A medida que los rebeldes del M23 se acercan a Bukavu, en la República Democrática del Congo, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha insistido en un reciente discurso en la urgente necesidad de diálogo, advirtiendo de que la continuación de los combates podría sumir a la región en un mayor caos.
Los rebeldes, supuestamente respaldados por Ruanda, han estado avanzando hacia el sur desde que tomaron Goma, y los líderes de los bloques regionales africanos han pedido negociaciones directas, una opción que el presidente Felix Tshisekedi ha rechazado. Mientras tanto, la Unión Europea está sopesando posibles acciones contra Ruanda, y Estados Unidos ha amenazado con imponer sanciones a funcionarios de ambos países.
A pesar de que Ruanda niega su implicación, las tensiones siguen siendo elevadas a medida que surgen informes contradictorios sobre la posición exacta de los rebeldes en Bukavu, lo que deja a la ciudad en vilo. Por ahora, está por ver si los esfuerzos diplomáticos pueden evitar una mayor escalada o si la región se encamina hacia una crisis más profunda.