E3 2012: el fin de una era

Las reacciones ante un show un tanto mudo, casi cínicamente falto de sorpresas, se veían venir después del evento de este año en el Convention Center de L.A. Empezó Microsoft con una mezcla predecible de Fable, Halo, Gears of War y Forza, seguida por Sony que al menos se centró en un par de nuevas Ips (Beyond: Two Souls y The Last of Us) y luego por Nintendo, que también se las arregló para resultar predecible y nada fresca con una nueva consola (¿cómo es posible?).

Pero no fueron las tres grandes las que más nos preocuparon, no. Fue la clase media de los editores de juegos: tus Capcom, SEGA, Konami, Disney o Warner hicieron poco para emocionar a los jugadores. La decisión de no enseñar Bioshock Infinite dejó a 2K con Borderlands 2, Spec Ops: The Line, Xcom: Enemy Unknown y en nuevo juego de NBA 2K. Si es cierto que Bioshock Infinite y GTA V van a salir este año fiscal (antes de abril de 2013), significa que los juegos que aparentemente representarán menos de un cuarto de las ventas totales de Take Two eran los que la compañía enseñaba en el evento más importante del año.

Hablando de las grandes compañías terceras, Ubisoft parecía la estrella del escenario third party con el estelar Far Cry 3, la sensación refrescante de Assassin's Creed III y lo que podría llamarse el juego del show: Watch Dogs. EA siguió el estilo predecible de Microsoft (¿qué fue de la gran promesa de los EA Partners?) mientras que Activision dependió de Call of Duty y un puñado de licencias para darnos... más bien poco sobre lo que escribir de vuelta a casa.

Entonces, ¿de quién es la culpa? ¿Se ha agotado el E3? ¿Ha sofocado la creatividad esta prolongada generación? ¿Sienten las publicadoras las presiones económicas? ¿Es el final de la era de la venta de juegos en caja lo que refleja este E3? ¿Es la falta de apuestas arriesgadas lo que ha terminado por ahogar completamente la industria?

Sin duda, nos quedamos con una sensación de marcada decepción. La sensación de que una era está a punto de terminar, el sentimiento de que puede que los videojuegos no vuelvan a ser lo mismo. Para bien y para mal.

¿Habría sido mejor el E3 con The Last Guardian, Bioshock Infinite, Grand Theft Auto V y Half-Life 3 en alguna forma? Por supuesto. Esos cuatro títulos podrían haber ayudado a generar la ilusión de que todo está bien, pero los stands con enormes espacios vacíos de compañías como SEGA, Konami, Namco Bandai o Disney pintaban un panorama que indicaba que hay mayores problemas que la ausencia de un puñado de juegos de perfil alto.

El E3 nos dejó pocas pistas sobre lo que ocurrirá después del verano, y ahí creo que es donde reside gran parte del desencanto. Esta generación se ha quedado más de lo debido y los jugadores ya están hambrientos de oportunidades. Pero la industria no está lista, no aún. Ahora mismo, las publicadoras exprimen las últimas gotas de jugo que le quedan a la generación, reutilizando juegos, lanzando la tercera, cuarta o hasta quinta 'secuela' de sus series en esta generación de máquinas. Es natural, y queda la sensación de que algunas editoras se están preparando para una potente muestra al comienzo de la próxima generación, mientras otros parecen haberse quedado atrás y quizás deberían centrarse en proyectos más pequeños y centrados y dejar de lado los esfuerzos 'triple-A' de la 'next-gen'.

Otro asunto que me gustaría poner sobre la mesa es la aparente falta de desarrolladores de primera línea, de calidad "estrella" en las conferencias de prensa. Ubisoft no puso a Michel Ancel sobre el escenario. Cliff Bleszinski no anunció el nuevo Gears of War en la conferencia de Microsoft. Por razones obvias no hubo señal de Will Wright o Peter Molyneux, mientras que Hideo Kojima estaba en EEUU, pero no apareció en ninguna conferencia. Quizás me estoy haciendo viejo, quizás los desarrolladores estrella contemporáneos son menos carismáticos o a lo mejor todo estaba un poco demasiado centrado en "una audiencia más amplia", en lugar de en nosotros, los jugones de siempre.

Los orígenes del E3 vienen del CES. Era una especie de apéndice. De entre toda la gente, un taxista que trabajaba hasta hace seis meses en Paramount con el próximo juego de Star Trek (es decir, hasta que Paramount disolvió prácticamente todas sus operaciones en el sector) fue el que me recordó lo mal que estaba la cosa antes de mi tiempo. Un año en Las Vegas (el CES de invierno), la industria del videojuego quedaba relegada a unas cuantas tiendas de campaña en el parking. Y entonces comenzó a llover, una tormenta sobre la ciudad de los casinos. Con toda la zona cubierta de cables eléctricos, la industria decidió que ya era hora de contar con un show propio. Un show en el que no serían relegados a tiendas de campaña fuera de los pabellones principales, un show llamado E3.

