Tan a menudo como es denostado, puede ser brillante. Dawn of the Dead, Watchmen, 300... hay muchos momentos geniales en la filmografía de Zack Snyder, pero luego está toda la basura de la que también es responsable. Ni nosotros aquí en Gamereactor, ni el resto del mundo, hemos sido especialmente amables con sus dos últimas películas de la serie Rebel Moon, pero ahora está detrás de una nueva serie de animación en la que también dirige algunos episodios. El resultado es El ocaso de los dioses, una sangrienta historia en la que el matrimonio de los protagonistas Leif y Sigrid es interrumpido bruscamente por el dios Thor, con lo que se produce una masacre y la pareja, que nunca llegó a pronunciar sus votos, se embarca en una clásica historia de venganza.
No hacen falta muchos minutos del primer episodio para que nos sintamos a gusto con el estilo de Snyder. Hay sangre suficiente para llenar una piscina olímpica, y también hay algo de desnudez y sexo. No se deja mucho a la imaginación, aunque las escenas de sexo son bastante cortas y no muy gráficas, al menos no durante mucho tiempo. Pero en realidad es el tono adulto con respecto a la sangre y la violencia lo que me parece más apropiado aquí. Me gustan los efectos visuales, en los que el rojo contrasta agradablemente con los colores más bien pálidos, y que a las secuencias de acción se les permita realmente ser tan crudas como son. Cada vez que aparece una nueva escena como esta, ya sea una batalla importante o algo más íntimo, puedes contar con sangre y partes del cuerpo cortadas, y aun así no está exactamente en ningún nivel de pura repugnancia incontrolada, ya que el estilo visual lo suaviza bastante.
El viaje hacia un encuentro y una batalla con Thor para vengarse implica naturalmente a todo tipo de personajes. Tenemos a un astuto Loki moviendo los hilos, y un encuentro con otros dioses, y una galería de personajes con demasiadas cosas en juego. Hay algo irónico en el hecho de que a veces la serie me parece un poco precipitada y otras veces avanza a trompicones. Sin embargo, el sentido de la aventura es en general bastante bueno, con un poco de vibraciones de The Lord of the Rings, pero quizás aún más de los juegos de God of War, lo que por supuesto no es tan extraño dada la cantidad de mitología nórdica que aparece aquí. Es divertido ver las referencias y la forma en que esta serie trata la mitología, y el hecho de poder apoyarse en tanto que ya existe le da un buen marco.
En total tenemos ocho episodios de unos 30 minutos cada uno, y mi interés se mantuvo bastante bien durante toda la serie, aunque hubo algún episodio hacia la mitad que me pareció un poco demasiado largo. Pero aunque a veces tropiece, los episodios son tan cortos que nunca tienes tiempo de aburrirte de verdad. En cuanto al reparto, creo que los actores de doblaje son de un grado ligeramente variable, con algunos que son francamente malos. Es un poco decepcionante cómo pronuncian sus líneas, pero no es un gran problema del que quejarse. En cuanto a los efectos visuales, lo mejor son los paisajes y, en cuanto a la animación, parece algo que ya se ha visto antes, un estilo un poco más "simple" y bidimensional. Dicho esto, me siguen gustando mucho los entornos y las elecciones de diseño, y algunas escenas parecen magníficos cuadros y el diseño tanto de monstruos, dioses, personajes y entornos es a menudo excelente.
No exageraré y diré que el viaje de la pandilla me intrigó mucho, pero al terminar la serie seguía sintiéndome satisfecha. A pesar de un ritmo un poco extraño, a veces es muy entretenida y el interés por querer seguir el viaje de Leif y Sigrid hasta el final se mantiene de forma positiva.