Halo - Temporada 1

Tras el primer episodio de la tan esperada serie de Halo de Paramount parecía que no sólo Spielberg, sino que nadie había entendido el material original y habían tenido problemas a la hora de ofrecer una interpretación decente del expansivo universo de Bungie. Estaba claro que no tenían ni el presupuesto suficiente, ni el respeto necesario por la obra como para que mereciese la pena seguirla.

Pero algo sucedió, y poco a poco la serie ha conseguido no sólo borrar el recuerdo de los traspiés del episodio piloto, sino que ha acabado siendo probablemente una de las desviaciones de material original más interesantes que hayamos visto, y esto no es una crítica, sino un elogio bastante importante.

En efecto, la serie de Halo es totalmente distinta a los juegos en los que se inspira, y no hay más que ver al Jefe Maestro. Pablo Schreiber nos deleita con una actuación deslumbrante que sirve de pilar central a la serie, y digo esto basándome en su interpretación de John-117, algo totalmente fuera de lo común. Se pasa el 95% del tiempo con el casco quitado, haciendo el amor, exagerando y sobreactuando, malinterpretando todo y discutiendo. Es, en pocas palabras, un ser humano ante todo.

Es un enfoque interesante, uno que hace que seguir el desarrollo del Jefe a medida que avanza la trama sea muchísimo más entretenido. No, no es el mismo Jefe que el legendario Steve Downes nos ofreció a través de un sinfín de episodios interactivos a lo largo de los años, pero no creo que eso hubiera funcionado de todas formas. Schreiber nos ofrece una representación emocionalmente sensible que encaja perfectamente.

La versión de la doctora Halsey de Natascha McElhone también es brillante, y el equipo tras la serie y la propia McElhone han conseguido plasmar la dualidad ambigua del personaje. De la misma manera, la soldado Spartan Kai, interpretada por Kate Kennedy, acaba resultando sorprendente a su vez, y en general hay muchas buenas interpretaciones en la serie.

Sin embargo, hay partes que se alejan del material original y que no acaban de cuajar. Por ejemplo, el hecho de que el Jefe esté conectado al anillo Halo, junto con la misteriosa Makee, mediante algún tipo de profecía y de que esté destinado a buscar esa súper arma galáctica parece quitarle un poco de su atractivo. De la misma forma, no es hasta los últimos episodios cuando Cortana parece convertirse en la fantástica compañera que hizo al dúo tan emocionante en el juego.

Y luego tenemos a Kwan Ha, la peor parte de toda la serie y un personaje que parece amenazar con tirar por la borda toda la temporada justo a la mitad. La actriz Yerin Ha no logra estar a la altura, la extraña fijación de su personaje por liberar al planeta Madrigal del control de UNSC parece fuera de lugar cuando la humanidad está a punto de descubrir que su forma de vida está amenazada por el Covenant, y la forma en la que descubre su "verdadero potencial" a través de una travesía por un desierto que parece sacado de Mad-Max da bastante vergüenza ajena.

Hay un episodio entero, entero, centrado solo en Kwan Ha, y sin duda alguna es el peor de toda la temporada.

Por suerte, en general no aparece tanto como otros personajes que sí que cumplen con su papel. Jefe, Halsey, Cortana, Miranda Keyes, Kai - la serie se desvía del material original de forma bastante significativa, y al hacerlo ha creado numerosas incógnitas cuyo desarrollo en futuras temporadas sería interesante ver.

Y sí, casi espero con más impaciencia la continuación de Halo que la de cualquier otra serie del UCM o de Star Wars, porque cuando lo estás viendo está bastante claro que hay cosas que se están poniendo en marcha lentamente, piezas que empiezan a encajar. Pese a todo, al final nuestra impresión ha sido bastante positiva en general y en el centro de todo está la interpretación de Schreiber, que es digna de aplauso. Ha tenido que ser difícil.