Luther: Cae la noche (Netflix)

La BBC nos ha brindado incontables dramas policiales excelentes a lo largo de los años, pero pocos han durado tanto y han contado con un reparto tan estelar como el de Luther. La serie trata de un canoso detective londinense interpretado por Idris Elba (Luther) que rastrea y captura asesinos en serie despiadados y escalofriantes, además de enfrentarse a los dilemas éticos que plantea la obligación a cumplir la ley. Al ver que estos monstruos no valoran en absoluto la vida humana, Luther se da cuenta de que seguir las normas a rajatabla acaba provocando más muertes, así que comienza a estirar los límites de la ley para resolver sus casos utilizando métodos moralmente ambiguos.

Luther siempre ha sido una serie muy entretenida gracias a esta premisa, y esa es precisamente la razón por la que Luther: Cae la noche no funciona tan bien. La película se aleja de las características que hacen que Luther sea Luther y, en su lugar, presenta un personaje más semejante a James Bond: escapa de la ley, se mete en incontables peleas, sufre todo tipo de lesiones y luego se levanta tan tranquilo. Ya no parece una persona real, sino un héroe de acción. La trama de la película se centra en un caso bastante intrigante, pero queda completamente eclipsada por este estilo de acción que destruye la esencia del personaje de Luther.

No me malinterpretéis: la actuación de Elba es excelente y el asesino en serie de Andy Sekis resulta desgarrador, a pesar de que las motivaciones del personaje sean dudosas y no posean esa explicación minuciosa y nivel de detalle que hacía que los asesinos de la serie fuesen tan formidables y aterradores. Serkis cumple el papel de asesino mentalmente inestable con gran talento, pero no da la sensación de que el personaje en sí esté muy bien planteado. Parece más bien uno de los antiguos villanos de Bond, alguien que solamente es maligno y cruel para que el protagonista parezca mejor como contraste. Esto no es culpa de Serkis, sino de la historia y el diálogo.

No puedo evitar desear que recuperen las narraciones más personales y a menor escala que hacían que la serie fuese tan interesante, ya que en la película todo se ha llevado al extremo y, como consecuencia, se ha perdido por completo el encanto de Luther. Al personaje no le hace falta viajar por todo el mundo para hacer el bien. Luther era extraordinario cuando estaba representado como un valiente detective que se enfrentaba a la realidad de dar caza a asesinos en serie que iban dejando una estela de cadáveres a su paso.

Aunque hay tantas cosas en esta película que me decepcionaron, ninguna de ellas es tan aberrante como el uso de CGI. Las secuencias de CGI no tienen buena calidad y empeoran considerablemente la experiencia de visualización. La escena caótica en Picadilly Circus es el mejor ejemplo, una locura que parece sacada directamente de una parodia ridícula.

Aunque me encanta Luther y agradezco que la franquicia continúe, la dirección que está tomando me preocupa enormemente, más aún tras ver que el epílogo plantea el personaje de Luther como si fuese algún tipo de investigador privado internacional. Este no es el personaje que he seguido durante más de una década; Netflix no ha dado en el clavo en absoluto con Luther: Cae la noche.