Pobres criaturas

Soy un gran admirador del trabajo de Yorgos Lanthimos. Como muchos, conocí su cine con la extraña, incómoda e irreverente Langosta, y desde entonces espero con impaciencia cada una de sus siguientes películas para ver qué puede inventar. The Favourite, Killing of a Sacred Deer y Pobres criaturas son todas grandes películas, pero aun así nada puede superar a Langosta a mis ojos.

Pobres criaturas se basa en una novela del mismo nombre, aunque por lo que he podido ver las dos se parecen solo en el nombre y en la premisa básica. En la película, seguimos a Godwin Baxter, una especie de Dr. Frankenstein desfigurado que crea a Bella Baxter reanimando un cadáver. En sus experimentos, enseña a Bella el lenguaje, las funciones cognitivas y otras cosas, y ella aprende increíblemente rápido, pronto queriendo emprender su propia aventura tras quedar encantada por el Duncan Wedderburn de Mark Ruffalo. Lo que sigue es una aventura de autodescubrimiento llena de extraños y encantadores giros en lugares del mundo real, personajes que desafían la visión del mundo de Bella, tartas de caramelo y mucho sexo gráfico.

Por cierto, cuando digo mucho sexo, es que es mucho. Es mejor que no se la pongas a tus padres en Navidad, por mucho que los críticos hablen de que es una edificante historia de la vida. Eso no quiere decir que los críticos estén equivocados, por cierto. Pobres criaturas está llena de esperanza sobre la vida, sobre las personas y su capacidad para mejorar. Bella Baxter es pura, una pizarra en blanco que se niega a ver lo peor de la gente, incluso cuando han demostrado una y otra vez que no tienen voluntad de ser mejores. Es infantil en ese sentido y, sin embargo, a medida que madura a lo largo de la película, nunca pierde esa voluntad de hacer todo lo posible por ayudar a la gente.

Es un concepto de personaje que podría haberse convertido fácilmente en prepotente o molesto, pero Emma Stone es sencillamente trascendente como Bella Baxter. Consigue que los elementos infantiles y adultos de este experimento cobren vida de una forma increíblemente creíble. Divertida sin esfuerzo y desgarradora en ciertos momentos, es una protagonista excepcional de esta historia. Se nota que ha trabajado antes con Lanthimos, ya que se desenvuelve con soltura en los diálogos que pueden resultar incómodos en boca de otros actores. Hay un cierto retraso en él, una cualidad casi intangible que solo notarás cuando te pongas otra cosa. Es más evidente en otras películas de Lanthimos, pero aquí se agradece su presencia.

El reparto de Stone está en gran medida a su altura. Willem Dafoe, Ramy Youssef y una sorprendente Margaret Qualley ayudan a dar cuerpo a esta extraña versión de nuestro propio mundo con un tiempo de pantalla limitado en algunos casos. Por desgracia, no pude encontrar la misma calidez en la interpretación de Mark Ruffalo. Ruffalo no está mal aquí, ni mucho menos, es una de sus mejores interpretaciones. Llámalo asco personal si quieres, pero parece que no puedo superar la idea de que Mark Ruffalo - similar a Dwayne Johnson y Will Smith - parece ser él mismo en cada película. Sea cual sea su personaje, no me lo imagino como una persona completamente diferente. Para mí, suele ser simplemente Mark Ruffalo interpretando a un tipo, lo que rompe bastante la inmersión. Tampoco ayuda que su acento británico sea bastante malo. Se puede argumentar que tal vez se supone que tiene que ser tan malo, pero incluso cuando Ruffalo se ríe un poco, me molestó.

Como he dicho al principio de esta crítica, aunque cuando vi Pobres criaturas me di cuenta de que era el mejor trabajo de Lanthimos en cuanto a su fotografía, la historia que ha montado (menos algo de lentitud al principio) y las interpretaciones que ha sacado de los actores, no tenía la misma sensación. A medida que Lanthimos se ha hecho más popular, en algunos aspectos se ha vuelto más atrevido, pero en otros tiene la sensación de que esta película se ha hecho para un público más amplio. No para la gente que ve una película del UCM al año, sino para aquellos que se consideran cinéfilos porque se atrevieron a ver Parásito con subtítulos después de que ganara el Oscar. No es por ponerle puertas a nada, es que me da la sensación de que a Pobres criaturas le falta algo puro y descarado que le impidió ser excelente para mí. Sigue siendo estupenda, y merece la pena recomendarla si aún no la has visto, pero la sensación no estaba ahí, al menos para mí, y sigo dándome patadas preguntándome por qué.