The Witcher: Temporada 2 (Capítulos 1-3)

Me encantó la primera temporada de la serie de Netflix basada en la franquicia de fantasía de Andrzej Sapkowski, incluso con los evidentes fallos que contenía la temporada uno de The Witcher. A veces me costaba ubicarme temporalmente y se hacía tanto desarrollo del mundo que, para ser sincero, parecía demasiado para el poco espacio que había en algunos episodios. Pero me encantó igualmente. El ambiente oscuro, su perfecta atmósfera, los magníficos trajes, la brillante coreografía de combate y los diálogos, tan bien escritos, me hicieron disfrutar cada segundo y lo he pasado regular este año a la espera de más episodios.

En Gamereactor hemos podido echar un vistazo a los tres primeros episodios de la temporada 2 antes de su estreno el 17 de diciembre, y todo apunta a que lo que les sigue será aún mejor. Está claro que The Witcher se ha relajado con la historia después de intentar encajar cantidades ínfimas de desarrollo de personajes y del mundo en la primera temporada. Todo comienza con un episodio basado en "La Semilla de la Verdad", de Sapkowski, en el que nos volvemos a encontrar con un tranquilo y exhausto Geralt que carga con la responsabilidad y el papel de padre de la princesa Cirilla de Cintra, y las dinámicas son impecables durante todo el episodio.

La historia aborda la forma en que los protagonistas se han aislado para proteger a Ciri, y cómo se encuentran el uno al otro en una burbuja de soledad dentro de un mundo atestado de peligros y amenazas implacables. Sin embargo, hay que decir que los gruñidos siseantes de Henry Cavill en su interpretación de Geralt de Rivia ya al principio de la segunda temporada son un poco más monótonos que en la primera; personalmente, habría preferido que no fuera tan exagerado con la voz como lo es aquí. Me inclinaba por pensar que Cavill se iba a relajar un poco más a estas alturas y, quizás, mostrar un registro algo más amplio, pero ahora no estoy seguro.

En la segunda mitad del primer episodio, Geralt busca protección para Cirilla y para él mismo con uno de sus viejos amigos, cuya apariencia ha cambiado radicalmente debido a una malvada maldición y simboliza aquellos secretos que ocultamos a nuestros seres queridos para sobrevivir. La última escena es memorable, oscura, violenta, visceral y emocionante. Por lo que hemos visto hasta ahora de la segunda temporada de The Witcher, hay más monstruos y son más grandes, y es evidente que han decidido centrarse en hacer más historias cortas sobre Geralt y su faceta de cazador de monstruos, algo que sin duda eché en falta en la primera temporada.

En el resto de estos tres primeros episodios, Geralt se reencuentra con su mentor Vesemir, un importante papel interpretado por el actor danés Kim Bodnia, cargado de prestigio, experiencia y una tranquilidad que es un claro alivio para Geralt. Es genial ver a Geralt un poco más prudente a medida que los instintos paternales de Vesemir asoman a la superficie. Vemos capas, matices y una mitología fascinante que dota de gran interés a personajes nuevos y antiguos.

Tratar la política local y la creación del mundo de forma concentrada en la primera temporada fue todo un acierto, porque ahora la segunda temporada está llena de espacio, tiempo y posibilidades para reducir la densidad de diálogos y dejar que los espectadores disfruten de los personajes que ahora ya conocemos muy bien. La segunda temporada de The Witcher pinta muy bien, gracias a los monstruos enormes, personajes fascinantes y la maravillosa estética oscura. Nos morimos de ganas por ver el resto de episodios el 17 de diciembre.