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Turbulencias para las consolas: la escasez de chip podría durar hasta 2023

Nvidia, TSMC e Intel empiezan a dejar caer que la producción y distribución no alcanzarán un ritmo adecuado hasta dentro de dos años.

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Los problemas de distribución y stock de consolas pueden durar más de lo previsto. Algunos de los principales fabricantes del sector, más concretamente, TSMC, Intel y Nvidia, están preparando ya a sus inversores con unas estimaciones poco halagüeñas: la falta de chips puede prolongarse hasta 2023.

Información que recogen desde Arstechnica. Los grandes fabricantes, como también otras tantas empresas, ha cerrado ejercicio fiscal recientemente, con sus consecuentes reuniones con inversores, y eso ha dejado una serie de perlas que dibujan un panorama poco optimista para las consolas.

C.C. Wei, CEO de TSMC, ha explicado a sus accionistas que la firma tiene la esperanza de alcanzar las necesidades del sector doméstico y profesional en 2023, buscando de por medio un aumento en su producción con el que "ofrecer una mayor capacidad". En su línea se colocan las palabras de Pat Gelsinger, CEO de Intel, que ha dado un plazo de dos años para poder preparar todas sus plantas y elevar el ritmo hasta igualar la elevada demanda que hay.

Turbulencias para las consolas: la escasez de chip podría durar hasta 2023

Porque no es solo una cuestión de consolas como Xbox Series X|S o PS5, esta última tendría previsto incluso un cambio de CPU para poder ampliar producción y abaratar costes, lo es también de desastres ecológicos, pandemia e incluso otros agentes externos como las criptodivisas y los NFT.

Nvidia se suma al pesimismo con los chips

Todo suma, generando la tormenta perfecta para que los fabricantes vean reducida su capacidad de producción y distribución mientras ven cómo la demanda crece sin parar. Eso mismo subrayan desde Nvidia, aunque aquí sí se muestran algo más optimistas.

Esperan que "la demanda siga excediendo al suministro por mucho este año", como subraya Colette Kress, CFO de la compañía. Pero también consideran que haya un crecimiento progresivo en la fabricación más allá del primer trimestre del año fiscal 2022 (a mediados del presente 2021).

Los fabricantes de SoC y GPU creen que este mismo año pueden coger inercia para ir aumentando paulatinamente su producción. Algo estimado previamente y que parece pasar, de nuevo, por el cambio en diseños y productos, como ya se viene comentando con el cese de la producción del antiguo chip de Switch. Su exceso de demanda, por otra parte, viene de su predominancia en el terreno de las tarjetas gráficas, aunque también está ligado a una mayor apuesta por diferentes hardwares.

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