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Nintendo no quiere ni oír hablar de sindicatos

Un exempleado de la gran N ahonda en las férreas políticas internas de la compañía y el trato con sus subsidiarias

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Está claro que dentro de la industria de los videojuegos, uno de los mayores debates de los últimos años ha sido el cómo abordar las condiciones laborales y el entorno de trabajo. Casos como el crunch, el acoso sexual o las condiciones draconianas que muchas de las grandes empresas del sector todavía mantienen, sin importar su procedencia, están a la orden del día.

Es más, desde 2018 y la creación del primer sindicato de trabajadores de la industria del videojuego Game Workers Unite!, sus cruzadas contra los abusos corporativos se han hecho oír en todo el globo, como el manifiesto pidiendo la cabeza de Bobby Kotick. Pero hoy hablamos de una empresa que no solo no reconoce la sindicalización, sino que despide a todo aquel que menciona siquiera el tema entre sus filas. Hablamos en este caso de Nintendo.

En una entrevista exclusiva a Axios, Mackenzie Clifton, un ex-empleado de Aston Carter (una empresa subsidiaria en EE.UU por Nintendo), y en cuyos proyectos trabajaba Clifton como tester de los juegos de la compañía de Mario, asegura que perdió el empleo debido a que hizo una pregunta durante una rueda de prensa acerca de cuál era la postura de Nintendo sobre los sindicatos. La pregunta de Clifton no se abordó en la reunión. Pero ese mismo día, según Clifton, un supervisor de la empresa les llamó diciendo que era una "pregunta deprimente" y aconsejándoles que dirigieran esas preguntas a lsu propia empresa, no a Nintendo. Unas semanas más tarde, y bajo un pretexto de "publicación de secretos" por un tweet vago y una pantalla totalmente en rojo, le despidieron. Cuatro años de brillante trabajo tirados por una pregunta inoportuna.

Después de que la denuncia de Clifton ante la NLRB saliera a la luz, decenas de personas se manifestaron en las redes sociales y en la prensa, afirmando que Nintendo relega a cientos de trabajadores cruciales de sus equipos de pruebas de juegos, de atención al cliente e incluso de redacción de juegos a acuerdos temporales precarios y estresantes. Incluso algunos de los mejores trabajadores dicen que las conversiones a tiempo completo son escasas.

En medio de estos comentarios han surgido acusaciones de mala conducta en el lugar de trabajo, que Nintendo ha dicho internamente a sus trabajadores que se toma en serio, pero ni Nintendo ni sus empresas contratantes han hablado públicamente sobre el uso generalizado de contratistas por parte de la empresa.

Según el artículo de Axios, a mediados de 2014 la intención de algunos contratistas del servicio de atención al cliente de Nintendo para sindicalizarse se esfumó después de que su empresa de gestión se enterara de ello (ni Nintendo ni la empresa comentaron el asunto cuando se les preguntó).

Independientemente de que haya una lectura ética o no del asunto, la industria del videojuego es más grande, variada y de dominio público de lo que ha sido jamás, y el futuro de todo el modelo de negocio pasa por hallar el equilibrio entre trabajadores y empresarios.

Nintendo no quiere ni oír hablar de sindicatos


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