Nos despertábamos con las declaraciones de los creadores de Gears of War 4 acerca del beneficio que supone para su juego la potencia extra de Xbox One S frente al modelo normal. Pero en Microsoft insisten en que eso no es así e incluso el jefe de planificación, Albert Penello, ha salido al paso para negarlo.
La diferencia solo sirve "para dar soporte al HDR, hemos dado a la gente acceso a un poco más de CPU y de GPU", ha dicho Penello a Eurogamer. Promete que no se va a notar, "no va a tener ningún impacto en los juegos, literalmente, van a ser idénticos".
La razón es que Xbox One S tiene soporte para vídeo 4K, pero no para los juegos. Phil Spencer, jefe de la marca, reconoce que puede haber alguna diferencia mínima de rendimiento, pero no recomienda a la gente cambiar una por la otra por esto, "no compres esta pensando que vas a jugar a tus juegos de Xbox One mejor porque no ha sido diseñada para eso".
Será su nueva máquina, que de momento se llama Project Scorpio, la que dé el auténtico salto. Según Spencer podrían haber intentando sacar una consola mejor este año, pero se iba a quedar a medio camino porque "con sinceridad, no puedes hacer 4K reales este año". Tampoco ve lógico producir algo intermedio, como una consola 2K, ya que las teles han dado el salto hacia la siguiente resolución.
Spencer pasó por el micrófono de GRTV nada más terminar su conferencia del E3 2016 y nos explicó cómo van a convivir sus tres consolas en esta entrevista.