Remember Me - impresiones

Remember Me sucede en la París del futuro próximo. En esta aventura de acción, la heroína no depende principalmente de su habilidad con pistolas y armas blancas, sino de su destreza en fluidas peleas a puñetazo limpio y de su capacidad para alterar los recuerdos de los enemigos. Y ahí reside el dilema moral: ¿hasta dónde el fin justifica los medios? Alterando las memorias de un individuo, puedes llevarle al suicidio. ¿Están tus manos limpias, aunque no apretaras el gatillo? La última sesión de pruebas con Remember Me fue suficiente para hacerme dudar de mis acciones y valores morales durante un buen rato, lo que ya dice mucho, y bueno, de este juego.

La historia de Remember Me es un intrigante reflejo de las tendencias de hoy día, de la evaporación de la privacidad. Seguir las actualizaciones de estado de la gente ya se ha pasado de moda, pero ¿qué te parece compartir los recuerdos con otras personas? Bueno, eso es otra cosa. Una súper-corporación, Memoreyes, ha licenciado un implante cibernético que permite a sus clientes transferir recuerdos y volver a experimentarlos. Este implante tan útil también sirve para transmitir conocimiento, por ejemplo guías de seguridad en el trabajo o lecciones de la escuela. Entonces, ¿quién no iba a querer un implante? Facilita un montón tu vida, así que merecerá la pena, sin duda. ¿Y Memoreyes? Bueno, seguro que puedes confiar en ellos, ¡son buena gente! ¿Verdad?

Lo cierto es que no todo el mundo piensa así. Un movimiento partisano denominado los Errorist (Erroristas) se ha levantado en armas para exponer la corrupción interna de Memoreyes y sus siniestros planes. En efecto, los Errorists que, como todas las transferencias de recuerdos pasan por los bancos de datos de la corporación, se dedican a quedarse con copias de lo que les apetece, lo que quiere decir que están acumulando información y conocimiento. Y conocimiento es poder. ¿Y quién no querría probar el poder ilimitado?

Hagamos memoria nosotros también y recordemos lo que conocimos en Colonia. El personaje protagonista, Nilin, es una Errorist, por mucho que no lo recuerde cuando comienza el juego. Una mujer joven y atlética, a la que alguien le ha borrado por completo los recuerdos. Cuando se despierta en los fríos y húmedos calabozos de La Bastilla, Nilin está aterrada, sola y completamente perdida. Consigue escapar por el sistema de alcantarillas, terminando en manos de unos despreciables mutantes, sin tener ni idea de quién le ha hecho esto, ni de por qué la cazarrecompensas más famosa del mundo, Olga Sedova, la está persiguiendo. En un momento dado, la prota se ve involucrada de nuevo en la lucha contra Memoreyes, quien pretende proteger sus secretos a base de potentes tropas de choque y helicópteros de asalto.

El combate en Remember Me no es letal, y Nilin prefiere depender del siempre fiable uno-dos en lugar de liarse a tiros con todo bicho viviente. Las escaramuzas cubren todo el lugar con volteretas, saltos y esquivas acrobáticas, con el ocasional combo de puñetazos aderezando la receta. La impresión que deja por el momento está en la línea de los juegos de Batman de Rocksteady; una batalla bien fluida, accesible pero que se complica.

De hecho, Dontnot no se limita a 'fijarse' del sistema de combate de otros juegos. También echa un ojo a las acrobacias, el parkour y los pasos por la pared que son tan populares hoy en día en los videojuegos. Como tantas piezas de las mecánicas de juego generales se parecen mucho a otros títulos, el jugador podría sentir que la fórmula es algo decepcionante, incluso trillada. Dontnod contrarresta este temor asegurando que, con un equipo tan reducido como el suyo, intentar reinventar la rueda porque sí no sería nada prudente. Y tengo que estar de acuerdo: lo que el sistema pierde en innovación, lo adquiere en lo fácil que es jugar. Nada más coger el mando sabía qué botón hacía cada cosa, cómo se comportaría Nilin y cómo explorar estos barrios bajos de varios niveles de altura.

Aunque también es cierto que Dontnod ha añadido un ingrediente nuevo: el Combo Lab (laboratorio de combinaciones). Permite al jugador crear sus propios combos mezclando varios elementos. Si le gusta contar con un movimiento que cure a Nilin mientras otros cuatro puñetazos dañan al enemigo, perfecto. Si quiere enlazar un combo con otro combo para encadenar nueve golpes en una ejecución devastadora pero muy complicada de realizar, también vale. No pude juguetear mucho con el Combo Lab porque la sesión de prueba pertenecía a una parte del principio del juego y la mayoría de movimientos estaban todavía bloqueados, pero lo que vi sin duda resultaba interesante. Las oportunidades que puede ofrecer a los jugadores a la hora de personalizar su forma de combatir respecto a su estilo de juego son prometedoras.

