Anoche estalló la peleilla del verano, una trifulca que comenzó con una provocación a priori ingenua y que terminará en los tribunales. Un espectáculo que desde fuera puede quedar infantil y torpe pero que, mirando cada movimiento, parece orquestado estratégicamente al milímetro.
Aunque empezó con la reacción de la marca de la manzana, con el paso de las horas se definieron los bandos. A un lado, Apple y Google como propietarios de las plataformas digitales donde se venden prácticamente todas las apps para móviles. Al otro, una Epic Games en rebeldía que se ve cada día más fuerte y que, mientras come terreno a Steam en PC -y entra por la puerta grande en el cine de Hollywood- también quiere hacer más caja en smartphones y tablets. Más un desafío para desencadenar los acontecimientos que un error, el movimiento de Epic ha terminado con la eliminación de Fortnite, el juego más popular de los últimos años, de la App Store de Apple y de la Play Store de Google. Eso sí, aún no hay "apagado remoto" y los usuarios que ya tuvieran la última versión del juego instalada en sus dispositivos siguen pudiendo acceder a los servidores (y también se puede instalar en Android, pero ya no en iOS).
Los creadores del juego no estaban nada contentos con las "altas tasas" que cobran las plataformas para poder operar en sus tiendas, una considerable porción del pastel que se llevan tanto por las compras de juegos como por las operaciones dentro de las aplicaciones (IAP). En un movimiento tan atrevido como nada ingenuo, Epic Games decidió con la última actualización ofrecerle a los usuarios formas de pago alternativas una vez dentro de Fortnite, para que pudieran comprar la misma cantidad de dinero in-game por un precio inferior si lo hacían directamente vía Epic, sin pasar por la caja de Apple o Google. Como era de esperar (incluso como Epic esperaba), este movimiento contradice los términos y condiciones acordados previamente con Apple y Google y se salta sus aprobaciones, y por tanto el juego terminó retirado de ambas tiendas durante la noche, y así sigue a la hora de publicación de este artículo.
Si la disputa no llega a un acuerdo mutuo más pronto que tarde, los millones de jugadores de Fortnite para móviles y tablets no podrán acceder a los servidores online de Epic una vez arranque la próxima Temporada 4 (Season 4) de Fortnite: Capítulo 2. Es un riesgo, al igual que las pérdidas de estas horas, que Epic Games asume como parte de su estrategia publicitaria y comercial, y queda claro que todo estaba preparado cuando, una vez retirado el juego de las plataformas, la compañía ha presentado inmediatamente quejas formales, una acción legal contra Apple (la de Google debe estar al caer) que terminará irremediablemente en los tribunales si ninguno de los actores se baja del burro. La presión es para que las plataformas bajen ese 30% que se llevan de cada pago realizado (en el caso de iOS, similar en dispositivos Android).
"Es la misma estrategia que contra Steam, pero intercambiando roles (...) cualquier juego indie de garaje asumía hasta hoy que un tercio del pastel sería de manzana"
Expertos en manejar estos márgenes y emplearlos en las negociaciones, Epic Games está usando una estrategia muy parecida a la que desplegó con su Epic Games Store, pero en aquel caso intercambiando los roles: Epic era la plataforma que ofrecía a los desarrolladores el trato más jugoso y 'justo'. Steam se llevaba un 30% y quedaba como 'la mala'. Epic lo bajaba hasta el 12% y ahora cree que se puede pedir lo mismo cuando actúa como estudio afectado. Aquí hay que recordar que no solo las superproducciones multimillonarias como Fortnite se ven 'afectadas' por ese reparto; también cualquier juego indie de garaje aceptaba hasta hoy que un tercio del pastel sería de manzana.
Para poner más presión si cabe sobre la nueva mala de la película, Epic está llamando a sus filas de jugadores y fans a, [sic] "unirse a la lucha contra Apple", llegando los creadores de Fortnite a hacer referencias a 1984 y aprovechando toda la viralidad y la polarización de bandos que hoy ofrecen las redes sociales como maquinaria de marketing.
De nuevo, la rápida respuesta de Epic y su perfectamente orquestada comunicación, sumadas a los mensajes in-game que ya estaban preparados, corroboran que toda esta campaña, incluyendo las consecuencias, ya estaban planeadas y en plena ejecución desde hace varias semanas. El tono de la compañía es inconfundible: quieren que su legión de fans aprieten a Apple y Google para que bajen los porcentajes, y seguro que también se apuntarán a la batalla otros desarrolladores para hacer fuerza aprovechando la coyuntura.
La incursión de Epic Games Store como plataforma de juegos para PC con la estrategia agresiva descrita y con innovadoras campañas como la de Total War Saga: Troy gratis solo hoy han marcado un punto de inflexión en ese espacio y en un par de años se ha pasado de prácticamente un monopolio de Valve a disfrutar EGS de una base de usuarios que se cuentan por millones. Ahora el objetivo son Apple y Google para acabar con su status quo en móviles.
No es baladí cuando el juego más grande del mundo desaparece de tu tienda, por no mencionar las torpezas recientes de Apple con el servicio xCloud de Xbox. Ahora los fans podrán vivir con intensidad y pasión esta trifulca como el culebrón del verano, pero tampoco les haría gracia que durara demasiado.