El videojuego se ha arrancado la mordaza. Los trabajadores del sector, que tantos años han estado callados ante la explotación o el acoso autocomplaciéndose de trabajar en lo que les gusta, han comenzado a manifestarse, a protestar, a sindicarse y a denunciar. Lo han hecho, además, bajo la mirada de medios especializados que investigan y exponen situaciones del temido 'crunch'. Y siguen llegando resultados.
En estudios como Bungie han empezado a dar prioridad al bienestar de sus trabajadores sobre el ciclo de producto y en otros como Obsidian presumen de que esa no es la actitud general de su compañía. Cómo si no iban a aguantar en nuestras oficinas tantos años los compañeros, decía el director de diseño, Brian Hines, a PCGamesN.
El último caso lo ha protagonizado Rockstar. A finales de 2019, con Red Dead Redeption 2 apretando, fueron muchas las informaciones que denunciaban las jornadas inacabables sin horas extras remuneradas. Kotaku, uno de los medios que más ha trabajado por la salud del sector, ha reevaluado la situación y ha encontrado mejoría en las condiciones laborales del estudios.
Por ejemplo, parte de la plantilla de Rockstar Lincoln ha pasado de contrato de falso autónomo a contratación en nómina, según tres de sus fuentes, pero no han podido confirmar el número exacto de casos. También han quitado normas de comportamiento como tener que dejar los móviles fuera del lugar de trabajo e incluso están probando con horarios flexibles.
"Puedo decir con total sinceridad que las cosas han mejorado muchísimo desde el año pasado", cuenta una de estas fuentes anónimas a Jason Schreier. Además, dijo que solo ha habido una semana en la que se tuvieran que echar horas de más y la participación fue voluntaria. También es cierto que, con RDR 2 ya estrenado, el volumen de trabajo se reduce y la fecha límite más importante se ha cumplido.
¿Crees que hay futuro de trabajo digno en el sector de los videojuegos?