El primer Clásico de la temporada se saldó con un 0-4 a favor del FC Barcelona, certificando el regreso a la mejor forma del Barça y el inicio de una nueva edad de oro con Hansi Flick: cuatro goles al Bayern, cuatro goles al Real Madrid en una semana.
Aunque el partido parecía igualado en la primera parte, con el Real Madrid rondando la portería de Iñaki Peña, lo cierto es que todo formaba parte del plan de Flick: los cuatro defensas del Barça estaban adelantados pero perfectamente coordinados para anular todas las ocasiones de gol del Madrid dejándoles en fuera de juego.
Mbappé marcó dos goles en el partido, pero ambos fueron anulados por estar en fuera de juego. En total, el Real Madrid cayó en fuera de juego 12 veces, ocho de ellas por parte de Mbappé, cifras inaceptables para un delantero de su calibre, al que se le vio desesperado al serle anulados la mayoría de los intentos.
Con la desesperación llegaron los errores. El Barça aprovechó la oportunidad para contraatacar y se encontró con una defensa frágil, dejando enormes oportunidades para que Lewandowski y Lamine Yamal martillearan al Madrid. Daba la sensación de que Andriy Lunin, suplente por lesión de Thibaut Courtois, podría haber hecho más, pero en los últimos 30 minutos el Real Madrid estaba completamente roto, deseando que sonara el silbato para acabar con el sufrimiento y evitar un castigo que podría haber sido mucho peor.