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Aunque la noticia de compra de Microsoft ha sido el último y más sonado capítulo de Activision Blizzard, la compañía sigue en el punto de mira por las denuncias de acoso, mala praxis y un ambiente de trabajo tóxico. Las investigaciones prosiguen en su caso, aunque ahora se escribe un nuevo episodio para ampliar el historial de la compañía: una denuncia por inducción al suicidio.
Los responsables de formalizar esta denuncia son los padres de Kerri Moynihan, antigua gestora de finanzas de Activision Blizzard que se suicidó en un viaje de trabajo en 2017, una de las grandes razones por las que todo explotó en julio de 2021. Ambos han tomado medidas para proceder, alegando que la empresa no hizo nada por frenar el acoso al que Moynihan se vio sometida.
La difusión de fotos íntimas, la relación con su superior, Greg Restituito, y la presión en el entorno laboral supusieron elementos determinantes para el episodio que tuvo lugar hace 5 años, según añade la defensa de los padres. Su hija entró a trabajar en ABK en 2011 como contable, ascendiendo a gestora de finanzas en 2016 para volcarse con la rama latinoamericana de la compañía.
Junto a la denuncia, que subraya la imposibilidad de acceder al portátil de Moynihan y al teléfono de Restituito ante la negativa de Activision Blizzard, aparece un informe policial recogido por el Washington Post en el que se incide en las "peticiones inusuales" de Restituito a otros empleados que estaban con Kerri la noche antes de su muerte, así como su marcha al apartamento de la difunta para "limpiarlo y retirar objetos de él".
Por el momento, la denuncia de los padres se suma a las solicitudes de la DFEH y las investigaciones del Estado de California. Desde la empresa han declarado que "abordaremos la situación a través del proceso legal que corresponda" y que "por respeto a la familia, no tenemos más comentarios en este momento."
