El ambicioso programa Starship de SpaceX sufrió un nuevo revés al terminar su último vuelo de prueba en una ardiente explosión sobre el Caribe, lo que supone el segundo gran fracaso de este año (vía Reuters).
El enorme cohete despegó de Texas según lo previsto, pero minutos después giró sin control en el espacio antes de romperse, enviando restos que surcaron los cielos cerca del sur de Florida y las Bahamas.
La Administración Federal de Aviación detuvo brevemente los vuelos en varios aeropuertos de Florida debido a la caída de restos, mientras que SpaceX reconoció un fallo crítico del motor que provocó la pérdida total del vehículo.
Dado que la nave espacial desempeña un papel central en la visión de Elon Musk de un asentamiento humano en Marte, los repetidos percances podrían suscitar inquietud sobre el ritmo y la fiabilidad del programa. De momento, está por ver lo rápido que SpaceX puede recuperarse de este contratiempo.