El número uno del mundo, Jannik Sinner, mantuvo la compostura bajo presión para avanzar cómodamente a la segunda ronda de Wimbledon, derrotando a su compatriota Luca Nardi por 6-4, 6-3 y 6-0. Su segura actuación destacó en medio de una jornada turbulenta en el All England Club, donde un número sin precedentes de cabezas de serie fueron eliminados de forma sorprendente.
La estrella estadounidense Coco Gauff, que acababa de ganar el Abierto de Francia y aspiraba a un doblete de Grand Slam, fue la principal víctima. Cayó por 7-6(3) y 6-1 ante la ucraniana Dayana Yastremska, a la que le costó recuperar el ritmo tras su reciente triunfo. Junto a Gauff, los cabezas de serie Alexander Zverev y Jessica Pegula también abandonaron pronto, continuando el patrón de sorpresas. Zverev perdió una agotadora batalla a cinco sets contra el francés Arthur Rinderknech, mientras que Pegula fue barrida por la italiana Elisabetta Cocciaretto.
El drama del día no terminó ahí. En total, 13 cabezas de serie masculinos y 9 femeninos cayeron eliminados, estableciendo un nuevo récord de Wimbledon de derrotas en primera ronda desde la introducción de las 32 cabezas de serie en 2001. Esto incluyó otros nombres notables como Lorenzo Musetti y Zheng Qinwen, lo que demuestra la profundidad e imprevisibilidad del torneo.
En medio del caos, Novak Djokovic se sobrepuso a un virus estomacal para despachar a Alexandre Muller en cuatro sets, reforzando su intención de defender su título. Iga Swiatek demostró estar en plena forma con una victoria por 7-5 y 6-1 sobre Polina Kudermetova, aunque Wimbledon sigue siéndole esquivo.
Taylor Fritz luchó en un emocionante encuentro a cinco sets contra Giovanni Mpetshi Perricard, que registró un fulgurante saque de 153 mph, nuevo récord de Wimbledon. Mientras tanto, los aficionados británicos disfrutaron con el éxito de Jack Draper y otros diez jugadores locales, que avanzaron el lunes tras lograr un récord de siete victorias.
A medida que el torneo se asienta, todas las miradas se centran en si Sinner y otros supervivientes pueden mantener su impulso en lo que promete ser un Wimbledon impredecible.