Kim Jong Un ha ordenado a las fuerzas armadas nucleares de la República Popular Democrática de Corea que mantengan una preparación permanente para su despliegue inmediato, insistiendo en que una disuasión nuclear inquebrantable es la única garantía verdadera de la supervivencia nacional (vía Reuters).
Al supervisar el lanzamiento de prueba de un misil de crucero estratégico, enmarcó el ejercicio tanto como una advertencia a los adversarios como una prueba de las capacidades nucleares de Corea del Norte, en rápida evolución y cada vez más sofisticadas.
El misil, disparado sobre el mar al oeste de la península coreana, subraya el continuo perfeccionamiento por parte de Pyongyang de su arsenal nuclear, sobre todo en ámbitos no prohibidos explícitamente por las resoluciones de las Naciones Unidas.
A medida que refuerza el control ideológico sobre el ejército, la última llamada a las armas de Kim refleja un compromiso inquebrantable con la fuerza nuclear como columna vertebral de la defensa nacional, incluso cuando las propuestas diplomáticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, permanecen en un segundo plano.