Respecto a la propia Nilin, también me resultó más interesante que el típico héroe de un juego de acción. Vale que lo de la amnesia está muy visto, pero si consiguen desarrollarlo como creo que lo harán, será un viaje emocionante. La desesperación y confusión de Nilin se transmitía de forma bastante convincente, y como no recuerda nada, siempre quieres saber cómo es en verdad, pues proyectas parte de tu propia personalidad en el personaje, convirtiendo su apuro en algo más tangible.

Como Nilin es la heroína, naturalmente es alguien especial. Es capaz de 'hackear' las memorias sobre la marcha, 'al vuelo', algo que nadie más puede hacer. Los hackeos de recuerdos son parte importante de la temática de Remember Me, pero también una mecánica que hace de pivote en la experiencia de juego. Nilin también es una experta en infiltración gracias a su destreza con el parkour, por lo que le suelen asignar misiones que implican objetivos que normalmente estarían fuera de todo alcance, y violar sus memorias en un periquete.

La sesión de prueba introducía esta mecánica con el hackeo de los recuerdos de Olga Sedova, la cazarrecompensas. En el instante que tiende una emboscada a Nilin, nuestra prota la agarra de la cabeza y comienza a hurgar en su mente instintivamente. El juego cambia de tercera persona a una vista cinematográfica, en la que presencié cómo se sucedían los recuerdos de Olga como en un corto de cine.

Era una escena en la que Olga estaba en un hospital de Memoreyes, donando a su querido marido, David, una transfusión de recuerdos, para tratar su enfermedad de degradación de la memoria. En el recuerdo original la transferencia salía sin problemas, lo mismo que ocurre con el tratamiento de David. Todo bien. Pero con Nilin en escena, pude rebobinar y pasar para delante el recuerdo, intentando localizar los 'glitches' que podía manipular en esta porción de la memoria. Entonces cambié la medicina que el doctor administraba a David por una toxina, aflojé las contenciones de David y dejé que el recuerdo se reprodujera.

Según la toxina entraba en el sistema de David, el paciente perdía el control, se volvía loco, sacando la mano de las sujeciones y agarrando al doctor por la garganta. El pobre hombre se vio obligado a activar contramedidas letales que disparaban a David en la cabeza con un potente láser quirúrgico, todo mientras Olga presenciaba la escena dando gritos y desesperada, desde el otro lado de la ventana.

El resultado: Olga quedó traumatizada de por vida. Había visto cómo la luz de su vida se perdía en manos de Memoreyes, por lo que en lugar de golpear a Nilin y pescarla, Olga le ofreció su ayuda para derrotar a la corporación. Será curioso ver cómo se desarrolla esta incómoda tregua cuando Olga descubra que David sigue vivo y coleando, al cuidado de Memoreyes.

La escena me dejó inquieto. Acababa de violar la mente de otra persona, un término que compartían tanto el productor Jean Maxime Moris como el guionista Stephane Beauverger. Ambos sabían lo que es, literalmente, violar la memoria, y Nilin es la delincuente. Una vez advirtieron que esta escena hizo que me parara a pensar en mis acciones, se pusieron bastante contentos. Eso es lo que quieren que pase. Ambos están cansados de la prevalencia de la violencia en los juegos, y ambos quieren que el jugador se detenga y piense en las justificaciones de sus acciones. Se dan cuenta de que Remember Me se está metiendo hasta la cabeza en las turbias aguas de la ambigüedad moral, pero no les intimida. Por primera vez me vi completamente interesado en lo que nos espera en el resto del juego.

Pese a las buenas sensaciones que me dejó la sesión de prueba, también salí con mis dudas. La actuación de voz era mediocre, y no acabó de ilusionarme el diseño de niveles, pues sólo podías avanzar en una dirección. No me importa que me lleven derechito en otros juegos, pero considerando que Nilin es una acróbata que puede subir por las paredes como nadie, limitar su alcance es algo especialmente ridículo. También me preocupó el predominio del combate durante el juego. Las peleas no se pueden evitar, lo que quiere decir que el sigilo no es una opción, ni siquiera para un talento tan obvio como Nilin. Por otro lado, a Dontnod le quedan unos meses (seis desde esta 'build' de prueba) para pulir el producto, por lo que mantengo el optimismo.

Porque incluso con estas reservas, Remember Me es un juego del que seguiré muy pendiente. La ambientación futurista y las sensaciones que dejó Neo París fueron estupendas, consiguiendo ser a la vez decrépitas y románticas, bellas y desoladas, como la ciudad de hoy. Las señales flotantes que aparecían en la visión de Nilin, presentando instrucciones de seguridad y publicidad, eran especialmente buenas. Solo mirando el estilo de ciencia ficción ya me llama la atención, pero la trama argumental que juega con moralidad y justificaciones para las acciones es lo que lo hacen irresistible. Espero de verdad que el primogénito de Dontnod sea sólo el comienzo de una espléndida franquicia nueva.