El martes, el Parlamento serbio se convirtió en una escena de caos cuando los diputados de la oposición lanzaron granadas de humo y gases lacrimógenos en protesta contra las políticas del gobierno, en particular su gestión de las consecuencias del mortal derrumbe de una estación de tren que causó 15 muertos hace cuatro meses (vía Reuters).
Este dramático acto de desafío se produjo durante la primera sesión parlamentaria de la primavera, en la que la coalición gobernante, dirigida por el Partido Progresista Serbio, siguió adelante con su agenda legislativa. El ambiente se enrareció rápidamente cuando algunos miembros de la oposición cargaron contra el presidente del Parlamento, lo que provocó enfrentamientos con la seguridad.
A pesar de los disturbios, la portavoz Ana Brnabic confirmó que el trabajo parlamentario continuaría, aunque dos legisladores resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. Se suponía que la sesión iba a debatir una ley para aumentar la financiación universitaria y tomar nota de la dimisión del primer ministro Milos Vucevic, pero estas medidas sólo sirvieron para enardecer aún más a los miembros de la oposición.