En una rápida respuesta a los nuevos aranceles de Estados Unidos, China ha impuesto nuevos gravámenes sobre productos agrícolas estadounidenses por valor de 21.000 millones de dólares, intensificando el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China (vía Reuters).
Los aranceles de represalia, que oscilan entre el 10% y el 15%, afectarán a exportaciones estadounidenses clave como la soja, la carne de cerdo y el maíz, intensificando unas tensiones ya de por sí exacerbadas. El gobierno chino también tomó nuevas medidas, añadiendo veinticinco empresas estadounidenses a las restricciones a la exportación y la inversión.
Pekín mantiene que no se dejará intimidar por las políticas de Washington, afirmando que cualquier intento de presionar a China es un paso en falso. Mientras ambas partes se enzarzan en discusiones sobre cuestiones como la política farmacéutica y los desequilibrios comerciales, los analistas advierten de que, aunque China está dejando margen para las negociaciones, esta última ronda de aranceles sólo dificulta aún más una resolución.