entre los planes de PlayStation Studios. Sigue siendo estupendo para echar un montón de horas montando en moto y matando no-zombis.