Fallout 76 - impresiones del Modo Supervivencia

El nuevo modo Supervivencia de Fallout 76 acaba de estrenarse como parte fundamental del plan de Bethesda para dar consistencia y mejorar la calidad y la imagen de su shooter de mundo abierto. El objetivo es satisfacer a quienes están buscando una experiencia más potente, pues elimina todas las restricciones impuestas a los enfrentamientos PvP en el modo Aventura, el estándar. Ese es uno de sus fundamentos, pero hay bastante más que eso de dejar que la gente se mate a lo loco.

Para poner ese contexto imprescindible, hay que empezar diciendo que este modo trae cambios forzados a las partidas de siempre. En la Aventura convencional crecen aún más las limitaciones de combate contra otros jugadores: antes solo podías causar un daño mínimo a otras personas, ahora directamente no puedes herirlos si no hay actitud defensiva por el otro lado, y esto también se extenderá a los campamentos. Son la cara y la cruz, uno centrado en el PvP y otro en el PvE, aunque los dos tengan de todo.

¿Significa esto que Supervivencia convierte a Fallout 76 en un baño de sangre tipo FPS Arena? Por suerte, no. Para evitarlo, el estudio ha tomado decisiones como ocultar a los otros jugadores del mapa, excepto a los tres de mayor puntuación del servidor, que se convierten automáticamente en un botín con patas. Por tanto, si no quieres líos constantes, puedes evitarlos. Y es conveniente porque solo puedes reaparecer tras morir en sitios concretos como el Refugio 76, las estaciones de trenes o tu campamento.

Aterrizando en lo concreto, al jugar solo nos vimos implicados en cinco escaramuzas en unas dos horas, y eso nos pasó cuando nos dio por ir de caza a por los líderes. El mapa es tan grande y hay tan pocos jugadores que el cambio de reglas no afecta tanto a la forma de afrontar las partidas. Más bien, es lo mismo pero fomentando que haya un poco más de acción y también de riesgo para quienes lo busquen.

Porque hay más razones para jugar este modo en vez del otro que la mera sensación de pelea y tensión. Ganas el doble de chapas por cada baja, además de lo que puedes recoger que sueltan las víctimas, que es una parte de sus posesiones. También ganas un 20% más de puntos de experiencia XP, con lo que las subidas de nivel son más rápidas. Pero, efectivamente, aquí lo que da vidilla es que cada vez que te cruzas con alguien te sube la presión arterial, sobre todo porque el diseño de mundo hace que no estés siempre alerta y, por tanto, no lo veas llegar tan cómodamente.

Los toma y daca con los rivales también son más difíciles porque se ha eliminado la opción de venganza, es decir, que no es tan sencillo ir a por quien te tumbó para recoger tus cosas perdidas y crear así un cierto círculo competitivo. A cambio, siendo un poco pícaro, lo que puedes hacer es pagar con chapas para que pongan una recompensa contra esa persona, y eso significa que también aparecen temporalmente en el mapa. Aunque puede que no merezca tanto la pena porque quizá sea otro quien se lo cargue.

Entre los líderes y estos fugitivos del momento se crean unas dinámicas bastante graciosas, porque ellos son conscientes de su exposición para todos los demás y, por tanto, juegan con una cautela extra que tiene sus ventajas. Una vez nos pasó que estábamos tratando de dar caza a alguien cerca de Monte Blair y, tras mucho buscar, nos vieron ellos primero a nosotros porque nos habían tendido una emboscada a la salida de un ascensor. Este tipo de situaciones hace que Fallout 76: Survival tenga más miga que otros PvP como por ejemplo Ark, en el que el nivel determina todo. Aquí hay más opciones de ratear y emboscar gracias a la asimetría de visibilidad.

Las estadísticas y los marcadores quedan muy bien y dan bastante sentido a eso periplos por el mundo, algo más que la mera búsqueda de aventuras. También incluye información sobre cómo y cuándo se produjo tu muerte, las bajas conseguidas y qué tal se dio la última partida. Bethesda ha prometido para el futuro más avances, como comparativas con amigos y rankings por los que ir subiendo posiciones.

Pero no todo es PvP, que no se nos pase por alto. Cuando no estamos compitiendo con otros humanos, podemos dedicarnos a completar los retos semanales, que son más complicados que en el modo Aventura, pero también tienen mejores precios a cambio. Además de átomos, también se pueden conseguir armas con modificadores muy apetitosos que importan y mucho en el gameplay. Así que no es una locura ir primero al PvE y, con lo ganado, lanzarse a por los rivales. Además, la partida es la misma entre los dos modos, lo que ganes un lado sirve para el otro y viceversa.

Lo que no ha arreglado la llegada de este concepto es esa base técnica a la que tanto hemos criticado desde el primer día. El rendimiento del juego sigue sin ser óptimo y el sistema de combate es demasiado flojo como para competir con otros shooters en calidad y potencia. Puedes planificar asaltos, diseñar emboscadas, ser un francotirador, etc pero con el lag, los bugs, las caídas de fps y todos esos problemas que persisten no acabas de disfrutar. Y en el PvP se nota aún más que no está diseñado para el enfrentamiento directo entre jugadores. No es injugable, pero tampoco es Destiny.

Llegamos sin saber qué nos íbamos a encontrar y sin muchas expectativas formadas, aunque sí esperando un poco de caos y muertes gratuitas. Para nada, el modo Supervivencia de Fallout 76 consigue aplicar cambios sutiles al mismo concepto para ganar en intensidad y en reto, porque te permite enfrentarte con los mejores pistoleros, pero no lo hace a tumba abierta, sino con su ritmo. Los riesgos que se corren invitan a jugar con cabeza, y las recompensas a entrar una y otra vez a por más.