Una de las cosas más bonitas del fútbol es que puede pasar cualquier cosa. Puedes ganar, incluso cuando juegas mal. A veces es injusto, como se quejó Luis Enrique, entrenador del PSG, tras perder contra el Atleti con una superioridad aplastante en el campo.
Anoche, en la Conference League, el tercer escalón de las competiciones europeas tras la Liga de Campeones y la Europa League (que este año lidera insólitamente el Chelsea), se vivió un momento de éxtasis en el Benito Villamarín, el estadio del Real Betis Balompié en Sevilla.
El Betis (séptimo en LaLiga y habitualmente muy competitivo en los torneos nacionales) estaba jugando un partido horrible contra el Celje, cuarto en la liga eslovena. El Betis aún no había ganado en Conferencia, y su público abucheaba a su equipo, y algunos ya abandonaban el estadio tras un decepcionante empate.
Sin embargo, en el minuto 93:25 (de 94) se produjo un milagro: un claro contraataque que no fue desaprovechado por Juanmi, que marcó con una vaselina. Muchos aficionados echaron de menos el gol, que da al Betis 3 puntos muy importantes para seguir en la Liga de la Conferencia, dominada claramente por el Chelsea: ayer aniquiló al club armenio Noah por 8-0.