Por primera vez en más de una década, Carolina del Sur llevó a cabo el viernes su primera ejecución por fusilamiento, dando muerte a Brad Sigmon, de 67 años, en la cámara de ejecuciones del Departamento Correccional de Carolina del Sur, en Columbia (vía Reuters).
Condenado por matar brutalmente a los padres de su ex novia en 2001, Sigmon eligió este método en lugar de la silla eléctrica o la inyección letal, por temor a una muerte más prolongada o dolorosa. Tres verdugos, situados a cinco metros de distancia, dispararon balas reales contra una diana colocada sobre su corazón.
Los testigos describieron una escena rápida pero escalofriante: Sigmon respiró dos veces antes de que la sangre se extendiera por su pecho. La ejecución se retrasó brevemente por un recurso de última hora ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que fue rechazado sin comentarios.
A medida que se hace más difícil obtener fármacos para la inyección letal debido a las restricciones de la Unión Europea, algunos estados están reconsiderando métodos más antiguos, reavivando los debates sobre la pena capital en Estados Unidos.