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Sonic the Hedgehog 3

Reseña de Sonic 3: La Película

Sonic the Hedgehog 3 es una de las adaptaciones de videojuegos más entretenidas jamás hecha, con un Jim Carrey para la historia.

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La evolución de Sonic the Hedgehog como franquicia cinematográfica muestra muy bien lo mucho que han mejorado las adaptaciones de videojuegos en un periodo de tiempo relativamente corto. La primera película, estrenada en febrero de 2020, presentaba a un encantador Sonic animado, pero tenía muy poco que ver con el universo de los videojuegos de SEGA. La historia del tipo "pez fuera del agua" es el recurso que Hollwood siempre utiliza para que los padres o cualquiera que no esté familiarizado con el material de origen no se sienta excluido.

El resultado fue una película de aventuras aceptable, decente pero predecible, que jugaba demasiado a lo seguro como para entusiasmar a los fans de Sonic. La segunda película por fin se permitió apoyarse más en elementos exportados directamente de los juegos, con dos nuevos personajes animados, Tails y Knuckles, protagonizando muchas escenas propias, pero aún con una molesta subtrama paralela con personajes humanos asistiendo a una boda (suspiro).

Ahora, Sonic the Hedgehog 3 se basa en los sólidos cimientos de las dos películas anteriores y por fin pone a los personajes animados en primer plano. Hacen avanzar la trama, dejando al resto de personajes humanos en papeles más secundarios que nunca. Con una excepción evidente: El Robotnik de Jim Carrey, más desatado que nunca, ofreciendo legítimamente una de las mejores interpretaciones cómicas de su carrera. Una que parece completamente fuera de lugar en el Hollywood moderno... de la mejor manera posible.

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Jim Carrey, un icono de los noventa, saliendo de su semiretiro para interpretar al villano de otro icono de los noventa, ya parecía un anacronismo en 2020. Se podría pensar que, después de dos películas, Carrey se presentaría simplemente a cobrar el sueldo sin esforzarse mucho sobre todo después del bien informado malestar con Paramount por su salario y su total ausencia de la promoción. Pero eso no podría estar más lejos de la realidad: Carrey lo parte interpretando no a una, sino a dos versiones de Robotnik (una bajo montones de maquillaje para parecer más viejo) y se pasa la mayor parte de la película interactuando con su otro yo, lo que significa que, en el plató, actuaba delante de nadie. Es una hazaña increíble.

Carrey baila, grita y se contorsiona como si no tuviera 62 años. A algunos les resultará molesto, porque el slapstick se ha quedado anticuado. Las películas recientes de Hollywood, y las de superhéroes en particular, han moldeado el gusto del público moderno, inculcándole un cierto humor posmoderno que a menudo resulta cínico, burlándose de todas las tradiciones, a veces de forma inteligente e ingeniosa, y otras veces veces disfrazando los tropos cómicos tradicionales de perezosos chistes metareferenciales.

En cambio, la actuación de Jim Carrey (y toda la película Sonic 3, en realidad) resulta muy sincera y despreocupada. Aunque puede que ni siquieta te haga mucha risa, porque al fin y al cabo es una película para niños, sigue siendo fascinante ver a Carrey dándolo todo como solía hacerlo hace décadas, quién sabe si por última vez en su carrera.

Sonic 3 es una pasada de principio a fin. Parece un episodio de una serie dibujos animados, con una trama desbocada que salta de un lugar a otro, de una escena de acción a otra, sin perder tiempo en chorreos de información (de hecho, hay un chiste brillante al respecto de la molesta "exposition") ni en tramas secundarias poco convincentes con los personajes humanos para matar el tiempo de duración y ahorrar dinero en CGI. De hecho, se habría beneficiado si hubiera sido un poco más larga, porque algunos personajes quedan algo cojos con poco trasfondo, y deja bastantes hilos sueltos que podrían haberse explorado más.

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Un personaje que nos hubiera gustado que tuviera más tiempo en pantalla es, sorprendentemente, Shadow, interpretado por Keanu Reeves. Su arco argumental es muy predecible, pero no por ello es menos satisfactorio de ver. La película toma prestados la mayoría de la trama de Sonic Adventure 2, lo que significa que los fans del juego de Dreamcast de 2001 sabrán qué esperar, incluida su trágica historia de fondo, que en realidad está... muy bien contada. Pero la película sí que resulta muy precipitada. No tanto como la película de Super Mario, que parecía tener miedo de que cualquier diálogo que durara más de un minuto, pero sigue siendo una pena que Sonic 3 no se permita un poco más de tiempo para respirar...

Porque, a diferencia de las dos películas anteriores de Sonic, aquí todo funciona extremadamente bien: los personajes animados, los personajes humanos, la trama, las escenas de acción, el humor. Las escenas de acción son más cortas en comparación con lo que las películas de superhéroes nos tienen acostumbrados con batallas de 20 minutos, pero son abundantes, diversas y están bien repartidas por toda la película, incluyendo bonitos planos "de postal" de Tokio y Londres.

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Aunque antes dijimos que el resto de los personajes humanos (aparte de Carrey) quedaban relegados a un segundo plano, eso no significa que se les deje de lado por completo. La relación entre Sonic y Tom Wachowski, interpretado por James Marsden, fue el núcleo de la primera película y, por tanto, de toda la franquicia, y aquí se respeta como es debido, complementándose muy bien con la otra mitad emocional de la franquicia, la relación fraternal entre Sonic, Tails y Knuckles. Incluso el resto de miembros de la familia Wachowski aparecen en pequeños cameos que resultan realmente divertidos y están bien integrados en la historia.

En cuanto al fanservice, no temas, la película hace muchas referencias a aventuras anteriores de Sonic, incluyendo musicales, al tiempo que se asegura, con sus dos escenas post-créditos, de que los fans miren hacia el futuro: esto no va a parar en la tercera película, ni de lejos...

Sonic 3 se convierte por fin en una verdadera "Sonic adventure". Una que confía en que todos los públicos, desde los megafans de SEGA hasta los padres que acompañan a sus hijos durante las vacaciones, aceptarán que una película estadounidense de gran presupuesto pueda parecer un dibujo animado del sábado por la mañana de principio a fin sin sentirse avergonzada de sí misma. Sin necesidad de atenuarla para hacerla más digerible para el gran público, ni de menospreciarse con chistecitos meta, ni de higienizar los elementos traídos directamente de los videojuegos para darles una verosimilitud que nadie pide.

Sonic the Hedgehog 3

Y todo se remonta a ese primer tráiler de la primera película de 2019, con ese horrible Sonic "realista" que casi mata la franquicia antes incluso de que empezara. Una película como Sonic 3 nunca podría haberse concebido con esa mentalidad tan conservadora. La misma mentalidad que convirtió Monster Hunter en una película militar, Borderlands en una aventura censurada PG-13 para toda la familia, o Uncharted en una película descafeinada de Tom Holland interpretándose a sí mismo. Afortunadamente, el sentido común y la diversión prevalecieron sobre el corporativismo desalmado por una vez.

Sin necesariamente ser la mejor, sí creo que Sonic es es la adaptación de videojuego más pura y con más confianza que jamás se ha hecho, abrazando el material original, regalándonos una actuación antológica de Jim Carrey, al tiempo que añade unos cuantos elementos propios bien pensados, y redondeándolo todo con el "sabor hollywoodiense" para que parezca una superproducción de alto nivel. Una de las mejores y más entretenidas superproducciones de un año bastante flojo, pero que termina a lo grande.

08 Gamereactor España
8 / 10
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