Puede que el E3 2012 haya marcado el final de una era en más de un sentido. Considerando las reacciones a la edición de este año y el incremento de los shows donde invitan al público normal, el E3 del año que viene podría ser bien diferente. No creo que tengan planes de reducir la feria como en los años oscuros (2007 en Santa Monica, 2008 en salas de reuniones en el Convention Center), pero podrían suavizar algunas cosas mientras el show en sí se abre algo más al panorama actual de los juegos, donde los juegos triple-A en caja solo son una parte del todo.

Creo que el E3 está buscando una nueva identidad, lo mismo que la industria en su totalidad. Ha sido un viaje más o menos cómodo durante la última década, sin demasiada agitación, pero ya no estamos en 2002 y los videojuegos han seguido adelante. Si el E3 quiere seguir siendo tan importante y relevante como antes, necesita atraer tanto a los participantes tradicionales más grandes (como Blizzard y Rockstar) como a los nuevos implicados sin desatender los nuevos movimientos de la industria. ¿Qué pasa con Apple? Muchos de los estudios y compañías basados en productos digitales ven poca necesidad de tener grandes muestras en el E3: no lo necesitaron para llegar donde están, ¿por qué lo necesitarían ahora? Por supuesto, también se hacen movimientos positivos, y parece que el E3 quiere añadir algo de sabor indie a su predecible smorgasbord de triple-As, pero se debe encontrar algo más de alma a tiempo para la siguiente edición. El E3 debería ser una celebración de todo lo que tiene que ver actualmente con los juegos, y no una excavación arqueológica sobre lo que solía ser la industria antaño.

¿Tengo alguna sugerencia para que lo consigan? Algunas, puede ser. Creo que el formato con dos días completos de conferencias de prensa era preferible, y deberían introducir una conferencia general de la ESA para dar comienzo a todo. El formato sería parecido a otros eventos, pero permitiría que los pequeños desarrolladores y publicadoras recibieran más atención y se incidiera más en los que hacen los juegos, y no tanto en las webs chulescas y la invasión publicitaria. También permitiría que las third parties reunieran atención alrededor de sus anuncios incluso aunque no firmaran acuerdos de DLCs exclusivos con alguno de los gigantes.

Otra idea sería extender el E3 hasta ocupar una semana entera y abrirlo al público del viernes al domingo. Podría salir caro, pero si hay que seguir con el gran formato, ¿por qué no ir con todo? No es que las cadenas de venta estén rellenando formularios de pedidos en el E3 estos días, y tampoco se hacen muchos negocios de cualquier tipo. Un par de días privados para el sector y luego un show completamente abierto podría servir para recuperar algo de entusiasmo.

Más juegos y más del futuro de los videojuegos. Mi mayor queja del E3 este año fue la falta general de títulos en el showfloor. Parecía vacío. Y tenía que buscar pistas sobre lo que vendrá en los dos próximos años. Eso es el E3 para mí. Ignorando los retrasos inevitables, creo que vi... ¿dos juegos? de los que saldrán más tarde del verano que viene.

Los desarrolladores son las estrellas del E3. Aunque hay que reconocer que siguen siendo protagonistas, creo que se ha desviado la atención que había sobre ellos en los últimos años. No creo que Snoop Dog vaya a vender una barbaridad de copias de Tekken Tag Tournament 2 (lo siento, Namco Bandai). Y aunque Flo Rida y Usher encajan naturalmente con las marcas que representan (Just Dance y Dance Central), pienso que el tipo de estrellas que necesitamos de Hollywood / Lalaland son Matt Parker y Trey Stone. Creativos que realmente se implican personalmente en la creación de los juegos. Y aun así, creo que el E3 tiene la obligación de destacar las mejores mentes creativas de la industria. Es el show que construyeron sus creaciones: que no se nos olvide.

La triste realidad es que cuando un evento como el E3 se enfrenta a una crisis como esta, es poco probable que provoque un mayor esfuerzo. La última vez que el E3 estuvo bajo presión se refugió en Santa Monica. Pero con la nueva generación dándose a conocer el año que viene, no parece que la opción sea tirar a la baja. Esperemos que los organizadores sean capaces de prepararse bien en doce meses para conseguir un E3 que iguale o supere el ya lejano de 2005, cuando esta generación se presentó por vez primera.